"Un mundo manejado por las grandes corporaciones, que son los padres de un sistema económico diseñado para poder dirigir los gobiernos de las potencias y esclavizar al resto de la población. Tú no eres más que un esclavo, pero no lo sabes. Alguien dijo que nadie está más perdidamente esclavizado que los que creen erróneamente ser libres." (Carapocha) Por fin he comenzado a poner orden en el universo Gellida. ¡Ah! ¿Pero estaba desordenado? No, claro que no. El desorden nacía en mí por no haber seguido el orden lector que el propio autor siguió en la escritura de esos ocho títulos que, por ahora, forman su obra narrativa. Sin embargo no estoy descontento conmigo mismo. Sólo ha habido un momento hará cosa de un mes en que mi desorden lector me importunó seriamente llegando a hacérseme prácticamente ininteligible aquello que tenía entre manos. Los que sigáis mi blog quizás lo recordéis; fue durante la lectura de "Konets", la última de sus novelas, que a punto estuve de abandonarla por no entenderla al faltarme elementos que César Pérez Gellida había presentado en novelas anteriores, concretamente en "Khimera", cuya lectura -me dijo, amablemente el propio autor- es necesaria si es que se quiere entender y disfrutar de "Konets". Debo de agradecer a una entusiasta gellidista, Laky / Margarita Gautier del blog "Libros que hay que leer", por haberme incitado a leer todo Gellida. He cedido a su incitación aprovechando el Mes de la Novela Negra que desde su blog ha convocado para este enero y que yo, incondicional del género, he decidido seguir. También cuando realizaba la entrada para "Konets", la última entrega de la octología que acabo de leer, y que "Memento mori" inauguraba, leí que la plataforma Movistar+ estaba rodando, o a punto de iniciar, una serie televisiva a partir de este relato que junto a "Dies irae" y "Consumatum est" forman la trilogía titulada "Versos, canciones y trocitos de carne". Pensé: 'Hombre si una empresa como Telefónica pone los ojos sobre un autor y su producto éste debe de ser ameno, interesante y adictivo. No creo que Movistar+ vaya a arriesgar dinero en algo fallido.' Lo primero que debo aclarar a aquellos que aún no hayan sido abducidos por el universo Gellida es que las dos trilogías admiten ser leídas independientemente la una de la otra. Y otro tanto cabe decir de la bilogía distópica formada por los dos títulos de los que hablo en el primer párrafo de este post. Sí, en efecto, admiten lectura independiente pero conviene ser disciplinados y no alterar el orden lector dentro de cada una de las tres producciones (las dos trilogías y la bilogía). Y, naturalmente, pese a lo que acabo de decir -¡y que mantengo!- el disfrute máximo se alcanza cuando se sigue el orden que el autor ha dado a sus ocho novelas. Y si no, preguntádselo a Laky, gellidista confesa como tantos y tantos otros. Yo, por mi parte, y dado que el mal ya estaba hecho, os he de decir que he disfrutado mucho con esta primera de la serie a pesar de conocer ya el futuro de no pocos de los personajes que en ella aparecen. Habrá quiénes digan: '¡pues vaya gracia, si en un thriller ya se conocen cosas que sucederán, la historia pierde interés!'. Sí y no. Si me quedo en lo puramente anecdótico como que sí, pero también es verdad que con esta novela he acabado de comprender aspectos que se me hacían algo cuesta arriba por faltarme alguno que otro dato. En este sentido he disfrutado al poder dar sentido a todo. __________________________ La novela Sinopsis
Septiembre de 2010. Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro Sancho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días.
La investigación del asesinato de una joven ecuatoriana a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuerpo han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico. Sin embargo, el autor nos arrastra por un camino inesperado al describir los hechos desde la perspectiva del propio asesino: un sociópata narcisista influenciado por la música más actual y por las grandes obras de la literatura universal.
La evolución frenética de los acontecimientos desemboca en la intervención de uno de los especialistas más reconocidos en el comportamiento de los asesinos en serie. Este complejo triángulo emocional, unido a la intriga que envuelve al siniestro cómplice del asesino, hace que Memento mori se convierta en un profundo thriller de acción con banda sonora que atrapará.
