Además de estar asociado con YPF en Loma Campana, el mayor proyecto de petróleo no convencional (shale oil) de la Argentina, Chevron explota El Trapial, un reservorio maduro que llegó a ser, a principios de la década pasada, el segundo mayor yacimiento de petróleo del país.
A contramano de ese pasado de gloria, el reservorio ingresó en los últimos años en su etapa de madurez natural por lo que se encuentra en franco declino. Su producción actual ronda los 1230 metros cúbicos diarios (m3/d) de crudo, apenas una sexta parte de lo que supo explotar a fines de los '90.
Frente a ese escenario, la apuesta de Chevron radica en encontrar oportunidades de desarrollo no convencional en el campo. En esa dirección, ya perforó dos pozos de delineamiento en el área. Y ahora diseñó un proyecto piloto más ambicioso para evaluar la producción de gas no convencional (shale gas) en Vaca Muerta. En concreto, Chevron tiene listo un proyecto para colocar ocho pozos horizontales de entre 15 y 25 etapas de fractura en la región sureste de El Trapial, sobre la ventana de gas y condensados de Vaca Muerta.Sin embargo, la petrolera norteamericana, noveno productor de crudo del país, está buscando alternativas para despejar la ecuación económica-financiera de la iniciativa, que demandará una inversión superior a los US$ 100 millones. En concreto, la empresa norteamericana -una de las cinco mayores petroleras de Estados Unidos- quiere sumar un socio para apalancar esos desembolsos. Así lo aseguraron a El Inversor Online fuentes empresariales ligadas al tanto de la operación.
La decisión se explica por la crisis de la industria a nivel mundial -los precios empezaron a recuperarse en las últimas semanas pero sigue en la órbita de los 50 dólares-, que obligó a los privados a recortar capex en todo el planeta. "Chevron Argentina evalúa sus oportunidades de negocio como práctica habitual, pero no revelamos nuestras estrategias al respecto", respondieron desde la petrolera ante la consulta de este medio.