Cariño, pareces Papá Noel comiéndose un Cornetto
...y resulta que Borja no era hijo del Barón Thyssen, ¿cómo te quedas?
La señora Lampert es una guapa consorte cuya principal ocupación es fundirse el dinero de su rico esposo al que no ama. Pero de la noche a la mañana se convierte en la viuda Lampert. Entonces empieza a descubrir que su marido no era quien decía, sino un espía con unos misteriosos "amigos". Reggie sólo encontrara la comprensión y la ayuda de un desconocido al que conoció en una estación de esquí. Ambos tendrán que enfrentarse a unos desconocidos que buscan un dinero que nunca apareció..."Ven aquí que te voy a espiazar"
Le tenía echado el ojo a esta película desde hace tiempo, y cuando me puse con ella, descubrí un interesante thriller de espías e intriga hecho a la vieja usanza dirigido de manera brillante por el gran Stanley Doner (Siete novias para siete hermanos, Cantando bajo la lluvia) y con buena dosis de comedia.Luce especialmente -como no podía ser de otra manera- Audrey Hepburn, tan guapa y elegante (en esta ocasión vestida por Givenchy) con esa mezcla de inocencia y desconcierto que le hace congeniar en pantalla bastante bien con el apuesto Cary Grant, aunque resulta un poco snob.
Ambos tienen química y están apoyados por unos buenos secundarios como el gran Walter Matthau o James Coburn y todos se desenvuelven de maravilla en esta enrevesada cinta de suspense y comedia que no hubiera desentonado mucho en la filmografía del mismísimo Hitchcock.
La fotografía está bien cuidada, con París de fondo, así como la música del mismísimo Henry Mancini, tan acertada como siempre.
Un clásico del cine de intriga muy bien elaborado que engancha y atrapa al espectador que esté dispuesto a disfrutarla.