Mi comentarioDado que esta reseña es la cuarta o quinta que realizo de novelas de este autor y que todas ellas forman parte de una octología no voy a demorarme mucho en aspectos que o bien ya he comentado en reseñas anteriores [aquí os dejo por orden los títulos enlazados a mis reseñas de las otras novelas de Gellida que he leído: Trilogía "Refranes, Canciones y Rastros de sangre": "Sarna con gusto", "Cuchillo de palo", "A grandes males... "; Bilogía distópica formada por los títulos "Khimera" y "Konets" que al haberlas leído juntas las reseñé también juntas] o bien no conviene dar muchas explicaciones sobre algunos personajes o hechos a fin de no echar por tierra el disfrute de esta novela y de las siguientes a futuros lectores. Al haber leído "Memento mori" después de la resolución de toda la historia he sido consciente de lo que Gellida advierte en la Nota de autor que acompaña a "Konets", su última entrega, donde confiesa que su método de creación literaria no contempla el desarrollo argumental a largo plazo. Leyendo esta primera entrega de tan extensa serie se ve con claridad que el autor vallisoletano no tenía in mente un desarrollo tan largo y con una deriva tan curiosa como la que toma el relato a partir de "Sarna con gusto", quinta en orden de aparición. No desvelo nada al futuro lector de estas novelas si digo que en "Memento mori" no hay ninguna alusión a la Congregación de los Hombres Puros, línea argumental que crea y desarrolla a lo largo de toda la segunda trilogía. El mismo Gellida en una entrevista a propósito de la salida al mercado de "Cuchillo de palo" hablaba de ello.
A mí personalmente, como digo en las reseñas de "Cuchillo de palo" y "A grandes males..." esta segunda línea argumental no me agrada mucho pues entra en un territorio mistérico, gótico, que lleva al autor a hacer excesivas aclaraciones, relaciones entre nomenclaturas simbólicas, etc. que -hablo por mí, naturalmente- perturba el placer de lectura. Por eso "Memento mori" e intuyo que los otros dos títulos que forman esta Primera trilogía y que todavía no he leído, al carecer de esta segunda línea argumental, es por ahora la novela que más me ha gustado de todas las leídas de Pérez Gellida.
"Memento mori" es un auténtico thriller, una novela negra con los ingredientes clásicos de la misma: policías corruptos, denuncia socio-política, bajos fondos, cosmopolitismo, erotismo, asesinatos, organización criminal, consumo desaforado de alcohol y tabaco, drogas... Naturalmente no estamos en los años 30 cuando Raymond Chandler y Dashiell Hammett triunfaban con sus magníficos relatos; estamos en el siglo XXI, una época en la que la informática, los smartphones, las redes sociales y en general todo lo que depende y/o surge de Internet como la música que nos acompaña a todas partes tiene una importancia capital en nuestras vidas. Y también en la novela: Augusto Ledesma, protagonista de la misma, es un perfecto conocedor de los entresijos del diseño gráfico por ordenador, vive la mayor parte del tiempo en el ciberespacio y se relaciona con otros que gustan de hackear sistemas de seguridad que se venden como inaccesibles, es un asesino que hace uso del comercio online y que sabe borrar los rastros que sus actividades en la Red dejan. Su antagonista, el inspector Ramiro Sancho, también sabe el momento cronológico que está viviendo, aunque por edad -unos diez o doce años mayor que Augusto Ledesma- la informática no esté en el centro de sus preferencias. Un tercer personaje importantísimo es Armando Lopategui, 'Carapocha', psicólogo criminalista, ex agente del KGB y de la Stasi.
