Matrimonio Igualitario.
Jurel tipo salmón a la carta de pocos.
Por IG Psicologocano
Hoy se está debatiendo sobre el matrimonio igualitario. Soy partidario de que un derecho no está sobre otro derecho, pueden avanzar de la misma forma si logran armar la trenza social para que se teja el derecho.
El problema de este matrimonio llamado igualitario precisamente su nombre, es un matrimonio que tiene muy poco de igualitario.
En el país donde se avanza, crece, desarrolla y legisla todo en la medida de lo posible no podía faltar el jurel tipo salmón que la sociedad heterosexual nos sirviera a la mesa, para que los mismos que se sentaron con Piñera mientras el pueblo era mutilado, secuestrado, violentado sistemáticamente, lograrán disfrutar de un plato que les calle el hambre y calme la sed de protagonismo.
Al parecer el camino de nuestra comunidad se basa en buenas intenciones y seguir contando cuerpos de nuestros muertos asesinados por el sistema o por la homofobia que seguimos observando. ¿Qué pasa con los trabajos realizados por la senadora Adriana Muñoz y la bancada de la Diversidad de la diputada Castillo?. Trabajo comprometido de activistas y que no fueron invitados a bailar esta cueca de dudosa melodía. Y no busco que me inviten pero me parece importante visibilizar la diversidad en su conjunto y no solo la parte higienizada, binaria y patriarcal que reproduce la foto de Provoste.
Desde acá le informó al Senador Latorre, las organizaciones de la sociedad civil NO estamos enojados ni peleados, no somos un circo de locas que no sabe dialogar. Nuestras diferencias son políticas, no solo en pensamiento y forma también en mirada de sociedad, pues mientras la Senadora Demócrata Cristiana hace su anuncio al mundo de un nuevo nacimiento institucional sus organizaciones de guardia estaban reunidas con el gobierno cívico militar mientras el resto estábamos en la calle, pidiendo dignidad.
Solo daré un ejemplo, ya que no pretendo defender una institución enferma, institución donde el 70% de una de sus partes vive violencia, y nuestra comunidad no hace la diferencia. La violencia en las parejas LGTBI es tan presente e importante de intervenir por la gravedad que reviste.
En el matrimonio igualitario no existe “sociedad conyugal”, ese ya es el piso para comenzar a desmenuzar el hermoso jurel que la democracia cristiana nos quiere entregar. La diferencia no me parece casual, tampoco habría una respuesta que respalde esto, sin embargo calma la furia cristiana y la derecha incestuosa vestida de amarilla.
Es decir es un matrimonio homosexual, pero nos dicen que es igualitario, y así buscan a los que se juntaron en tiempos de matanza nacional para lucir al lado de una intrigante Provoste. Ya que todos sabemos que con la DC nada sabemos.
Por otra parte, Helena Miranda López, Trabajadora social y coordinadora del área social de Fundación Daniel Zamudio, es crítica en señalar “Ante los inminentes desaciertos del Des-Gobierno, se anuncia el “Matrimonio Igualitario” como eco de demanda social de las llamadas disidencias sexuales, en que se presenta un proyecto que guarda reposo por años, un proyecto mutilado, modificado, reformulado, recortado, sesgado que hace referencia un “matrimonio homosexual” es decir a un matrimonio entre dos personas del mismo sexo, el cual no responde al sentir del colectivo LGBTIQQQA+, en el cual el reconocimiento jurídico de la identidad de género de la Ley 21.120 no se hace parte de este llamado matrimonio igualitario, para todas letras que conforman el colectivo, lesbianas, homosexuales, transgéneros, bisexuales y binaries, etc. Chile necesita avanzar y terminar con los estereotipos y construcciones sociales de las cuales se hacen parte las instituciones políticas y del poder, en que cada una de ellas discute “su postura”, negando los derechos unos sobre otros para cuestiones en que algunos partidos políticos se atribuyen como dueños y señores de la verdad. ¿De qué verdad me pregunto? Cuando se están limitando los derechos de las “personas”. Derechos tan básicos como a decidir libre y responsablemente sobre su vida, con quién compartirla en un matrimonio que garantice los mismos derechos que para la hetero norma”
Estoy completamente consciente que el matrimonio existía antes que la biblia, sin embargo acá no tenemos un San Valentín que asesore al gobierno cívico militar, acá fuimos usados como cortina de humo para callar la situación país. Un giro de comunicación en donde para lo que desprecian la vida del pueblo podía evacuar su desprecio en la vida homosexual, dándole un respiro al gobierno y otra lacrimógena para nosotros.
Es impresentable que lo celebremos como un avance si nos dejara como espectadores de derechos y privilegios, recordándonos que somos ciudadanos de segunda categoría.
No podemos celebrar un avance en un Chile mutilado, secuestrado, violentado sistemáticamente en sus derechos humanos y civiles. Llama la atención la valentía que presentó el parlamento para no poner en tabla otras leyes y pretender dar un ejercicio democrático e inclusivo con nuestras demandas. Desde ya le avisamos que estamos dispuestos a hacernos a un lado para que trabajen en buscar una fórmula que libere a los presos de la revuelta lo antes posible.
No podemos celebrar un avance sin justicia.
No podemos celebrar un avance sin derechos igualitarios.
No podemos celebrar las leyes creadas a la medida.
No podemos celebrar a un senado que hoy nos pone como escudo para tapar la inoperancia del gobierno y su complicidad.
No podemos aceptar la homofobia que generan los mismos que dicen estar contra ella.