Laura Antillano.- Este martes 11 de septiembre tendremos un aniversario más del Golpe chileno y sus consecuencias. Lo que ha sido retomado a raíz del evento judicial con el cual se absolvió recientemente en ese país, a quienes habían sido condenados por cometer delitos de lesa humanidad en el contexto de la Dictadura pinochetiana. Ello y escuchar en televisión al ministro Rojas enunciar que el Museo de la Memoria es en realidad un museo de la desmemoria, mueve el piso.
Sin embargo, hemos visto a través de los medios la visualización de reuniones públicas , manifestaciones y declaraciones de quienes enaltecen la memoria de aquella historia del proceso de la Unidad Popular, que ha generado tanto literatura como cine, señalando la vigencia de un retazo de la historia chilena que nunca será olvidado.
Recordamos entre sentimientos y escenas visualizadas en el espacio borroso del tiempo transcurrido, detalles de adaptación al suelo chileno que fueron desde aprender los nombres que enuncian frutas y verduras (diferentes a los nuestros) hasta acostumbrarnos a un paisaje de estaciones diversas, y al natural hábito del chileno a los temblores, que le llevan a continuar la conversación bajo el dintel de una puerta (como si nada estuviera ocurriendo).
Allende en el balcón, saludando con sencillez en su cotidianidad de líder en comunicación del tú a tú, con la gente común. El teatro de títeres en el Parque Lenin, los paseos con el poeta Jaime Ortiz, el taller literario de Luis Domínguez, las marchas de la Unidad Popular, el abrigo y las botas permanentes en un país de abedules, duraznos y buen vino. El final nefasto y doloroso de aquel proceso en construcción.
El cine: La Batalla de Chile (1976) de Patricio Guzmán, Machuca (2004) de Andrés Wood, Desaparecido (1982) de Costa Gavras, Post Morten (2010) de Pablo Larráin, entre otras tantas; como la literatura: Morir en Berlín (1993) de Carlos Cerda, Nocturno de Chile de Roberto Bolaños, Formas de volver a casa (2011) de Alejandro Zambra, y otras muchas, incluida mi novela Perfume de gardenia, cuya Tercera Parte inicia el 2do Capítulo con cartas desde Chile, e incluye la fotografía del propio Allende.
Las memorias individuales y colectivas cuentan la historia a través del cine y la literatura, a través también de ese maravilloso Museo de la Memoria, en Santiago, una joya arquitectónica que encierre todas las referencias investigadas y transcritas a través de documentos visuales grabaciones auditivas, diagramas del país donde se ubican cárceles o en general centros de tortura y muchas otras cosas significativas de la Dictadura.
Mañana martes pues, será un día más para el recuerdo en la vida de las generaciones que vivieron o no lo que fue el Gobierno de la Unidad Popular y lo que fue la Dictadura de Augusto Pinochet.
Laura Antillano
@laurAntillano
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