Vamos con las trapenses. Para que una cerveza sea considerada trapense, debe cumplir tres condiciones:
- Se deben fabricar dentro del monasterio.
- Tienen que ser producidas por monjes, o bajo su supervisión directa.
- Una parte de las ganancias es para el sustento del monasterio y los monjes, y el resto, tiene que destinarse a obras sociales y caritativas.
Actualmente existen once monasterios trapenses, repartidos por Bélgica, Países Bajos, Italia, Austria y Estados Unidos. En el año 1997, ochos de los monasterios trapenses se reunieron y fundaron la «Asociación Internacional Trapense» (AIT), con la finalidad de regular y controlar la denominación de origen trapense, y así evitar que cervezas que no cumplieran con los preceptos usasen la denominación.
Las once cervezas trapenses calificadas como tal actualmente.
Para ello se creo un sello, «Authentic Trappist Product» (ATP), y de esta manera diferenciar un producto original trapense de otro que no lo fuese:
Si te ofrecen una cerveza como trapense, y no lleva este logo, te estarán engañando.
Como contrapartida, hay infinidad de marcas que emulan o crean cervezas con características muy similares a las trapenses originales, pero que por no cumplir con alguna de las citadas tres condiciones, no pueden llevar el sello ATP. Estas son las que se conocen como cervezas de abadía.
Algunos ejemplos de famosas cervezas de abadía
Las cervezas tanto trapenses como de abadía, son conocidas como "pan líquido", alimentan mucho por el cuerpo y la graduación que tienen, y eran el alimento de los monjes en determinados momentos. En ambas, podemos encontrar los siguientes tipos::
- Rubia (Blond): rubia, como su nombre indica, y ligera, con poca graduación
- Doble (Double o Dubbel): tostadas, color ambar, y entre 6º y 8º.
- Triple (Tripel): rubias, de sabor fuerte y alta graduación, entre 7º y 9º.
- Cuádruple (Quadrupel): fuertes, por encima de 10º.