Revista Homo

Chile. El Último té de las putas tristes

Por Arturolodetti @latitudgay

Por Jose Luis Diaz

La realidad en un escenario

Chile. El Último té de las putas tristes

El próximo sábado 20 de octubre se realizará una presentación gratuita, y en estreno, en la Comunidad Cultural Rogelia de la última obra del Colectivo Mar y Cueca “El último té de las putas tristes”. Texto escrito y protagonizado por “Gerundio Participio” y Diego Arriagada.

¿Por qué, el Último té de las putas tristes, viene a romper la magia de esa puta porteña que siempre está riendo?

Gerundio: Las putas son como los payasos; quien pague por ellas no quiere lágrimas. Las putas son un show y una fantasía. Y aquí, en este último té, las putas enfrentan lo que ocurre sobre una cama o en una esquina e incluso en el asiento de un auto; con su vida. Su historia. Ellas lo cuentan en su relato. Son putas y travestis que sobreviven. Al no saber si quizás vuelvan a casa por la mañana. Jugamos con el sueño de ser princesas. Ser las protagonistas de una ilusión. Y de un amor… Pero, como en el final de la telenovela Ángel Malo, ni el amor a veces gana.

¿Cómo nace el Colectivo Mar y Cueca y qué significa este estreno para ustedes?

Diego: El Colectivo Mar y Cueca nace como la representación crítica e insurrecta a una sociedad solapada, aferrada a dogmas y paradigmas, intolerante y estandarizada. Mar y Cueca es la realidad actual, disímil, heterogénea y en busca de un movimiento social tolerante. Mar y Cueca nace para ser un espacio de libre expresión que, a puño y letra, construye una visión sobre Chile. Contingente y sin ostentaciones.

Gerundio: Las putas tristes son el acercamiento más intenso a todo eso que buscamos como colectivo. Es un texto que nace de experiencias reales. De aprender, de escuchar. De involucrarnos en un mundo que todos ocultan.

Diego: Es recopilar relatos y experiencias de putas y travestis. De las voces de activistas latinoamericanas que van mucho más adelantadas que nuestras batallas. Nace de los conversatorios con Marlene Wayar y Claudia Rodríguez; de las nuevas voces trans que hoy se empoderan en las universidades. De la lucha de Lohana Berkins y Susy Shock. Es visibilizar lo que todos hacen invisible. Hacer que esos seres invisibles se conviertan en personas. Que se rían, que se odien. Que sufran. Y que amen.

Los personajes en quien te inspiraste o como se crearon… ¿existe acá una creación colectiva o es una fantasía individual?

Diego: Las putas tristes fueron diosas en los 80. Vivieron en Matta, en 10 de julio. Por el Parque Almagro. Ahí estaba su Casa de Remolienda. Eran farándula. Sobrevivieron al toque de queda y la Dictadura. Son “La Metralleta” y “La Caravana de la Muerte”; la primera con un amor de izquierda. Clandestino y frentista. Ella no sabe si su amor se llama como firmaba en las cartas que les enviaba. Y “La Caravana” era la puta del General. La cacha fugaz de la CNI. Soñaba con ser reina. Como la Maripepa o la Argadoña. Pero tenía que salir siempre por la puerta de atrás. Son historias como las de tantos otros. Creamos las putas en su forma. Su estilo. Pero todo nace de sus sentimientos. De sus discursos y sus anhelos. Todos tenemos anhelos y frustraciones. Todos podemos ser una puta triste.

Chile. El Último té de las putas tristes

Su apuesta, de alguna forma, se para desde la disidencia; ¿Creen que existe esa disidencia en Chile? ¿Es la sexualidad una disidencia en particular, considerando que Chile no habla de sexualidad por lo tanto cualquier tema sexual es disidente?

Diego: No sé si la etiqueta de la disidencia nos interesa; nos interesa mucho más darle voz a todos quienes son escondidos bajo la forma. A todos y todas las diferentes. No nos interesa ir en contra de una sociedad sino construirla. Hablamos de inmigrantes, de abusos, de torturas, de las “minorías”; hablamos por la diferencia no porque se etiquete como “diferencia” sino por el respeto a no pensar como el de al lado. Aprender de esos distintos puntos de vista. Reconocer que existen las putas, los inmigrantes abusados, los homosexuales discriminados, los indígenas. Pero también debemos no cerrar los ojos y hablar de los Inmigrantes que abusan de sus hermanos, del gay que trata de cola o maricón a otro por el barrio donde viven, las mujeres santas y devotas que abortan por una apendicitis.

Se habla de sexualidad más de lo que creemos. La sexualidad está en la publicidad erotizada. En el abuso de la iglesia. En el estereotipo de hombre de color, en el poder. Se esconde. Se intenta aparentar que la sexualidad es un tema tabú. No es disidencia. Es miedo por las diferencias.

