El "Plan Frontera Norte", cuya ejecución se prevé para el 2014 incorporará operaciones de inteligencia y reforzará la frontera marítima, con una inversión superior a los 70 millones de dólares.
Hornos incineradores de droga y camiones escáner para detectar la presencia de estupefacientes en los vehículos que los contengan, son algunos de los equipos que fueron entregados hoy a las policías para proteger las fronteras de Chile.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, encabezó la ceremonia de entrega de implementos adquiridos en el marco del Plan Frontera Norte, con una inversión de más de ocho millones de dólares.
Las ciudades de Arica, Antofagasta y Santiago son el destino de estos equipos, que fueron entregados a Carabineros y Policía de Investigaciones.
De ese modo se reforzará la vigilancia en los 192 pasos fronterizos no habilitados en las tres regiones del norte de Chile, como parte del Plan Frontera Norte, que el gobierno implementará el año próximo para fortalecer el combate al narcotráfico y al contrabando.
"Queremos lograr que Chile sea un país cada vez más impermeable al
narcotráfico. Cerrar nuestras fronteras en forma definitiva y total es un propósito de mediano y largo plazo, pero los pasos decisivos que estamos dando hoy probablemente van a cambiar el futuro de nuestro país", afirmó el ministro.
El plan oficial, cuya ejecución total se prevé para 2014, demandará una inversión superior a los 70 millones de dólares, a la que sumarán 10 millones para llevar a cabo operaciones de inteligencia. También habrá un reforzamiento de la frontera marítima.
Las autoridades han diseñado un modelo de control de frontera que incorpora y relaciona los espacios marítimos, aéreos y terrestres, integrando medios humanos y tecnológicos que permiten la observación, alerta y oportuna acción policial con una gestión coordinada de los actores.
Como parte del Plan Frontera, el gobierno comprará tres aeronaves Cirrus SR-22 para fortalecer el combate al narcotráfico y al contrabando en la frontera con Argentina, Perú y Bolivia, donde las dificultades geográficas y climáticas obstaculizan el control policial.
Esas aeronaves pueden volar día y noche a 23.000 pies de altura y estarán destinadas a las tres regiones que contempla el plan: Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta.
Los aparatos, cuyo costo individual es de medio millón de dólares, estarán a cargo de las Fuerzas Armadas, aunque todavía no se define si las usará el Ejército o la Fuerza Aérea.
Estarán dotados con equipos especiales de observación, diurnos y nocturnos, y por la altura que pueden alcanzar será difícil que sean detectados por los narcotraficantes, según estudios realizados por el Ministerio del Interior