- Egocéntrico: Habla solo de él, suele ser (en su imaginación) un sujeto adinerado, de posición social alta, con estudios y apellido de renombre, en otras palabras es el “putasboy”.
- Extra amable (o mejor dicho el lambón): Es aquel que mete su nariz donde no lo han llamado con tal de sacar provecho para luego alardear, presumir, exagerar o inventar participación en algún asunto verdaderamente importante.
- Ambicioso: Siempre tiene un “negociazo” entre manos, tiene ideas brillantes y su objetivo principal es captar la atención de sus posibles inversionistas con cifras y con una actitud o actuación siempre segura y exitosa.
- Inseguro: Aquel que suena como eco al repetir las ideas de los demás con palabras ligeramente cambiadas, y todo por querer incluirse en alguna conversación.
- Romanticón: Por ejemplares como este, existen canciones como “te pintaron pajaritos en el aire”, y viven en tiempo futuro pero con 0% de certeza… Los perfectos endulzantes de oído.
- Sabiondo: Cita autores y fechas para reforzar sus ideas, suena perfecto, totalmente creíble, pero tiene una debilidad… no puede hacerlo en cualquier lugar, porque puede correr el riesgo que le salga alguien que SÍ sepa de verdad y quede como un completo idiota.
- Bromista: Cuando se ve en riesgo de ser descubierto como charlatán, lo resuelve con un “noooo mentiras, era por molestar”.
Revista Opinión
La charlatanería pudiera como todo, interpretarse de distintas maneras.
Sus adeptos podrían defenderla bajo el argumento de que es un medio que justifica el fin, por otro lado las víctimas de esta milenaria práctica, tan vieja como la mentira propiamente dicha, son secos y contundentes al expresar que la verdad solo tiene una cara.
A lo largo de la historia han surgido incluso refranes para hacer más colorida la experiencia de interactuar con un charlatán*, por ejemplo: “mejor pálido una vez y no colorado siempre”, “más rápido cae un mentiroso que un cojo” o “por la boca muere el pez”; por citar algunos.
Desde mi experiencia con charlatanes, puedo clasificarlos por su campo de acción: