Revista Cultura y Ocio

Chicago. David Mamet

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Chicago. David Mamet
     "Parlow y Mike estaban sentados en silencio en el apostadero. Delante de ellos habían colocado una malla de camuflaje fabricada con hojas y ramitas del pantano; el apostadero medía un metro y medio de profundidad. Habían excavado la tierra blanda y lo habían recubierto de leña desechada. No había llovido y el refugio estaba seco".
     Hay nombres imprescindibles para los aficionados al género, y Mamet es uno de ellos. Mamet regresa dos décadas después, y yo traigo a mi estantería virtual, Chicago.
     Conocemos a Mike Hodge, periodista veterano de guerra, cuando trabaja en el Chicago Tribune, investigando los chanchullos de la una mafia capitaneada por Capone y O'Banion. Y donde hay mafia, ya sea italiana o irlandesa, hay muertos y por lo tanto entierros... y flores. Así es como termina husmeando floristería y enamorándose de la joven Annie. Cuando Annie es asesinada, Ni me pondrá todo su empeño en descubrir por qué.
     No haré ahora el esperado recorrido por la trayectoria de un escritor conocido ya por todos. Baste decir que ni el género, Ni el ambiente, es desconocido para Mamet, ya que es precisamente en estos mundos en los que ha labrado su nombre. En apenas dos frases nos sitúa en la calle, las gentes, los coches... son lugares que todos reconocemos y así hace uso de ellos. Sin embargo, y precisamente porque muchos lectores ya tienen cierto recorrido en este tipo de historias, hay que avisar de que esta no es una novela de acción. No tardamos en notar, ya en su primera parte, que el diálogo es algo primordial en su construcción. Pareciera que Mamet ha decidido sustituir al narrador habitual por las conversaciones entre Mike y su amigo Parlow  para situarnos y avanzar recogiendo los datos e impresiones de esta pareja de amigos. Y sostener una novela a base de diálogos... es cuanto menos complicado. Mamet aprovecha las bocas prestadas para tirar de retrato lleno de costumbres, modos y cinismo más que habituales entre periodistas recabados ya de vuelta de todo y entra, cómo no, en el amor. Si su protagonista se enamora, todos lo vivimos, aunque creo que no era necesario que lo sufriéramos todos con perorata sobre cortar y reutilizar flores. Mame, de verdad, te lo podías haber ahorrado. Eso y alguna página más que han convertido una lectura lenta en, a ratos, pesada.
Tampoco he entendido esa necesidad de cuajar la novela de frases impostadas para resultar brillantes e irónicas y que han terminado por convertir a sus protagonistas en meros clichés de una novela, por lo demás, entretenida. Es cierto que esperaba más, mucho más en realidad, pero también que debido a la escasez de buenos títulos, uno acaba siendo benevolente o tal vez simplemente disfruta recordando aquellas que sí fueron brillantes novelas y que una vez leyó. A fin de cuentas, ¿quién no ha leído nunca sobre la Ley seca?
     Chicago es una novela lenta y sostenida por diálogos a la que hay que acercarse olvidando las comparativas con obras como los intocables. Sólo en ese caso el lector lo podrá disfrutar.
     Y vosotros, ¿os gustan las novelas mafiosas?
     Gracias.

Volver a la Portada de Logo Paperblog