Es una palabra que da mucho juego para explicar la trayectoria presidencial de Rajoy si le vas colocando prefijos.
Todo empezó con la SU-cesión, el día que fue designado a dedo por el agorero líder meñique que pronto lo odiaría porque no se plegaba incondicionalmente a sus designios.
Fingió ignorar los lodazales corruptos de Valencia y Madrid pero por dentro iba la PRO-cesión. Al legar a la Moncloa se encontró con una RE–cesión económica y financiera de las que hacen época; la afrontó bien.
Cataluña lo colocó frente al gran problema de la SE-cesión; ni hizo lo necesario ni supo rentabilizarlo, benefició a CS.
Finalmente y tras perder una moción de censura se vio obligado a efectuar una dolorosa CON-cesión: la presidencia del PP y su retirada de la vida política.