Es una tarde cualquiera, y frente a mí se encuentra Esteban Larré, un investigador y consultor en tecnologías emergentes que ha dedicado los últimos años a explorar el impacto de la inteligencia artificial avanzada en el mercado laboral y la sociedad. Nos sentamos a hablar sobre ChatGPT Pro, la nueva suscripción premium de OpenAI que promete revolucionar cómo interactuamos con modelos de lenguaje futuristas. Pero, ¿es todo oro lo que reluce? Esteban no tarda en plantear una cuestión intrigante: «Lo que OpenAI está vendiendo no es solo tecnología; es una idea del futuro que, paradójicamente, podría ser menos accesible que nunca.»
Origen: ChatGPT Pro: ¿Revolución Tecnológica O Un Capricho Caro? – MERCADO LIBRE EUROPA
¿Qué hace tan especial a ChatGPT Pro?
—Esteban, el modelo o1 de ChatGPT Pro ha sido presentado como un salto significativo en inteligencia artificial avanzada. ¿Es realmente tan revolucionario como parece?
—Sin duda, es un avance importante. El modelo o1 combina capacidades multimodales, como análisis de texto e imágenes, con un razonamiento profundo que reduce errores en problemas complejos hasta en un 34%. Esto es especialmente útil en campos técnicos como matemáticas, programación o diagnósticos médicos. Pero también hay que reconocer algo: aunque la tecnología sea impresionante, el precio de 200 dólares mensuales la pone fuera del alcance de muchos.
Esteban me explica que herramientas como estas tienen un mercado claro: profesionales, investigadores y empresas con necesidades específicas. Sin embargo, plantea una paradoja: mientras la tecnología avanza hacia una complejidad sin precedentes, también se aleja de la mayoría.
«Es como el Ferrari de la IA»
Cuando le pregunto si ChatGPT Pro es comparable a otras herramientas de IA en el mercado, Esteban se ríe y lanza una analogía:
—Es como comparar un Ferrari con un coche eléctrico compacto. Ambos te llevan del punto A al B, pero uno lo hace con lujo y exclusividad. ChatGPT Pro es ultrapremium, como Bloomberg Terminal o AutoCAD, dirigido a quienes necesitan maximizar la productividad y pueden permitírselo.
El modelo Pro, según detalla, permite procesar más información aún más rápido, gracias a ventanas de contexto ampliadas y capacidades de interacción por voz avanzadas. Pero también enfatiza que, para muchos usuarios, las versiones gratuitas o Plus (de 20 dólares al mes) son suficientes.
—El problema —continúa— es que estas versiones no acceden al modelo o1 ni a sus mejoras. Y ahí surge el debate: ¿queremos una inteligencia artificial de vanguardia solo para unos pocos?
Los riesgos de un lujo tecnológico
Le pido a Esteban que me explique los posibles riesgos de esta tecnología en un contexto más amplio. Su respuesta es contundente:
—El principal riesgo es la desigualdad. Las herramientas como ChatGPT Pro pueden transformar sectores enteros, automatizando tareas repetitivas y potenciando la eficiencia empresarial. Pero también podrían desplazar millones de empleos, especialmente en roles administrativos, legales o creativos, donde la IA puede realizar tareas como redacción de contratos o generación de informes con una precisión impresionante.
Sin embargo, Esteban no es catastrofista. Subraya que, aunque algunos empleos desaparecerán, también surgirán nuevos roles especializados en la implementación y mantenimiento de estas tecnologías. La clave, según él, está en la educación y la adaptación:
—Si no invertimos en capacitación, la brecha de habilidades será insalvable. Pero con la formación adecuada, podemos transformar este desafío en una oportunidad.
«Un modelo multimodal que piensa y ve»
Entre las innovaciones de ChatGPT Pro, la capacidad multimodal ocupa un lugar destacado. Según Esteban, esta función permite analizar texto e imágenes de forma simultánea, lo que abre posibilidades en campos tan diversos como el diseño gráfico y la investigación científica.
—Imagínate esto: un diseñador puede pedirle al modelo que analice una ilustración y optimice su composición. O un médico puede cargar una radiografía para obtener un análisis preliminar casi al instante. Estamos hablando de un asistente que piensa y ve.
Pero también hay limitaciones. La IA no es infalible, y su capacidad de «entender» sigue estando lejos de la humana. Esteban insiste en que confiar ciegamente en estas herramientas podría ser peligroso.
El precio de la innovación
Uno de los puntos más debatidos es el costo de esta suscripción premium. A 200 dólares al mes, ChatGPT Pro es una herramienta costosa incluso para empresas pequeñas. Le pregunto a Esteban si este precio está justificado:
—Depende de cómo lo mires. Si trabajas en sectores como la investigación científica o la programación avanzada, donde cada segundo cuenta, puede ser una inversión rentable. Pero para el usuario promedio, es difícil justificar ese costo cuando las versiones gratuitas ya son bastante ú tiles.
Este debate, según él, subraya una tensión inherente en la tecnología moderna: cómo equilibrar la innovación con la accesibilidad. OpenAI ha lanzado iniciativas como el «ChatGPT Pro Grant Program», que otorga suscripciones gratuitas a investigadores seleccionados, pero estas son limitadas.
«Lo más interesante del futuro es su incertidumbre»
Casi al final de nuestra conversación, Esteban deja caer una reflexión que encapsula toda nuestra charla:
—Lo más interesante del futuro es su incertidumbre. ChatGPT Pro es una ventana hacia lo que podría ser, pero también nos obliga a enfrentarnos a preguntas difíciles sobre ética, economía y sociedad. Y esas preguntas no tienen respuestas fáciles.
Mientras me despido, no puedo evitar pensar en cómo esta herramienta encarna esa tensión entre el progreso y sus costos. ChatGPT Pro es una obra maestra de la tecnología de vanguardia, pero también un recordatorio de que el verdadero desafío no es crear el futuro, sino asegurarnos de que todos podamos formar parte de él.
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