“Nosotros somos los pobres, nosotros somos con Chávez”. Lo canta Gino, con textos sacados de conversaciones populares. En el video de la canción, esos chavistas pobres (que no pobres chavistas) empiezan, muy a la venezolana, riéndose de sí mismos, burlándose de su mal comportamiento ciudadano, “mamando gallo”, que es la expresión criolla del castellano “tomar el pelo”. Bromeando, como tantas veces ha hecho Chávez en sus intervenciones. Luego, la prensa mercenaria sacaba de contexto ese momento para intentar descalificar al Presidente. Un “loco”, un “dictador”, un “autoritario”. Pero nunca han podido evitarlo, en comunicación directa con su pueblo. “Somos pa los poderosos/chusma,turba, lumpen, monos/malandros, zarrapastrosos/borrachos, vagos y flojos/los sarnosos, las cachifas/los macacos, el perraje/ nosotros somos chavistas/nosotros somos la calle”. Uno de los protagonistas de esta canción plural resume por qué Chávez: “Porque Chávez es el hombre”. No hace falta más. ¿Se entiende?
Anda ahora la oposición intentando leer entre las líneas de la Constitución para invalidar la decisión máxima ritual de cualquier democracia liberal: las elecciones, en este caso, por añadidura, unas elecciones que votaron a Chávez como Presidente con más del 80% de participación y en donde el líder bolivariano sacó 11 puntos al representante de la derecha. No es extraño que la oposición siga con sus caminos torticeros. Ahora, queriendo aprovechar la enfermedad de Chávez. Tanta es su impotencia. Ni siquiera en Estados Unidos se ven comportamientos tan rastreros (puede verse ahora mismo con la enfermedad de Hilary Clinton). O inventando inexistentes divisiones dentro de las filas del bolivarianismo. Cree el ladrón que todos son de su misma condición. La derecha venezolana es arrogante de piel y clase, y eso embrutece. Por eso siguen sin entender casi nada…
Artículo entero en: La Marea (el periódico de la cooperativa MásPúblico)