Una semana más tarde de lo previsto, vuelve la actividad al blog con un cómic que me ha tenido, y me tendrá, entretenida un buen tiempo. Me lo recomendó Elwen hace dos años, ahí es nada. Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Yo, no puedo estar más de acuerdo. (Re) Comenzamos con Fruits Basket de Natsuki Takaya.
Tooru Honda es una chica huérfana. Perdió a su padre cuando era niña y a su madre en un accidente de tráfico. Su vida no ha sido nada fácil. Cuando su abuelo, con quien vive, decide reformar la casa, ella se instala en una tienda de campaña en el bosque, pues no quiere ser una carga ni para su familia ni para sus amigas.
Nadie sabe su verdadera situación hasta que Yuki y Shigure la descubren por casualidad y es que, la chica está viviendo sin saberlo en un terreno privado que casualmente pertenece a la familia de los jóvenes. Ellos, al conocer su historia, la acogen en su casa haciéndole partícipe así de un gran secreto: los dos, y otros muchos más parientes suyos, no pueden abrazar ni chocarse con nadie del sexo contrario porque si lo hacen, se transforman en animales del zodiaco chino.
Perro, ratón, dragón y serpiente entre otros, más el gato, Kyo, trece "bichejos" en total, serán los que aparecerán a lo largo de los veintitrés tomos, aunque yo por ahora solo he leído dos, suficiente, sin embargo, para saber que la serie, que cuenta con anime, merece la pena.
Al contrario de lo que yo pensaba, Fruits Basket es más drama que comedia aunque tiene sus notas de humor. La trama me ha parecido de lo más original y de lo más tierna.
Todos los personajes son especiales. Los hay que brillan por su alegría, como Tooru, ¡qué vitalidad y qué sonrisa a pesar de sus circunstancias!, y también los que destacan por su oscuridad como Akito un hombre del que sabemos poco, al menos de momento, pero que maneja a su antojo y con crueldad a los miembros de la familia Soma, a los del zodiaco.
Los personajes de la serie parecen no guardar semejanza entre sí, aparte de su físico, todos atractivos, pero lo cierto es que a pesar de las apariencias, ninguno de ellos ha encontrado aún su lugar en el mundo porque, ¿cómo va a encajar una bola de arroz en un cesto de frutas?
En cuanto a los ingredientes, de momento, no hay amor en sus páginas, bueno mejor dicho, lo hay y a raudales, pero no del romántico, en este caso, hablamos de amistad. El lazo que se establecerá entre Tooru, Yuki y Kyo se hará más fuerte con el pasar de páginas pero claro, ¿quién dice que de ese triángulo no va a salir una pareja?
Tardaré en responder a esa pregunta, y a muchas otras sobre la historia, porque aún me quedan más de viente tomos por leer y aunque me tome mi tiempo, iré sin prisa pero sin pausa, sé que tarde o temprano la terminaré porque lo poco que he visto y leído me ha hecho disfrutar. ¡Hasta la próxima, devorador@s!
Agradecimientos Norma Editorial