Revista Opinión

¿Chavista Arrepentido?

Publicado el 27 abril 2018 por Carlosgu82

“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”. 2 crónicas 7:14

La primera reflexión que debemos hacer, es que los chicos venezolanos que hoy tienen 19 años de edad, no han conocido otro sistema de gobierno, distinto al chavismo. Esa circunstancia, representó un caldo de cultivo para comenzar el adoctrinamiento y alienación mental en muchas familias, donde estos jóvenes eran potencialmente conquistables, por cuanto que socialmente no podían establecer una comparación, con otra forma de gobierno, distinta a la que los veía crecer.

Es decir, que esta generación, heredó los mortales errores de sus progenitores, quienes enloquecieron por aquel “por ahora” que soltó un fulano militar y golpista, llamado Hugo Chávez Frías, tratando de tomar por asalto un gobierno democrático.

Pero la sabiduría del tiempo no se equivoca, y esos chavistas, hoy se vienen dando cuenta de que su trabajo fue cómplice para una transferencia instantánea del capital político revolucionario al Estado, a los parásitos de la renta, a los nuevos magnates, que llegaron al poder en alpargatas. Chavistas 19 años consecutivos aplaudiendo, votando y cargando el hacha de sus verdugos, trabajando en favor de los nuevos ciclos de miseria que hoy nos rodea.

Y quizás ustedes se preguntarán ¿Y fue que esos chavistas arrepentidos despertaron de un día para el otro? Pues no, porque mientras ellos seguían siendo chavistas, sus hijos salieron a las calles portando sus banderas, y alzando su voz de protesta para que no les robaran lo más preciado que puede poseer el ser humano, su libertad. Desde el asfalto, llamaban por teléfono a sus padres, para informarles que estaban luchando por Venezuela, y en contra del sistema autoritario que ellos llevaban años apoyando.

Propicio, para recordar aquellas grandiosas palabras que el Premio Nobel y Escritor Mario Vargas Llosa, dedicó a nuestros valientes jóvenes venezolanos, en el año 2014:

Pero quisiera subrayar una vez más el papel principalísimo que juegan los estudiantes en la gran gesta libertaria que vive Venezuela. La chavista debe ser la única revolución en su historia que se las arregló para, desde el principio, merecer la hostilidad casi generalizada de los intelectuales, escritores y artistas, así como la de los estudiantes, que, en este caso, dieron mucha más muestra de lucidez y olfato político que, en el pasado, sus congéneres latinoamericanos.

Quienes han llegado a la deprimente conclusión de que la política es un quehacer inmundo, de mediocres y ladrones, y que por lo tanto hay que darle la espalda, vengan a Venezuela y, hablando, oyendo y aprendiendo de estos jóvenes, comprobarán que la acción política puede ser también noble y altruista, una manera de enfrentarse a la barbarie y derrotarla, de trabajar por la paz, la convivencia, la justicia y la libertad, sin pegar tiros ni poner bombas, con razones y palabras, como hacen los filósofos y los poetas, y creando cada día gestos, espectáculos, ideas, como hacen los artistas, que conmuevan y eduquen a los otros y los embarquen en la empresa libertaria. Cientos de miles, millones de jóvenes venezolanos están dando en estos días a América latina y al mundo entero un ejemplo de que nadie debe renunciar a la esperanza, de que un país, no importa cuán profundo sea el abismo en el que la demagogia y la ideología lo han precipitado, siempre puede salir de esa trampa y redimirse.

Es así como, en muchos venezolanos, aletean las serias dudas del “arrepentimiento”, porque, por ejemplo, el chavismo intravenoso, que sufre del síndrome de la negación, todavía cree que “Chávez vive”. Si hablamos del chavismo de la élite enchufada, con una credencial de funcionario público, cercanos, testaferros, y con las llaves del confesionario, esos sólo pueden huir hacia adelante, atrapados en su propio “éxito”. Ni hablar del chavismo endógeno, con los tatuajes del comandante en los brazos, los glúteos, los senos y más allá. Y no podemos dejar de mencionar el chavismo nanobots, donde se agrupan los de “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. Y finalmente el chavismo arrepentido, que no se cuestionan el hecho de saltar la talanquera, porque esa es una decisión ya tomada. Chavistas que eran “de izquierda” (si eso quiere decir algo) antes de sucumbir ante el encanto de un paracaidista armado que intentó dar un golpe de Estado chimbo en nombre de la Justicia Social. Ahora no están seguros de que han sido.

Resulta que, en cada proceso electoral, 19 interminables años, votando por la revolución bonita, ahorita fue que los “chavistas arrepentidos” se dieron cuenta de que el socialismo del siglo XXI les quiebra las piernas, y después cual hazaña redentora, va y les toca la puerta para llevarles las muletas.

Lo más triste de esta trágica y espantosa historia de vida en Venezuela, es que el hambre, la miseria y las carencias sociales, no tienen color político.

Pidamos al Altísimo que nuestra Iglesia Católica sea sabia y fuerte en este momento. Venezuela necesita que seamos luz y sal en medio de la oscuridad. Que Dios bendiga cada hogar venezolano. Amén!!


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