CERRADO POR REFORMAS (y II)

Continuación…

Pero mucho más tarde aprendí -con sorpresa y pavor- que dentro de lo inoportuno e imprevisto de mi vida, sin querer había incluído lo más importante, sorprendente y esencial hoy en ella, como la libertad, el amor y la felicidad! Por tanto, me había estado negando la licencia y el privilegio de vivirlos, como yo necesitaba y siempre había sentido interiormente y soñado! Ahora veo claro que esa rigidez conmigo mismo no era más que miedo y que no vivir todo eso que me asustaba, le quitaba todo sentido a mi vida! Sí, aprendí a ser un robot cumpliendo su cometido de manera pulcra, previsible y severa conmigo mismo, pero dejé de ser humano y, lo que es peor, me negué a aceptar la vertiente mágica y desconocida, hoy esencial en mi vida!

¿Cómo pude haber vivido una vida plena, sin libertad, amor o felicidad? Supongo que, para entonces, entre encierro y encierro por reformas, ya disponía de sucedáneos suficientes para no encontrarlos demasiado en falta! Y sí, viví placebos de libertad, amor y felicidad, fugaces y, ahora pienso que erróneos, insuficientes y frustrantes! Quizás porque al corazón y al Alma no se les puede angañar con algo que no sea puro y verdadero! Pero, además, ni siquiera me hacían sentir bien, ni eran creíbles, apenándose mi corazón por ello! Mi vida de entonces tenía un poso sutil y permanente de sufrimiento, aunque tras una cara sonriente! Y, encima, cuando la vida acababa con esos simulacros y ensayos, sufría como si hubiera perdido realmente una libertad, amor y felicidad verdaderos! Ahora veo que mi dolor provenía de no tener el valor suficiente de encontrar y vivir los que realmente merecía…

Hoy me doy cuenta de que tuve que perder más de media vida engañándome a mí mismo con placebos y sucedáneos de lo más importante en ella, para poder distinguirlos de los verdaderos, cuando al fin llegaran a mí vida! Y sí, bastó un breve guiño distante desde el corazón, para dejar en la sombra lo que hasta entonces había malvivido… y malsentido! Súbitamente desapareció el ayer, al tiempo que se abría mi corazón de par en par, ante una libertad, un amor y una felicidad que no había vivido nunca antes y que solo parecían dignos de un hermoso sueño! Es verdad que no se parecían en nada a lo que había pensado y meditado en mis momentos de encierro voluntario, eran más bien como siempre los había soñado, aunque nunca hubiera creído que pudieran vivirse en la realidad de mi día a día! Mi realidad soñada… o mi sueño real, qué más da! Así, aprendí más en ese fugaz instante de amor abriendo mi corazón, que en todos esos momentos de introspección para buscar lo que le faltaba a mi vida!

Entonces descubrí que se aprende a vivir viviendo, necesariamente! Como a amar, amando y a ser libre, siéndolo con valor y sin miedo! No hay teoría, ni doctrina, ni guía que valga y acorte el camino! Cerrarse en uno mismo poniendo el cartel “cerrado por reformas” -aunque a veces sea conveniente, por un rato- solo dilata el proceso y te hace vivir y estancarte en un hoy inconcluso y precario, pero nunca pleno! Y hoy, muchos años después de horas y horas estudiando -solo con la mente- mi Máster sobre la Vida, me doy cuenta de que he aprendido más en una hora viviendo con mi corazón abierto y bien atento, que en el resto de mi vida pasada, intentando aprender sobre la teoría de la vida! Por eso hoy ya soy un simple aprendiz de la vida… y no me averguenzo de ello! Más vale tarde, que nunca! No soy un alumno aventajado como siempre había creído ser y no me lleno la boca de teorías que, una vez elaboradas, son ampliamente superadas por mis emociones reales y por mi propia vida!

No sé cuando acabaré el máster en el que estoy matriculado, hoy solo sé que el día que obtenga el preciado diploma sobraré ya en este mundo… aunque aquí dejaré mi corazón sabio a quien amé y, quizás sin saberlo, abrió mi corazón, enseñándome el verdadero camino! Mientras llega ese día, seguiré día a día viviendo con amor mi vida más plena y, por tanto, aprendiendo con mi corazón abierto, pero ya sin miedo…

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