El Congreso de los Diputados más que un parlamento, parece un lugar de charlatanes en donde cada speaker dice su discurso, sin dejar que los demás intervengan y cuando esos demás logran intervenir, resulta que tampoco les hacen caso y no se debate nada.
Estamos llegando al colmo de la memez supina en ese llamado parlamento soberano ¿soberano de qué?, como ahora tenemos dos reyes no se a cual soberano se refieren cuando dicen que el parlamento es el pueblo soberano representado por sus señorías ¿señorías? ¿señorías, de qué señores?
Estoy hasta el gorro -debe de ser mucho más allá, pues yo no uso gorro- de todas las estupideces que tenemos que oír en los discursos del parlamento español ¿español?
Yo ya no sé si es español o qué es, pues no hacen más que encararse con el 'y tú más' que les encanta.
Llevamos más de tres (3) años que cuando tocan el tema de la corrupción cada cual derrama su discurso para que resbale en todos los asistentes, y además se quedan tan a gusto, como si hubieran arreglado el grave problema que nos asfixia como si tal cosa.
Dejen de decir lo que van a hacer contra la corrupción y barran bien barrido para limpiar de los partidos a esta lacra inmunda que nos han montado en nuestra chepa desde que la Transición No Transitada se instaló en nuestras vidas ¿vidas?, si esto es un vivir.
Cada vez que oigo la palabra corrupción siento como un escalofrío intenso, pues siempre va acompañado por una cifra a incrementar en el suma y sigue del vergonzoso latrocinio.
Por tanto, quiero hacer hoy una 'jaculatoria' para exorcizar a la corrupción: Señor, Señor, te pido que no tengamos nunca más en el parlamento español más charlatanes.