Revista Literatura

Charles Bukowski | El cordón

Por Griseldagarcia
Charles Bukowski | El cordón

Charles Bukowski | El cordón


Una mujer, una goma baja, unaenfermedad, undeseo, miedos frente a vos,miedos tan firmes que los podés estudiarcomo piezas en untablero de ajedrez...no son las grandes cosas las quemandan a un hombre al loquero. Está preparado para la muerte, o el asesinato, el incesto, el robo, el incendio, la inundación...no, es la serie continua de pequeñas tragediaslo que lleva a un hombre alloquero...no la muerte de su amorsino un cordón que se rompecuando no hay tiempo...el horror de la vidaes esa nube de trivialidadesque puede matar más rápido que el cáncerque está siempre ahí-las patentes o los impuestoso el carnet de conducir vencido,o contratar o despedir,tener que hacerlo o que te lo hagan a vos, ola constipaciónmultas por exceso de velocidadpolillas o grillos o ratones o termitas ocucarachas o moscas o un hueco en el mosquitero, o sin gaso demasiado gas,la pileta se tapó, el encargado está borracho,al presidente no le importa y el gobernador estáloco.el interruptor de la luz roto, el colchón como un puercoespín;$105 por una afinación, el carburador y la bomba de nafta en Sears Roebuck;y la boleta del teléfono que sube, y el mercado que bajay la cadena del inodoro estárota,y la lamparita que se quemó-la luz del pasillo, la del frente, la de atrásla de adentro; estámás oscuro que el infiernoy el doble de caro.Además siempre hay ladillas y uñas encarnadasy gente que insiste en que sontus amigos;siempre está eso y cosas peores;una canilla que gotea, Cristo y la Navidad;el salame azul, 9 días de lluvia,paltas a 50 centavosy leverwurstpúrpura.o metersecomo camarera en Norm´s con horario partido,o de vaciador dechatas,o de lavador de autos o mozoo ladrón de carteras de ancianasque las deja gritando en la veredacon un brazo roto a los 80años.de pronto2 luces rojas en tu espejo retrovisory sangre en turopa interior;dolor de muelas y $979 por un puente$300 por una fundade oro,y China y Rusia y América, y el pelo largo y pelo corto y sinpelo, y barbas y sin rostros, y muchas sedas pero noporro, excepto quizás uno para mear y otro para tu panza.con cada cordón rotode cada cien cordones rotos,un hombre, una mujer, unacosa entra al manicomio.así que tené cuidadocuando te agaches.
the shoelace
a woman, a
tire that’s flat, a
disease, a
desire; fears in front of you,
fears that hold so still
you can study them
like pieces on a
chessboard . . .
it’s not the large things that
send a man to the
madhouse. death he’s ready for, or
murder, incest, robbery, fire, flood . . .
no, it’s the continuing series of small tragedies
that send a man to the
madhouse . . .
not the death of his love
but a shoelace that snaps
with no time left . . .
the dread of life
is that swarm of trivialities
that can kill quicker than cancer
and which are always there –
license plates or taxes
or expired driver’s license,
or hiring or firing,
doing it or having it done to you, or
constipation
speeding tickets
rickets or crickets or mice or termites or
roaches or flies or a
broken hook on a
screen, or out of gas
or too much gas,
the sink’s stopped-up, the landlord’s drunk,
the president doesn’t care and the governor’s
crazy.
light switch broken, mattress like a
porcupine;
$105 for a tune-up, carburetor and fuel pump at
Sears Roebuck;
and the phone bill’s up and the market’s
down
and the toilet chain is
broken,
and the light has burned out –
the hall light, the front light, the back light
the inner light; it’s
darker than hell
and twice as
expensive.
Then there’s always crabs and ingrown toenails
and people who insist they’re
your friends;
there’s always that and worse;
leaky faucet, Christ and Christmas;
blue salami, 9 day rains,
50 cent avocados
and purple
liverwurst.
or making it
as a waitress at Norm’s on the split shift,
or as an emptier of
bedpans,
or as a carwash or a busboy
or a stealer of old lady’s purses
leaving them screaming on the sidewalks
with broken arms at the age of
80.
suddenly
2 red lights in your rear view mirror
and blood in your
underwear;
toothache, and $979 for a bridge
$300 for a gold
tooth,
and China and Russia and America, and
long hair and short hair and no
hair, and beards and no
faces, and plenty of zigzag, but no
pot, except maybe one to piss in and
the other one around your
gut.
with each broken shoelace
out of one hundred broken shoelaces,
one man, one woman, one
thing enters a
madhouse.
so be careful
when you
bend over.
Charles Bukowski (Andernach, 1920 - Los Ángeles, 1994). Traducción: Griselda García.

N.B.: Esta traducción se revisa periódicamente.

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