A finales del pasado mes de enero pude ver por fin el remozado Teatro de la Comedia madrileño donde tiene su sede la CNTC (Compañía Nacional de Teatro Clásico). He de decir que aunque las obras realizadas en él nos han privado de esta estupenda sala durante trece años, al menos el resultado ha sido magnífico.
Pero no es mi intención hablar aquí del edificio, sino reseñar el primer espectáculo que he visto en él, esperando poder asistir en este Teatro de la Comedia a muchas otras representaciones que me diviertan y entretengan tanto, por su calidad y el buen hacer de sus artífices, como ésta a la que he ido en la amigable compañía de mis antiguos compañeros del Instituto " Mirasierra" de Madrid (¡Alicia, muchas gracias por haber organizado esta jornada teatral!): "Cervantina".
Por fin, me dije al conocer el título del espectáculo, algo referido a Cervante en este año que debiera ser suyo por derecho propio al conmemorarse el 400 aniversario de su fallecimiento. El grupo de teatro "Ron Lalá" en coproducción con la CNTN es quien ha puesto sobre las tablas este ingenioso y bien engarzado conjunto de 'Versiones y diversiones sobre textos de Cervantes'. No se trata de obras completas sino de fragmentos escogidos de obras cervantinas, especialmente de sus "Novelas ejemplares" ('El celoso extremeño', 'El coloquio de los perros', 'El licenciado Vidriera', 'Rinconete y Cortadillo', y el propio Prólogo a estas novelas ejemplares) y de sus "Entremeses nuevos" ('El viejo celoso', 'El retablo de las maravillas' y 'El hospital de los podridos' entremés atribuido a Cervantes sin total unanimidad), pero también de otras obras suyas como 'La Galatea', 'Don Quijote de la Mancha', 'Persiles y Segismunda' y 'Viaje al Parnaso'.
Con estos mimbres, magníficos y bien fabricados procediendo de quien proceden, Yayo Cáceres, director del montaje, urde un divertidísimo espectáculo en el que se van sucediendo, armoniosamente engarzados, los textos cervantinos antes citados junto a diversos anacronismos que sirven de actualización a los mismos llevando al patio de butacas la atmósfera de libertad y de contemporaneidad que transciende de este clásico intemporal que es el alcalaíno. Ni que decir tiene que la mucha hilaridad que contienen estas 'versiones' reposa en gran medida en esta estudiada y bien dosificada ración de inexactitudes. Luego, de pasta que todo lo une, sirve la música pues no en balde "Ron Lalá" tiene, desde sus orígenes en 1996, entre sus señas de identidad ser una compañía de teatro y humor con música en directo. Quizás fue por estos ingredientes por lo que durante la representación reiteradamente acudían a mi memoría esas obras de mi ya lejana (¡ay!) época estudiantil en la que grupos de teatro independientes como "Dagoll Dagom", "Los goliardos", "Els joglars", "Ditirambo" y algunos otros realizaban trabajos de creación colectiva en los que sus componentes combinaban música y textos con un lenguaje escénico propio basado en el humor crítico y satírico. A esta noble estirpe, sin duda, hay que adscribir a "Ron Lalá".
La puesta en escena de esta "Cervantina" rezuma frescura por todos sus poros. Todo sucede sobre un escenario escueto pero que los cinco actores (Juan Cañas, Alvaro Tato, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher e Iñigo Echevarría) llenan con sus movimientos, sus cambios de personaje -de media cada uno de ellos adopta un mínimo de seis diferentes personalidades durante la función-, sus canciones, bailes y músicas, las interpelaciones ocasionales al público en una especie de cabaret berlinés que provocan la participación directa del espectador en el espectáculo que culmina con el clímax final de la fiesta participativa, del happiness... Y todo esto, ¡válgame Dios!, bajo la égida del gran Miguel de Cervantes, al que como bien se dice en el espectáculo tenemos en España arrumbado en el cuarto trastero de lo que no sirve para nada pero tampoco se puede tirar por el qué dirán. Menos mal que espectáculos como el que han montado los de "Ron Lalá" vienen a poner en valor el importante mensaje de libertad, contemporaneidad, crítica y liberalidad escondido en estos textos inmortales. Bien merecemos, pues, si no queremos morir y ahogarnos en nuestras inveteradas torpezas ser inoculados del virus de la "Cervantina" para sobrevivir y salir para adelante como individuos pero también como colectividad.
"Cervantina" está representándose actualmente en Madrid hasta el próximo día seis de febrero (de nuevo he de protestar por el poco tiempo que se mantienen en cartel funciones interesantes como ésta). Menos mal que la compañía "Ron Lalá", fiel a sus orígenes, sale de gira por España y este interesante y divertido homenaje cervantino podrá verse en muchas otras ciudades españolas (en la página web de la Compañía se pueden ver los lugares y días de esta gira).
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A punto de publicar este post, llega a mis manos el último número de la revista mexicana "Emblogrium" en el que aparece un artículo mío sobre teatro al hilo de la representación de "Los hermanos Karamázov" (leer artículo aquí) que, a principios de enero, vi en el Teatro Valle Inclán de Madrid. Sin perjuicio de que en otro momento publique esta colaboración mía en el blog, os invito ahora a que visitéis "Emblogrium" (ver revista aquí) y leáis éste y el resto de artículos que contiene este ejemplar del mes de febrero.