Era un fin de semana como tantos otros, las actividades políticas como activista gay no se
detenían, había que seguir avanzando y haciendo presencia, ya que nuestra realidad no ha cambiado mucho, por mas lugares de encuentro que tengamos, mas punto hay de ubicarnos y matarnos, si bien puede sonar catastrófico esto último, es una situación que la vemos y vivimos a diario, algo prácticamente naturalizado por el Estado de Chile.
Hay distintas formas de matarnos, no solo con la simple acción de quitarnos la vida, digo simpleporque pareciera que la muerte del marica no le importa a nadie y mas lamentable es ver que tampoco a las principales organizaciones, que muchas veces en sus discursos se llama a seguir avanzando sin observar la sangre de los que dejamos atrás y que esperan por justicia.
Ejemplo de ellos hay muchos, Nicole Saavedra, lesbiana torturada y asesinada en la V región, crimen sin voluntad política para resolver, un adolescente suicidado en el norte y una compañera trans asesinada en el sur y así podemos seguir con la lista.
Esta vez la reunión seria en Valparaiso, junto a un grupo de activista, representantes políticos y la importante ayuda de Marta Aravena, integrante de la agrupación Mujeres en Zona de sacrificio Quintero- Puchuncaví.
La reunión fue fructífera y llegamos a buen puerto, algo así como “ encontramos puerto cerca del puerto”, me gustan esas frases clichés y su contenido.
Terminamos la actividad, ahí junto a Mauricio decidimos quedarnos en la zona, disfrutar ese pedazo de contaminado mar para llegar al otro día a Santiago. Pasamos por la típicas
empanadas de Con – Con. El mismo lugar que visite con mi ex, Brian Smith miles de veces, cuando al rico aroma de una empanada me decía “ te amo” y que jamas, pero jamas me dejaría. Paso a ser una mas de las típicas promesas que se hacen con empanada en mano, frente a la playa de Con – Con.
Siguiendo nuestra travesía, junto a cacharrin galáctico incandescente alias chacharrin de
greda. Pensábamos con Mauricio donde íbamos a dejar nuestros cuerpos, la noche tiraba los naipes y por supuesto que jugaríamos las cartas, no somos de aquellos que tramitan mucho en la vida y tampoco nos preocupamos del que dirán, simplemente porque ya se dijo todo.
Después de las ricas empanadas de Con – Con, Mauricio propone una noche en Divino, la loca discoteca de la zona a la cual llegan todos a disfrutar las noches que despierta el homofóbico puerto principal.
Cacharrin emancipado, música encendida y dos hombres en búsqueda de la aventura, a los 40 aun nos sorprendemos. Entre tanto avanzar, Mauricio y su adicción por la aplicación busca las coordenadas correspondientes. La noche las pasaríamos en las cabañas de la Cuca, en palabras de Mauricio “ nos quedaremos a pasar la noche en las cabañas de colas, todas las locas lo hacen”, yo ni idea, pero sabia que mi compañero de mil viajes nunca se había equivocado en el extranjero, menos se equivocaría acá. Tomamos la carretera y comenzábamos a viajar al punto y levantar la logística de la noche, sin embargo esta aplicación no sabia que cacharrin y yo eramos uno en las pistas de la ciudad, la velocidad nuestro fuerte y no podíamos esperar o depender a un maquina que nos dijera el tiempo y como llegar. Eso significo que siempre nos pasamos, teniendo que volver al retorno. Como una procesión de Fatima estuvimos retornando varias veces.
Cambio de planes, se modifica Divino por el Ex Divino y regresamos a la ciudad. Ex Divino, tenia de aquellas fiestas electrónicas o fiestas donde el agua es muy pero muy cara y a la vez necesaria. (puede ser que el concepto eléctrico sea errado y mas bien se limite a esas fiestas de los años 90 inicio del 2000).
Cacharrin dispuesto, Mauricio dispuesto y yo siempre dispuesto. Iniciaríamos la marcha camino al ex Divino para disfrutar la noche del sábado en una de las fiestas que aportan al calentamiento global.
En el ex Divino, nos encontraríamos con unos amigos y así tendríamos de todo para probar.Mauricio, quien vive una dolescencia tardía, estaba dispuesto a todo, ya vivimos una loca noche en Rio de Janeiro y creo que yo tengo un limite. (jamas pensé que escribiría esa frase) Llegamos al punto de encuentro y la procesión zombi inicia, a veces un espejo se agradece.
Siempre he estado por las libertades, el derecho a decidir y la despenalización y comercialización de la droga, pero eso no incluye los gases metano que libera su consumo y estos chicos si que apoyaban la destrucción del planeta.
No tengo prejuicios para visitar lugares, pues me acomoda cualquiera que tenga una barra, con eso la mitad de la noche esta lista, la otra mitad la pongo yo, suena bonito, la verdad termino por entregarme por entero al alcohol. Nunca me gusto hacer las cosas a medias y si estas en la pista, solo debes bailar.
La noche avanzaba, y los gases se liberaban, en la parrilla de ventas no existían mascaras de oxigeno, solo aguas tipo agua y la solemne piscola mirada en menos, al ultimo lugar de esapaleta informativa, olvidándose de su representación nacional.
Al parecer los dioses del metano están dispuestos barrer con todo y dejar a la piscola como trago típico e histórico, por suerte somos muchos los que nos levantaremos frente a su caída, primero para amortiguar su golpe y segundo para colocarla en su lugar y ratonar su imperio a veces amenazado.
Iba en mi segunda piscola y al mismo tiempo los metanochicos iban en su cara numero 15, lametamorfosis vivida era evidente, algo que invitaba a reír, el que tire la primera piedra que este libre de pecado… Yo a lo largo de mi vida no me da para tomar ni una mostacilla de collar para ser arrojada. Los cambios y gestos eran frecuentes, la gente conectada con sus cuerpos y la naturaleza, algo tan vital y necesario hoy en día. Se liberaban almas al sonido de una musica que no llegaba de centroamerica. Todos los bailarines de metano se acompañaban al baño,
sedientos de agua, agua y agua y mas agua, agua que te quiero agua. Agua para ti, agua para mi, agua para ti solita.
Y así mientras mas avanzaba la noche mas se liberaban las tensiones y los chicos mas metano arrojaban, en algún momento pensé “ que contamina mas, los establos o estas fiestas” y claro entre tanta droga sintética los chicos se vuelven metanoadictos y la única manera de seguir en esas fiestas es generando un eproctofilia que es la adición a los pedos. La mezcla de drogas y sustancias químicas que tenia la noche era ideal para el levantamiento del eproctofilico mas ensimismado.
Un festival de gases que trasformaban el encuentro en el mejor charco dominguero. Esa noche entre tantos gases y transformaciones faciales, yo estaba cansado por el viaje, decido partir al encuentro de cacharrin y esperar a que Mauricio diera riendo a su deseo de bailarín de gases invernaderos.
Llego con cacharrin, abro sus puertas y me entrego a su cuerpo protector para protegerme de la fiesta y a la vez del frio, y así reencontrarme con un viejo amigo.