Las organizaciones históricas hoy no hablan de putas, sino de trabajadoras sexuales, ustedes recogen el tema de las putas. Lo cruzan con la política y a la vez lo terminan… ¿es la sola sugerencia con el título, que vera el espectador en la obra?

Gerundio: hasta hoy; en el discurso formal es una trabajadora sexual. En lo cotidiano; es puta esa mujer que coquetea más de la cuenta. La que muestra más cuerpo es más puta. Los políticos no hacen facturas por trabajadoras sexuales, pagan por putas. En la calle, los vecinos, la gente, las trata de putas.

La política está en sus historias. En el toque de queda. En la Dictadura. En los cuerpos mutilados y torturados. En el sexo que practicaban con los hombres que estaban a cargo del poder. Seguían siendo ciudadanas. Y, peor aún, ciudadanas marginadas.

Qué verán… Verán a dos viejas putas y travestis que se enfrentan al último capítulo de su telenovela favorita y al punto final del guión inconcluso de sus propias biografías.

¿Sorprenderá más la obra que el titulo?

Gerundio: Van de la mano. El nombre es parte del juego entre ellas. De su amistad. Del drama y la comedia que son ellas mismas.

¿Cómo crees que se cruza el arte con la política actual?

Diego: Artistas hay muchos. Buenos y malos. Artivistas hay pocos. A nosotros no nos interesa crear una corriente artística o una escuela. Nos interesa llevar una lucha y una batalla de la mano de la dignidad de todos. Si le interesa a una sola persona. Daremos todo por esa persona. Esa gente que se ha emocionado y nos ha dado las gracias por sacar de debajo de la alfombra los temas tabú; ellos son nuestro propósito y nuestra política. En Chile se ha intentado decir que el arte es de la izquierda. Y cuando esa izquierda ha tenido el poder ¿han pensado en la gente, la cultura y la identidad?

¿Crees que existe un teatro emergente?

Gerundio: hay un arte emergente en Chile. Una visión. Quienes hacen este nuevo arte buscan visibilizar distintas realidades.

¿Qué piensas cuando escuchas a Leo Casas con estrellita mía y a las indetectables con su canto irreverente, político y social?

Diego: Estrellita Mía es un concepto muy interesante. Un personaje por si mismo. La cultura pop y sus referentes. A veces se intenta enfrentar “la disidencia” con la cultura pop llena de “íconos”; pero confluimos todos en esta sociedad. Debemos respetar estas diferencias. Me gusta la forma de involucrar a diversos artistas y discursos; pero prefiero la oralidad. Es un constante aprendizaje. Cada uno es un relato diferente.

Las Indetectables… van en otra vereda. Empoderadas. Pero desde otras perspectivas.

Nosotros buscamos rescatar otras realidades. Quizás las mismas temáticas. Pero con historias detrás, con una emocionalidad distinta.

Para terminar, ¿Cuál es su predicción para brasil, ganará Bolsonaro? ¿Cuál creen que será el impacto de esto en el continente y sobre todo para el arte?

Diego: La derecha en latinoamérica nunca ha dejado de existir. En Chile, en Colombia, en México; ya están instaladas. No es un nuevo movimiento. Es una izquierda que se dejó estar. Que se olvidó de su origen. De la clase trabajadora. De la gente. Una izquierda que se olvidó de la educación. De la salud. Una izquierda que se acomodó y sólo sobrevivió. Ahora los resultados se ven. Una derecha que quita presupuestos en cultura. Que expulsa inmigrantes. Que no asume responsabilidades en asuntos de salud pública. Que discrimina por inercia. Y ahora, es el turno de pagar los errores en Brasil. El poder se acomodó. No Aparecieron nuevos personajes ni visiones. Y todo se estancó. Es triste ver que el mayor rechazo a Bolsonaro esté fuera de Brasil y que las mujeres lo apoyen de tal forma. Que la clase trabajadora, la misma de Lula, ahora lo respalde. Cuánto homosexual arribista votó por Piñera y cuáles son los cambios. Es, simplemente, el voto de rechazo al posicionamiento de una clase. Los inmigrantes con Trump por ejemplo. La gente se cansó. Pero el cambió, claramente, será peor. El Historial de Bolsonaro es tétrico.

¿Qué opinas de una bancada evangélica y de las leyes LGTBi que están circulando en el colectivo pero no en el congreso?.

Diego: Imponer una religión o un credo por sobre la diversidad y las libertades de cada individuo no construyen y retrasan la posibilidad de entender que todos somos diferentes y que cada individuo es un eslabón preponderante en la construcción de una sociedad. ¿Qué pasa con las leyes? Mi gran duda es si todos los involucrados estamos dispuestos a dar una lucha social por nuestros derechos y no actuar solo por moda. Vivimos en un país en donde las leyes tienen nombres de mártires… Eso, para muchos, es más fácil que alzar la voz.

fotos: Sergio Cerón //Claudio Campi (Equipo Comunidad Cultural Rogelia)

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