Cerraduras electrónicas y domótica asociada

Cada dia evolucionamos hacia una vida itinerante, menos arraigada a la vivienda y a la tierra de cada uno. El hecho de vivir de paso entre casas compartidas, hoteles, y el aumento de la distancia física entre las relaciones personales ha estimulado, junto al avance técnico, a la aparición de cada vez más cerraduras electronicas. Estos dispositivos simplifican el uso de llaves, muchas veces asociados a tarjetas con banda, chip, y últimamente a aplicaciones móvil y huellas dactilares.

Recientemente con el desarrollo de aplicaciones han surgido infinidad de dispositivos asociados a las principales plataformas interactivas (Alexa, Siri, Google Home…) Otros fabricantes tradicionales de cerraduras tipo Tesa, han desarrollado dispositivos que funcionan mediante conexión inalámbrica, wifi o bluetooth, que incluso permiten compartir códigos, al igual que nuevos fabricantes como STAYmyway, orientado principalmente a apartamentos turísticos.

Aunque las aplicaciones están testadas, mentalmente parece que nos sentimos más seguros cuando cerramos la puerta nosotros mismos y la podemos abrir sabiendo que solo nosotros poseemos la llave. Pensando en esto, la domótica aumenta las medidas de seguridad incluyendo sistemas de vigilancia, permitiendo cambiar contraseñas (importante para los apartamentos turísticos). Este sistema complejo depende de la correcta alimentación eléctrica y de conexión a la red permanente. Es por esta razón que los dispositivos más tradicionales tienen cabida y todavía son soluciones efectivas. El uso de tarjetas de banda o tarjetas de chip parecen ser una buena solución para la mayoría de casos, ya que tienen el inconveniente de que no se pueden copiar de la misma manera que una llave tradicional (en cualquier ferretería-cerrajería).

A la hora de emplear soluciones personales para permitir acceso a una vivienda, oficina, espacio compartido, se ha normalizado la utilización de lectores de huellas digitales, difíciles de implantar en alojamientos turísticos gestionados remotamente, donde las aplicaciones y permisos tienen mayor cabida. Frente a esto, también podrían implantarse, no los he visto todavía pero quizá existan, métodos para “empujar” puertas mal cerradas, garantizando el cierre en todo momento.

De la misma manera, todos estos gadgets que “modernizan” nuestra vivienda generalmente se asocian a cierres de un único punto, fáciles de instalar (por tanto de desinstalar) que podrían poco a poco implantarse en las puertas con cierres múltiples, de una manera más generalizada.

Conozco vagamenta la Asociación de Domótica e Inmótica, que ha trabajado en la certificación de instalaciones domóticas, que se basa en la especificación  de AENOR EA0026: 2006 Instalaciones de sistemas domóticos en viviendas. Prescripciones generales de instalación y evaluación. CEDOM ha participado en la elaboración de esta especificación que prescribe los requisitos mínimos a cumplir por la instalación domótica, además de contemplar la legislación vigente aplicable a este campo. La especificación técnica EA0026, confeccionada por el Comité de Normalización AENOR 202/SC205 fue aprobada en septiembre de 2013 a nivel europeo y se convierte en documento de referencia de la futura norma europea UNE-EN 50491-6-1“Sistemas Electrónicos para Viviendas y Edificios”, que se encuentra en fase de elaboración.

La EA0026 permite certificar instalaciones domóticas de acuerdo a una clasificación de tres niveles que se han definido basándose en el principio de alcanzar un nivel considerado “básico” Nivel 1, “intermedio” o Nivel 2, y el que se corresponde con “excelente” o Nivel 3. Se considera que un sistema es domótico si alcanza el Nivel 1.

CEDOM ha creado una tabla de niveles domóticos  para facilitar la evaluación de la instalación domótica a partir de los niveles descritos en la EA0026. Con esta herramienta se pretende asentar los criterios para evitar el mal uso de la palabra “domótica”, que en ocasiones se usa como argumento de marketing, para posteriormente incluir unos pocos dispositivos aislados, provocando la decepción del comprador y perjudicando la imagen del sector.

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