Revista Cultura y Ocio

Charlamos con Sandra Andrés Belenguer

Publicado el 29 febrero 2012 por Mientraslees
Charlamos con Sandra Andrés BelenguerLee la entrevista que le hemos hecho a la autora de El Violín Negro
PhotobucketSandra Andrés Belenguer nació en Zaragoza, España, en 1982. Se licenció en Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza y desde muy pequeña se decantó por la literatura más parisina. Sus escritores favoritos, Víctor Hugo y Gaston Leroux, marcaron un antes y un después, lo que la llevó a escribir bajo el seudónimo de Ladyghost toda la información que recababa sobre su gran pasión: El fantasma de la ópera. No pensó en dedicarle una novela hasta que, en París, en la famosa Ópera, una amiga norteamericana que compartía su afición la instó a hacerlo. Desde ese momento, no ha parado de cumplir sueño tras sueño, convirtiéndose en todo un referente sobre El Fantasma en nuestra lengua. Recientemente ha organizado una exposición en Zaragoza sobre este apasionante tema. Su segunda novela se titula "La hija de los sueños" y quedó finalista en el Premio As de Picas de Viceversa.

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Antes de comenzar la entrevista, tenemos que darte la enhorabuena por el trabajo que estás realizando para fomentar la obra de Gaston Leroux entre los lectores españoles. Tus crónicas, tu exposición y, sobre todo, “El violín Negro” están llenas de vitalidad y entusiasmo que cuesta encontrar hoy en día.
1. “¡No me toquéis! Soy la muerte roja que pasa”, dijo Erik en "El fantasma de la Ópera".
La Muerte Roja es el disfraz que utiliza Erik, el Fantasma de la Ópera, para aparecer en el baile de máscaras que se celebra en la Ópera Garnier. Un atuendo rojo carmesí, ataviado con una gran capa y una máscara en forma de calavera. Siempre he pensado que esa calavera sería su propio rostro al descubierto…
Estoy segura de que Gastón Leroux hace referencia a la Muerte Roja de Edgar Allan Poe, uno de sus relatos más famosos en los que este personaje encarna a la Peste y su exterminio llega incluso a penetrar en la mascarada que Poe describe de forma misteriosa e impactante. Quizá Leroux quedara maravillado con este cuento y quisiera que su protagonista le hiciera un pequeño homenaje.
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2. "El fantasma de la Opera existió. No fue en modo alguno, como se ha creído mucho tiempo, una inspiración de artistas, ni una superstición. Sí, existió en carne y hueso, aunque tomaba todas las apariencias de un verdadero fantasma." ¿Qué sientes al leer esto? ¿Piensas que El Fantasma realmente existió?
Desde que leí la novela de Leroux con 13 años, me fascinó esta afirmación tan rotunda y quise averiguar por mis propios medios, qué había de cierto y real en esta leyenda. Fue entonces cuando comenzó mi investigación, primero en España y seguidamente en París, donde no sería nada fácil descubrir algunos detalles asombrosos. Visité la Ópera Garnier y su Biblioteca, así como la Richelieu y la Miterrand en diferentes viajes.
He podido averiguar muchos detalles, curiosidades y sucesos acontecidos en aquella época como el verdadero accidente con la lámpara que realmente se precipitó hacia el patio de butacas, o el misterioso incendio de la Ópera en la calle Peletier: nade sabe todavía cómo ocurrió, pero fue necesario para que el gobierno parisino subvencionase la construcción de la nueva Ópera Garnier, abandonada desde la guerra de la Comuna. Y así, un sin fin de casualidades, enigmas y detalles de los que nadie en París quiere hablar.
Una vez pregunté a la bisnieta de Leroux, muy amiga mía, qué tanto por cierto había de real en la historia de su bisabuelo y ella me contestó que un 60% de la novela estaba basado en hechos reales y el resto, era artificio literario…Me quedé fascinada por el hecho de que verdaderamente hubiera existido un hombre viviendo en los subterráneos de la Ópera Garnier, oculto de la sociedad y enamorado de una joven cantante.
3. ¿Qué significado encierra para ti la Lira de Apolo? ¿Fue cuando mirabas el interior de la Ópera Garnier que se te ocurrió darle tanta importancia en “El Violín Negro” o se debe a la mitología?
