Revista Cine

Chappie, chatarra desalmada

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

En otro futuro hipotético, la delincuencia causa estragos en la sociedad y la solución a nuestros problemas son robots blindados con orejas de conejo. Si esta breve sinopsis les suena familiar, es porque el año pasado fueron expuestos a un Robocop con una trama muy similar. La excusa es que esta película es producto de un trabajo previo de Neill Blomkamp, llamado Tetra Vaal.

De inmediato conocemos el funcionamiento de este innovador sistema de lucha contra la delincuencia que involucra políticas de oficina, mecánicos, compañeros envidiosos y el genio del maravilloso sistema. Todos los anteriores personificados por grandes actores que por lo visto nunca imaginaron la desgracia a la que serían sometidos. Si lo leyó bien, desgracia, porque no puedo pensar en mayor crimen que el de hacer ver a Sigourney Weaver y Hugh Jackman como pésimos actores.

Después de una serie de secuencias con el estilo de cine de realidad, es que conocemos a una banda de delincuentes demasiado necesitados de dinero. La solución a sus problemas es secuestrar al genio inventor Deon Wilson (Dev Patel), para reprogramar a los robots, o por lo menos desactivarlos. Por supuesto que no funciona el magnífico plan, porque aparentemente es impenetrable el sistema. ¡Ahhh! Pero el “genio” tiene un proyecto personal de conciencia artificial que permitirá educar a un robot, y así la banda podrá utilizarlo para cometer sus fechorías.

Chappie-Gangster

Hay películas con tramas absurdas que logran salir adelante porque son divertidas o emocionantes, e inclusive llegamos a perdonar la premisa. En esta ocasión, en vez de hacernos olvidar, nos recuerda a cada minuto la serie de errores que se cometen. Y vaya que si tiene varios, comenzando por el protagonista robot llamado Chappie.

Hasta el momento, no logro descifrar el propósito del filme. Quiero entender que es una moraleja a la capacidad de crear vida y las responsabilidades que ello trae, o como eres lo que aprendes, quizás la capacidad de un robot de tener alma. Sinceramente me escapa porque jamás logra transmitir sus intenciones de una manera clara o por lo menos objetiva.

Conforme pasan los minutos vemos el desarrollo en la personalidad de Chappie de niño a adolescente, y sinceramente, se vuelve en una pobre imitación de comedia. Nos perdemos en escenas que buscan crear simpatía por tu protagonista, y terminan en lo contrario. Cada vez que esta en escena el robot se vuelve en una máquina de estereotipos, tremendamente hiperactiva y que no sabe callar.

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Es triste que en todo el libreto no haya existido el interés de profundizar en los planteamientos de lo que significa Chappie tecnológica o espiritualmente. A lo mucho en un acto que se supone transcendental que involucra el traspaso de conciencias, el protagonista se limita decir que no sabe cuales son las consecuencias, y si él no tiene el interés, menos yo.

Lo que me extraña son los excesos que comete Blomkamp, de todas sus películas esta es donde lo vemos más desesperado y si control. Con tal de mantener atenta a su audiencia, se le ocurre acelerar las escenas innecesariamente, y cuando tenemos un respiro, por ejemplo el momento en donde trae a la vida a Chappie, otra vez decide pisar el acelerador con un hombre y su pistola. Y así nos lleva de escena en escena donde todos los personajes están corriendo, siendo perseguidos o la cámara moviéndose constantemente en medio de una conversación de oficina.

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El mayor pecado llega al final, en donde en una escena con robots, Neil comete la infamia de imitar el estilo del director Paul Verhoeven: con sangre, desmembramiento, e impacto en seco. La escena clave es de un hombre siendo cercenado por una pinza de un robot gigante. Una cosa es inspirarse y otra pretender ser algo que no va acorde a tu estilo.

La película es un fracaso, que como toda obra tiene sus fanáticos que le ven lo positivo. En lo personal me dejó preocupado porque es producto de un director que prometía tanto con su ‘Distrito 9′, y que ahora produce una obra con excesos que no llevan a ninguna parte.

Con el anuncio de la participación de Neil en Alien 5 y con un legado de dos películas mediocres tanto para la crítica, como en taquilla, creo que es tiempo de preocuparse. Claro, si es que quieren que pase otra década o más para volver a presenciar la madre Xenomorfo en toda su gloria.


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