Un nuevo estudio realizado en Suecia afirma que las mujeres que tienen parto vaginal son más propensas a desarrollar posteriormente incontinencia urinaria, concretamente décadas más tarde, que las que dan a luz por cesárea, lo que asocia las cesáreas con un mayor bajo riesgo de incontinencia urinaria, especialmente teniendo en cuenta un período más a largo plazo.
Según el doctor Swift la cuestión es clara, y es que en un parto vaginal los músculos por los que pasa el bebé pueden dañarse, y esto es debido a que la cabeza del bebé es más grande que los músculos por los que tiene que pasar. No había estudios sobre los efectos a largo plazo de cada uno de los métodos de parto, por lo que era necesario contar con este.
Basta con conocer los datos del estudio basándose en 1200 niños nacidos por cesárea y el resto hasta 5200 por parto vaginal, sabiendo que 22 años después el 40% de mujeres con parto vaginal había tenido pérdidas de orina involuntarias, cuando en el caso de cesárea el porcentaje era del 29%. Es posible que las últimas etapas del parto natural sean importantes en el riesgo de desarrollar incontinencia.
Por supuesto, el riesgo de incontinencia urinaria no es una razón que haga que se realicen cesáreas en lugar de partos naturales, la cesárea no es la mejor opción aunque tenga menos riesgos de incontinencia urinaria.
Las cesáreas sólo deben utilizarse cuando sea necesario, lo mismo que el parto vaginal es la opción deseada y favorable para la mayoría de las mujeres, pero hay que tener en cuenta que este es un factor al que afectan ambos tipos de parto, pero no una razón para cambiar de uno al otro.