Charulata, la esposa solitaria; Soledad y pasión.

Por Victor Fernández.

Si algo bueno ha traído la pandemia del Covid-19 al cine, dentro del nefasto panorama cinematográfico que ha dejado en la salas de exhibición, es la incorporación más habitual de películas y clásicos restaurados. Tuvimos el ejemplo exitoso de El chico (Charles Caplin, 1920) o la filmografía casi completa de Wong Kar-Wai que ha lanzado Avalon. En ambos casos, las películas habían llegado a salas nacionales en su momento y la distribución en España era bastante accesible (exceptuando algunas de las primeras obras del cineasta hongkonés), pero no ocurre lo mismo con la que aquí nos ocupa. Charulata. La esposa solitaria (1964), es la décimo primera película del maestro del cine indio Satyajit Ray. Una cinta que, a pesar de su llegada a España con anterioridad, tenía un acceso mucho más limitado y complejo. Charulata, la esposa solitaria; Soledad y pasión. Decía el genio Akira Kurosawa que “no haber visto el cine de Ray es como estar en el mundo sin haber visto el sol o la luna". El cineasta indio saltó mundialmente a la fama gracias a su trilogía de Apu: su ópera prima Pather Panchali (La canción del camino) (1955), Aparajito (El invencible) (1956) y Apur Sansar (El mundo de Apu) (1959). Alabadas en todo el mundo occidental, que por aquel entonces era el único centro del universo cinematográfico, Satyajit Ray desarrolló una extensa filmografía de películas de gran humanidad y un reflejo poético cercano a cineastas como Jean Renoir o neorrealistas como De Sica. Más allá de lo exótico de traer una película india al Festival de Cannes, antes de la explosión de Bollywood, lo verdaderamente llamativo de Ray era su visión hermosa y paciente de un realismo cotidiano. Charulata, la esposa solitaria; Soledad y pasión. Basada en un relato de Rabindranath Tagore ambientado a finales del siglo XIX, cuando la India era todavía una colonia inglesa, la cinta cuenta la historia de Charu, una mujer de la alta sociedad bengalí que lleva una vida ociosa y está casada con Bhupati. Éste, que ha heredado una fortuna, utiliza su dinero para publicar un periódico político, y se siente orgulloso de no haberse dejado arrastrar por la comodidad y la desidia. Sin embargo, su mujer se siente sola y olvidada, lo que le llevará a comenzar una historia de pasión no correspondida con su cuñado Amal. Sin salir apenas de la casa donde viven ambos, más allá de las escenas de la playa o la imprenta donde desarrolla su trabajo Bhupati, Satyajit Ray consigue hipnotizar con una puesta en escena hermosa e inteligente, que parte de los espacios para colocar a sus personajes en emociones tan concretas como la soledad, el amor, el odio o la tristeza.

Charulata, la esposa solitaria; Soledad y pasión.

Así, uno puede destacar algunas escenas de una belleza sobrecogedora. La primera, esa secuencia en el jardín de la casa donde Charu se balancea en un columpio mientras Amal escribe en el nuevo cuaderno que le ha regalado su cuñada. En un claro y absoluto homenaje a su querido Jean Renoir, la cámara se balancea con el personaje del mismo modo que lo hacía en Una partida de campo (1936). Sin embargo, el juego de Ray es aquí mucho más alargado, más ambicioso, y también consigue un intercambio de sentimientos amorosos, de miradas que se balancean, que arrebata durante minutos la pantalla. Otra ocasión de deslumbrante poder es esa escena en la que Charu recuerda su infancia en la aldea. Deseosa de escribir, impulsada por Amal, la joven rememora su pasado a través de un montaje de superposiciones donde la poderosa mirada de la actriz Madhabi Mukherjee colisiona con la memoria y provoca un pequeño paréntesis casi experimental en la película.
Ganador del Oso de Plata a mejor director en la Berlinale de 1965, Ray conforma un melodrama tan calmado y de lento desarrollo, como pasional y arrebatador en su fuero interno. Por ello, la mayoría de emociones, como ocurre en muchas de las películas del cineasta, tienen una relación directa con la naturaleza. Su pensamiento intrínsecamente observador y de conexión con estos fenómenos, provocan que el viento (como ya veíamos en Pather Panchali) sea catalizador de los sentimientos más descarnados de su protagonista. Charulata, la esposa solitaria; Soledad y pasión.

También como presencia del peligro al que se somete. Cada vez que la presencia de Amal supone una revuelta emocional en el interior de Charu, el viento despliega su violencia. Del mismo modo que el sol o la luna, aquello de lo que Kurosawa hablaba en su famosa frase, representa siempre un juego de azares poéticos. Charulata. La esposa solitaria es, en definitiva, una película de gran hermosura, que cierra, además, con un final tan desconcertante en su planteamiento, como absolutamente arrebatador y descorazonador en su ejecución.

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##check## Lo bueno

La belleza del cine de Ray. La fotografía en blanco y negro, su mirada humanista.

##times## Lo malo

Que pueda hacer algo lenta o melodramática para parte del público.

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Ambientación 7.5

Aunque limitada a unos cuantos escenarios, la ambientación consigue llevarnos a la alta sociedad bengalí del siglo XIX, con una gran belleza cultural.

Desarrollo de Personajes 8.0

El desarrollo, sobre todo el de Charu, es descorazonador. Muchos secretos se transmiten por miradas, también en Amal y Bhupati, consiguiendo un grado emocional elevado en su parte final.

Argumento / Guión 7.5

Calmado, de lento desarrollo. Puede resultar algo melodramático en ocasiones, pero ofrece siempre una mirada paciente y cotidiana que esconde grandes sentimientos.

Banda Sonora 8.0

Uno de los aspectos que más me gustan del cine de Ray. La utilización de música tradicional, ya sea diegética o extradiegética, ofrece un gran valor artístico y cultural a sus obras.

Entretenimiento 6.0

No es una película que pueda catalogarse de entretenida. Se cocina a fuego lento, con personajes que actúan y conversan mucho. Es un drama cotidiano que no atraerá a todo el mundo.