Se barrunteaba un trágico final tras cruzar el umbral de ausente en
La Lupa,
verte y sentir un malevaje
el Plata, presente en mi bandoneón.
Y mientras tus barcos dactilares surcaban léxicos océanos
yo seguía tu estela inaudita
para tiznar las horas,
documentar tu sonrisa ,
Para saber que leerás a García Montero,
para saber que leeré a Juan Carlos Mestre.
Para impedir el cruel despido