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Chavs: putos trabajadores de mierda

Publicado el 13 abril 2016 por La Cara De Milos La Cara De Milos @LacaradeMilos
Chavs: putos trabajadores de mierda

La primera vez que alguien me habló del término chavs, tanto por mi propia cultura patria como por sus insinuaciones, lo relacioné con el término cani, choni y demás. También percibí que se hablaba de ellos desde la distancia, una distancia casi profiláctica, como si quien hablaba sintiera un verdadero pavor de clase a sentirse cerca de ellos, aunque tal vez tuviera menos dinero que alguno. Luego conocí la sublime obra de Chavs. La demonización de la clase obrera, que en España tuvo a muy bien publicar Capitán Swing, otra de esas geniales (e indispensables) editoriales independientes que han surgido con el nuevo milenio en el panorama editorial estatal. La prueba de su éxito es que Chavs. La demonización de la clase obrera va ya por su sexta edición.

Chavs: putos trabajadores de mierda

Chavs. La demonización de la clase obrera es, ante todo, una lúcida y no menos empírica respuesta ante el envite de la propaganda mediática neoliberal; o dicho de otro modo, cómo las clases acomodadas utilizan todas sus armas y toda su influencia en la lucha de clases que, aunque sea una propuesta de izquierdas, es una práctica generalizada: la clase trabajadora quiere salir de la miseria en la misma medida que las clases dominantes no quieren que lo haga. Así de simple y de despiadada es la premisa fundamental de Chavs. La demonización de la clase obrera.

Pero existen muchos otros motivos por los que celebrar una obra como Chavs. La demonización de la clase obrera, ópera prima de un autor del que hay que destacar, por encima de todo, su sobria perspicacia, su calma sin pausa. Porque la prosa de Owen Jones es heurística, que no cientifista, sin olvidar las emociones. Sabe manejar la atención del lector y sus intereses, sacarlo de la lucha de clases, como un mero observador, para después arrastrarle en su agudeza analítica y dejarle sin una respuesta ante la evidencia. Owen Jones, tanto en Chavs. La demonización de la clase obrera, así como en sus columnas de opinión y en su obra posterior, The Establishment. La casta al desnudo, recoge con orgullo el testigo de George Orwell y rellena el hueco que dejó uno de los mejores historiadores de la era contemporánea, Eric Hobsbawm.

Chavs: putos trabajadores de mierda

La capacidad desplegada en Chavs. La demonización de la clase trabajadora, por Owen Jones, para inducir la reflexión es sobrecogedora. Tanto como para hacerte sentir no solo compasión, sino también solidaridad, por una concursante de Gran Hermano. Pero no es para menos, cuando el poder mediático de la clase dominante se ejerce hasta límites que traspasan sin tapujos lo asimilable desde un punto de vista moral. Como fue el caso de Jade Goody, vapuleada, maltratada y difamada por todos los medios británicos conservadores, y algunos que se tienen por progresistas, hasta el punto de afirmar que el cáncer que le quitó la vida era una engañifa de relaciones públicas.

En algunos aspectos, es probable que se le pueda achacar cierta falta de cálculo a Owen Jones en tratar ciertas realidades en Chavs. La demonización de la clase trabajadora, como su análisis de Eden Lake como si no fuera lo que es: una película que pertenece al género fantástico; o ciertas creencias implícitas en su texto como que la propiedad, por sí misma, a la larga repercute negativamente sobre la clase trabajadora en conjunto. Pero creedme, no son determinantes para afirmar sin tapujos que estamos ante uno de los ensayos más brillantes de todo el comienzo del nuevo milenio.

Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.


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