PhotobucketPuede que a ambas cosas. La mitología siempre me ha fascinado, pero además, es un tema recurrente tanto en el exterior como en el interior de la Ópera Garnier. Apolo, el dios de la belleza y la música, aparece representado por doquier, siendo el símbolo principal del edificio. Incluso una gran estatua de bronce corona su cúspide, con el dios elevando sobre su cabeza una lira dorada, signo que le identifica. No quiero escribir ningún spoiler, pero es por esta razón por la que decidí que Apolo tendría un lugar preferente en mi novela.
4. Tú misma has dicho en un artículo de tu web que El jorobado de Notre Dame es uno de tus clásicos favoritos, siendo Víctor Hugo también uno de tus autores favoritos. Tanto Cuasimodo como Erik son personajes que han sufrido a lo largo de su vida por ser diferentes, y encima ambos son franceses. ¿Qué tienen estos dos seres literarios que te llama tanto la atención? ¿Además de ellos, existen otros personajes en circunstancias similares que te hayan robado el corazón?
Pecaría de inocente si dijera que en ambos casos, me enamoró su bella moraleja: el amor se halla en el interior. Verdaderamente lo que me enamoró de Erik y de Cuasimodo, fue su alma atormentada. Es lo que les confiere el fuego literario necesario para ser grandes clásicos de todos los tiempos. Los dos comparten un mismo destino: amar sin ser amados y en sendos casos, su tragedia fue lo que me llegó al corazón. La soledad, la incomprensión, un sentimiento no correspondido…los hacen únicos y especiales.
Por supuesto, existen dos personajes de similares características con los que sufrí leyendo su historia y que quedarán en mi interior para siempre: uno de ellos es El Hombre que ríe de Víctor Hugo y otro, la criatura de Frankenstein, de Mary Shelley. Una vez más, su desafortunado destino, dejó en mí una profunda huella difícil de borrar.
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5. ¿Cómo fue el proceso de documentación para escribir “El violín Negro”? Y no nos referimos a los viajes que debiste haber hecho pues has demostrado conocer París como la palma de tu mano. No, nos referimos por ejemplo a la visión analítica y sensible al arte que tiene Erik cuando nos narra trocitos de su vida. A través de sus ojos, tú manejas la música, el arte, la arquitectura, la historia… ¿Qué conocimientos tuviste que recabar para, de una u otra manera, convertirte en El Fantasma de la Ópera?
Para escribir en primera persona, a través del propio Erik, fue necesario un gran pulso personal. ¿Podría llegar a plasmar los sentimientos de un personaje que me había enamorado con su historia, su personalidad, su visión oscura del mundo? Tuve que aislarme de todo cuanto me rodeaba e incluso analizarme a mí misma para llegar al fondo de su corazón, palpitante de vida y sediento de un amor que no pudo tener jamás, ni siquiera por parte de su madre. Fue un reto muy difícil, pero auné en mí misma todo lo que sentía hacia este personaje y lo transmití en el papel. Creo que es un bonito homenaje.
En cuanto a la documentación del Arte, la Historia, la Música… Fue un proceso arduo, pero maravilloso. No solamente los descubrí en mis viajes, sino en los distintos libros que poseo sobre la construcción de la Ópera Garnier, la historia del templo de Delfos y su simbología…También tuve que documentarme sobre la fabricación de violines y especialmente en la ciudad de Cremona, a finales del siglo XIX.
6. “El violín Negro”, tu primera novela publicada, tiene un deje melancólico en la manera de narrar. Su hermosa estructura y la sintonía de los personajes para con la cultura, me dio la impresión de que impregnaba a la novela de un aura adulta. ¿Crees que tu novela podría categorizarse como “crossover”, que dejaría satisfecho tanto a jóvenes como a adultos?