Con los mimbres anteriores y el universo de personajes que rodean a cada uno de los tres vértices de esta historia (los compañeros policías de la comisaría vallisoletana de Delicias; los familiares y los amigos informáticos de nombre falso de Augusto Ledesma; y las relaciones familiares y amistosas de Carapocha) teje César Pérez Gellida una novela negra, un vertiginoso thriller policíaco, que sucede en seis meses: del 30 de octubre de 2010 al 22 de marzo de 2011. Como la novela vio la luz en 2013 podemos decir que el tiempo en que se escribe viene a coincidir aproximadamente con el momento en que transcurre la historia. de ahí las referencias puntuales a suceso socio-políticos de esos años (Guardiola, Xavi, Messi...) algunos muy locales como las manifestaciones machistas del alcalde de Valladolid: "El comentario de De la Riva puede que haya sido desafortunado y que se considere un error político, pero las reacciones en los medios afines al Gobierno han sido desmedidas con el único propósito de desacreditarle políticamente". Esta cercanía y concreción localista tan explícita, en mi opinión, no es muy acertada por parte del autor, dado que así el escrito pierde universalidad. Lo que si es evidente es que desde esta primera novela el estilo Gellida está prácticamente ya conformado. Un estilo en el que la música tiene un papel esencial. Los capítulos se intitulan con versos sacados de temas musicales de Bunbury. Naturalmente tal hallazgo me habría sido imposible hacerlo a no ser que fuese fan incondicional del cantante zaragozano, cosa que no soy evidentemente. Es el mismo Gellida quien en la Nota de Autor que incluye al final de la novela dice textualmente: "Aprovecho estas últimas líneas para pedir sinceras disculpas a Enrique Bunbury por extraer de sus canciones los títulos con los que están nombrados estos capítulos". Y es que "Memento mori" es un "libro con banda sonora", dice el autor allí mismo, y algo antes nos deja el listado de los 21 temas que la forman. Estos 21 temas se pueden escuchar en la propia página del autor [pinchar aquí]. Es tan musical esta novela que no resisto la tentación de incluir en el post cuatro o cinco de sus temas, naturalmente los que a mí más me gustan de dicha lista
El humor es otra característica gellidiana y en esta novela aparece en varias ocasiones. Especialmente es significativa su presencia en la relación cordial y amistosa que se establece entre Armando Lopategui y Sancho cuando el primero critica el excesivo empleo de refranes que hace el inspector, cual si de la pareja don Quijote-Sancho se tratase. También ya en esta novela está presente el gusto por el empleo en algunos momentos de un vocabulario técnico especializado. Fundamentalmente se da este empleo en el ámbito de la medicina ("el mecanismo de la muerte fue anoxia anóxica. La leve cianosis facial y la equimosis puntiforme que se aprecia en el rostro no dejan lugar a dudas."), del fumador de puros ("un habano de calibre mediano pero de buen cepo, una vitola de galera entre la corona y el robusto") y con muchísima más frecuencia del ámbito informático en el que los anglicismos destacan sobremanera ('newby', 'lammer', 'hacking', 'troyano', 'cracker', etc.) El cosmopolitismo característico de la novela negra clásica también se percibe en ésta. Pero es la localización del suceso en una ciudad pequeña, incluso provinciana como es Valladolid lo que dota a la novela de una originalidad más que interesante. Que aparezcan localidades castellano leonesas como la geografía urbana de Pucela [por cierto, según estoy escribiendo esta reseña me entero de que el Ayuntamiento de la capital castellano-leonesa ha montado una Ruta guiada teatralizada por la ciudad siguiendo los pasos de de los personajes de este relato. Se inaugura el próximo 20 de enero y por ahora está previsto ofrecerla hasta el día 18 de marzo] o algunos pueblos zamoranos no impide que el relato especialmente en boca de Carapocha nos haga viajar a los Balcanes, Moscú, Berlín, Sudáfrica, Nueva York y otras ciudades que en futuras entregas de la serie tendrán una mayor participación.
Es una novela que contiene abundantes referencias culturales y metaliterarias dentro de ella. Son alusiones en general al alcance de la mayoría de los lectores (La 'Ilíada', el 'Ulises' de James Joyce, la 'Metamorfosis' de Kafka, 'Moby Dick' de Melville...). Sólo al final del relato se citan otros autores menos populares (Italo Svevo, Umberto Saba...) quizás como un anticipo del mayor nivel que tendrán próximas entregas.
FinalLa facilidad para el lector del culturalismo (literario, musical, fílmico...) unido al endiablado ritmo de la narración y a los giros en la misma tan característicos en el autor, explica el indudable éxito de estas novelas de César Pérez Gellida, uno de los recientes escritores de best sellers español.