Nos encontramos ante una noche lluviosa, de esas de las de apetecer estar metido por siempre jamás bajo una manta, pero mire usted por dónde que se nos presentó una propuesta musical de lo más interesante con los franceses Cheap Wine, y nos lanzamos a la calle.
El sitio elegido para nuestra cita musical fue The Green, un sitio más o menos nuevo en la cuidad que se asienta en el local del histórico Cine Cisneros. Es decir, mucho espacio, muchas salas y mucho suelo irregular que hace que al andar por ahí pareza que ya vas ‘tocaete’ cuando ni siquiera acabas de dar un trago a tu primera y rica cerveza de importación, que de eso van sobrados, la verdad que sí. Un sitio que a modo de pub irlandés se encarga de aglutinar a una amalgama de pobres estudiantes descarriados, tanto de Eramus como patrios, más descarriados aún estos últimos.
La sala de conciertos se sitúa en lo que era una de las salas del antiguo cine. Allí vi por ejemplo 'Ghost Dog' (una de mis películas favoritas) más solo que la una... Dicho este anécdota melancólica hay que pensar que un espacio del arte cinematográfico como aquél ha acabado siendo reciclado en uno de arte musical y que dentro de lo que cabe no está mal. Por lo menos no es un Zara. O un chino.
El primero en saltar a escena a modo de telonero fue Mr, Black, un señor que tuve el placer de presenciar en un concierto tributo a la CCR con su proyecto 'La Cridens' hace ya un par de añitos. Una voz muy en la onda de Paul Rodgers y que me recuerda mogollón a los protagonistas de 'Casi Famosos'. Mr. Black supo entretener al público con buena música acústica y con pepinazos propios como "Mi Mánager Odia El Blues", versiones siempre necesarias de The Band y con ese final y brutal medley que mezcló el "Sweet Home Alabama" de Skynyrd con el "Down To The River" de la Creedence, el "Get Back" de los Beatles, el "(I Can´t Get No) Satisfaction" de los Rolling Stones, el "Born To be Wild" de Steppenwolf rebautizado a la española a modo de mofa como "Bon Jovi Es Gay" (¿?) y, finalmente, el "Tutti Frutti" de Little Richards... Imbatible.
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Entiendo que lo nuestro no sea la puntualidad británica y que en este país en el que nos ha tocado vivir se diga una hora y luego sea otra, pero una cosa es que se indique que el concierto empieza a las 11:30 (que en realidad suele ser las 12:00 y pico) y resulte finalmente que la banda principal empiece a instalar y hacer pruebas de sonido a la una menos cuarto por muy concierto de entrada libre que sea. Creo sinceramente que no procede. Por muy táctica que sea para que la gente vaya entrando, ir haciendo caja y tal, lo cierto es que la gente trabaja, la gente está cansada... Y que si das tu palabra de que es a una hora pues es a una hora, leches.Con sombreros emplumados, patillacas, melenazas y embutidos en pantalones de campana y tal, a la una menos cuarto se presentaron los campeones de Cheap Wine, una pedazo de banda de Hard-Rock procedente de Clermont que formada por Louis Morati a la pequeña y cebreada batería, Rattlesnake Joe (no se puede tener un nombre más molón) al bajo, Valentin Contestin al cargo de esa bonita Gibson Es 335, Ahn Tuan (es más moderno que decir Antonio) a los teclados y finalmente Mathieu Devillers a las voces, histrionismos, panderetas y theremin se encargaron de dispararnos tres balazos de ese Hard-Rock setentero que tanto nos gusta con la presentación de su trabajo titulado 'Mystic Crow', disponible aquí mismito.Pero no se presentaron para comenzar inmediatamente el show no, sino para empezar a montar sus instrumentos y cachivaches entre el indiferente griterío de una masa de chicas de Erasmus que terriblemente sedientas bebían sus Desperados en pajita. Como os lo cuento. Al parecer, y debido a un cambio en la agenda, los chicos de Cheap Wine acababan de llegar de dar un concierto en Guadalajara, nuestra ciudad vecina… Muy currantes.Tras enchufar y afinar todo, nos pusimos en primera fila y pudimos disfrutar de una pequeña demostración de potencia, personalidad y herencia clásica por parte de estos gabachos. La actitud y sonido que se marcan sobre el escenario y en estudio con temazos como "Gravestone Smoke"· o "Stay Stange Express"hace que sea muy fácil emparentarlos con leyendas del subgénero como Leaf Hound, The Edgar Broughton Band o Blue Cheer... Es decir, canela en rama.
Bien es cierto que hubo momentos de auténtico goce. De esos de los de cerrar los ojos y sentirse lleno de música, de energía y de vida. De esos en los que percibes cómo las notas musicales van volando directas a tu corazón… Y con esa brevísima y bonita sensación nos tuvimos que quedar, porque poco después de tres canciones nos sobrevino el silencio más absoluto. O bueno, más bien nos sobrevino el dichoso temita de Tarantino, el "Misirlou". Yo pensaba que era un intermedio o algo semejante pero no, el bajista nos venían a decir que 'sanseacabó', que eso era todo por hoy...
~Así de breve, precisa e intensa fue la actuación de Cheap Wine y así de mal se gestionó y aprovechó su presencia en Alcalá de Henares. Si me equivoco, que me lo aclaren.
Patidifuso y con cara de circunstancias tras este desagradable sorpresón le di las gracias y le deseé toda la suerte del mundo al lisérgico Mathieu Devillers en mi inglés de Intermedio1, me puse la bufanda y salí a toda prisa de la sala intentado alejarme lo antes posible de mi pequeña decepción. De camino a casa miré la hora en el móvil. No llegaba a la una y media y ya había gente que iba moco por la calle... Ante este panorama, ¿Sabéis lo mejor que pude hacer? Volverme al refugio del hogar para finiquitar un acrílico sobre el Expresionismo Alemán mientras sonaba en modo bucle el 'Blackstar' de Bowie… Que sin duda me rentó más.Con Dios.