PhotobucketLa novela ha tenido éxito tanto en el público juvenil como en el adulto y ambas edades han disfrutado de su historia sin tener prejuicios sobre la franja de edad a la que la editorial lo había colocado. Cuando escribí El Violín Negro, realmente no pensé a qué público iba dirigido, sino que fue una especie de catarsis personal, un modo de verter todo lo que sentía y transmitirlo a través del papel. Sí os puedo comentar que la editorial, en las galeradas, me hizo bajar las edades de los protagonistas para así poderlos encajar mejor en la línea juvenil. Incluso, en una de las ferias del libro en Zaragoza, vino a comprar un ejemplar una señora que me dijo tener ochenta años, y que mi novela sobre el Fantasma le atraía muchísimo.
7. ¡El personaje de Gilles existe en la realidad! Es amigo tuyo pero, ¿también es un “cata”? Hablando de catacumbas: ¿qué se siente al estar allí abajo, recorriendo tantas leyendas e historias de revoluciones, huidas…?
Sí, Gilles es un buen amigo “cata”, es decir, un catáfilo experto en las catacumbas parisinas. En muchos de mis viajes a París ha sido él quien me ha guiado a través de los subterráneos de la ciudad, que suelen estar prohibidos para los turistas habituales.
Es una sensación de anacronismo sentir que te hallas en un lugar que posee una historia única a lo largo de los siglos, desde que emplearan su piedra caliza para la construcción de catedrales, hasta convertirse refugio durante las revoluciones del siglo XVIII y XIX o en la Segunda Guerra Mundial, siendo empleadas en esta época tanto por la Resistencia como por los nazis.
A mí siempre me han apasionado esta clase de laberintos subterráneos y que Gilles me los mostrara, al tiempo que me relatase toda su leyenda, es un sueño hecho realidad.
8. Siguiendo con los subterráneos… Visitaste los subterráneos de la Ópera Garnier aun a pesar de estar cerrado al público turista. ¿Podrías describirnos esta experiencia única? ¿Era uno de tus sueños?
PhotobucketSiempre recordaré la primera vez que visité la Ópera y con toda mi inocencia, le pregunté a uno de los vigilantes, que quería visitar los subterráneos. Me insistió en que solo eran una invención, un mito creado por la pluma de Leroux.
Un año después, yo ya había hecho mis propias averiguaciones: según parece, el arquitecto encargado de construir la Ópera, Charles Garnier, tuvo un inesperado problema. Un afluente del Sena pasaba justo debajo de su edificio y creaba una gran balsa de agua. La solución fue crear un lago artificial que hoy en día, cuando el nivel freático de las aguas sube, ocupa tres de los cinco sub-niveles de la propia Ópera. Cada seis meses, los bomberos son los encargados de drenar este lago. Como anécdota os puedo contar que existen peces ciegos de color negro y que son los propios bomberos los que les alimentan.
Conseguí acceder a estos subterráneos gracias a mucho esfuerzo y tesón y por supuesto a un permiso muy especial. Desde entonces, he podido visitarlos en varias ocasiones, siempre descubriendo algún pasadizo nuevo o alguna galería oculta. Parece que el Fantasma vaya a aparecer de entre las sombras a cada paso…
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9. ¿Qué ha aportado “El Fantasma de la Ópera” a tu vida? ¿Qué sería de ella sin él? ¿Crees que serías la misma persona si nunca hubieras leído la obra de Gaston Leroux?
Sin duda el Fantasma ha sido y está siendo una parte muy importante tanto de mi vida personal como literaria. Ha llenado una gran parte de mi tiempo en estos años y me ha producido enormes satisfacciones. Por supuesto, sigo investigando con la firme idea de que algún día podré demostrar fehacientemente que Erik existió en realidad e inclusive poder hallar el lugar donde descansan sus restos. Es una labor que estoy convencida me costará años, pero creo que de alguna manera, se lo debo.
No sé cómo hubiera sido mi vida si no hubiera descubierto esta leyenda, pero sí sé que de alguna manera inexplicable, estaba destinada a que este libro me encontrara. A veces el destino nos depara misteriosos caminos…
10. La bisnieta de Gaston Leroux es amiga tuya desde hace años. ¿Ella se ha leído “El violín Negro”? Si es así, ¿qué le parece? ¿Qué piensa de tu idea de coger al propio Leroux como protagonista de los múltiples fragmentos situados en el pasado que reinan tu novela?
PhotobucketLe regalé el libro hace dos años y aunque ella no sabe español, tiene un amigo que sí, y se lo ha ido traduciendo. La última vez que hablé con ella, me dijo que le había encantado y que inclusive al final le había hecho llorar.
Le gustó mucho la participación de su bisabuelo en mi novela y me dijo que si él viviera, estaría muy orgulloso de mí. Como anécdota os puedo contar, que la propia bisnieta desconocía que su bisabuelo hubiera pertenecido a una sociedad secreta como la Sociedad Hermes en mi libro. En realidad, dicha sociedad era conocida como Sociedad de la Niebla.
11. “El violín Negro” tiene como trama principal la leyenda del Fantasma de la Ópera y la metaliteratura del propio libro de “El fantasma de la Ópera”. ¿Crees que un libro como éste, situado en pleno siglo XXI, con personajes cercanos y un romance juvenil, puede acercar a las nuevas generaciones el clásico de Gaston Leroux? ¿Era esa tu intención, aparte de hacer casi una catarsis sobre una de tus grandes pasiones?
Sí, de hecho ha habido muchos jóvenes que me han comentado que tras leer mi libro, lo primero que han hecho es buscar el Fantasma de Gastón Leroux, por lo que me siento muy orgullosa de haber contribuido a que el público juvenil conociera la historia de Erik.
Cuando lo escribí, no pensaba que mi novela pudiera ejercer esa influencia en los lectores, pero en estos dos últimos años, he llegado al convencimiento de que así ha sido, dado la cantidad de mensajes que en este sentido he recibido. Si en cierta medida, mi libro sirve para acercar a los jóvenes a la literatura clásica, me sentiría muy satisfecha por ello.
12. ¿Piensas que haber leído primero “El Fantasma de la Ópera” ayuda a conectar mejor con tu novela, “El violín Negro”? ¿Qué les aconsejas a tus posibles lectores?
Creo que no es imprescindible haber leído la novela de Leroux para entender El Violín Negro, pero sí sería un complemento perfecto para comprender la esencia de aquel personaje misterioso y atormentado que un día construyó su morada en los laberintos de la Ópera. A los lectores les aconsejaría que se lean los dos.
13. El llamado Lenguaje de los pájaros es un gran protagonista en tu novela. ¿Podrías explicar a nuestros lectores de qué se trata este código secreto? ¿Podrías citarnos también algún fragmento de “El fantasma de la Ópera” que pienses que esté cifrado con este código? Sería muy interesante.
PhotobucketEl lenguaje de los pájaros no es, como en un principio se pudiera pensar, un código extraño, numérico o un anagrama, sino una clase de lengua destacada en los libros de los autores pertenecientes a esa Sociedad literaria y que se refería a una metáfora oculta que solo los iniciados en ese lenguaje podían comprender. El Fantasma de la Ópera de Leroux está repleto de citas en cursiva con doble sentido que el lector debe desentrañar. Incluso se ha llegado a decir por los expertos en el tema, ¡que eran alusiones a la alquimia!
Una de las citas destacadas en el libro es:
“Y con la mayor sencillez del mundo, porque Erik fue uno de los primeros maestros de obras de Philippe Garnier, el arquitecto de la Ópera, y continuó trabajando misteriosamente solo, cuando los trabajos habían sido suspendidos oficialmente durante la guerra, el sitio de París y la Comuna”.

Observad que curiosamente, el nombre real de Garnier no es Philippe, sino Charles. He podido comprobar en todos los libros que tengo en varios idiomas, que Leroux cambia este nombre deliberadamente, aunque no se sabe el porqué. Quizá fuera una de las claves para conocer su mensaje secreto…
14. Finalmente, Sandra, sabemos que no puedes adelantarnos demasiados datos sobre tus andaduras literarias pero, ¿podrías saciar nuestra curiosidad y decirnos en qué estás trabajando actualmente? ¿Tendremos pronto otra novela tuya circulando por España?
Ya sabéis que los escritores (al menos yo), no somos muy dados a revelar nuestros proyectos, pero sí os puedo decir que pronto (esto depende de la editorial) verá la luz a segunda parte de La Hija de los Sueños. Tengo otro proyecto entre manos del cual no puedo desvelar nada, pero lo considero como un pequeño homenaje a la literatura…Tiempo al tiempo.

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