Bachelet, una pediatra socialista de 62 años, separada, madre de tres hijos, agnóstica
La socialista moderada Michelle Bachelet inicia el martes un nuevo gobierno en medio de las mayores expectativas de las últimas dos décadas, al prometer a los chilenos ambiciosas reformas económicas y sociales, incluida una educación pública gratis para todos.
Pero esas expectativas pueden ser el mayor desafío que enfrentará su gobierno.
Bachelet, una pediatra socialista de 62 años, separada, madre de tres hijos, agnóstica, vuelve al poder con la experiencia de un gobierno anterior, hace ocho años, que concluyó con una popularidad de 84%, aunque no realizó grandes reformas, y de haber dirigido la agencia ONU Mujeres.
En las elecciones obtuvo el 62% de los sufragios, apoyada por cuatro colectividades de centroizquierda, más el Partido Comunista, y dos movimientos menores, agrupados en la Nueva Mayoría.
Bachelet planea financiar los cambios educacionales con una alza a los impuestos de las empresas; redactar una nueva Constitución y disminuir la gran desigualdad en la sociedad chilena, pero enfrentará una desaceleración económica y la presión de los estudiantes que no le darán una "luna de miel", según declaró a "The Associated Press", Naschla Aburman, líder de los estudiantes de la Universidad Católica.
"El mayor desafío de Bachelet es que las expectativas son demasiado altas", afirmó a la AP el analista político Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York, quien agregó que la gente espera muchas cosas, "pero las condiciones económicas han cambiado".
El nuevo ministro de Hacienda, Alberto Arenas, dijo que, "el nuevo gobierno recibe una herencia de la actual administración (del centroderechista Sebastián Piñera) de una economía desacelerada, una herencia de crecimiento bajo, las cifras así lo indican".
Aunque tendrá mayoría en ambas cámaras del Congreso para aprobar el alza de tributos, no le alcanza para modificar a fondo la ley de enseñanza ni para impulsar una nueva Constitución, lo que la obligará a negociar con la oposición conservadora.
Los líderes estudiantiles universitarios, que iniciaron marchas multitudinarias el 2011 por mejoras educacionales, advirtieron que estarán pronto en la calle, aunque también mostraron su disposición a un diálogo político transparente.
"La urgencia de la crisis educacional que estamos viviendo no permite marchas blancas", dijo Aburman.
La mandataria deberá "gobernar ante una ciudadanía con un rol más vigilante, manejar las altas expectativas para su administración y mantener el orden y la disciplina al interior de la Nueva Mayoría", dijo el analista Marcelo Mella, de la Universidad de Santiago.
No todas las colectividades de la Nueva Mayoría, como el centrista Partido Demócrata Cristiano, están de acuerdo con que los hijos de los más ricos estudien gratis. También se oponen a una asamblea constituyente para redactar una nueva Constitución, al igual que algunos líderes socialistas.
La educación chilena es profundamente desigual, y sólo tienen acceso a una educación primaria y secundaria de calidad los hijos de quienes tienen mayores ingresos.
Otro de sus desafíos son disminuir la desigualdad salarial, aumentar la producción energética, cuta estrechez está retrasando inversiones mineras, en un país que es el mayor productor mundial de cobre.
En su anterior mandato Bachelet realizó una gran reforma al sistema de protección social y le tocó enfrentar la grave crisis económica internacional del 2008-2009 con recursos guardados por el Estado para "años de vacas flacas", lo que le permitió crear empleos y lograr un crecimiento económico promedio de 3,2%.
Líderes religiosos opinan.
La ahora, presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, incluye en su Plan de Gobierno la incorporación de la legalización del aborto y facilitar los matrimonios homosexuales.
El plan propone cambios en los derechos “sexuales y reproductivos” que incluyen la “despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en caso de peligro de la vida de la madre, violación o inviabilidad del feto”. Además de educación sexual “laica y humanista” y “la disponibilidad efectiva de métodos anticonceptivos, incluyendo la anticoncepción de emergencia”.
Algunos líderes religiosos opinan sobre el retorno de Bachelet a la presidencia.
"En realidad recordando lo que fue antes su gobierno, digamos hubieron actividades y propuestas bastante importantes para la iglesia evangélica, especialmente en la implementación de los capellanes en el interior de las fuerzas armadas, el día nacional de la iglesia evangélica. Hubo una relación de respeto mutuo, hacia la iglesia evangélica y de la iglesia evangélica a la autoridad", dijo el Obispo Emiliano Soto, Director Cuprem.
Para los representantes de la iglesia, lo más importante es hacerse escuchar, para que los estatutos cristianos se sigan respetando.
"A veces nosotros por quedar bien con los políticos, sobre todo las personas que están entre comillas representando un poco más la iglesia evangélica, a veces no tienen la fuerza para decir las cosas como son. Por temor a los políticos, por temor a perder un puesto, una posición", dijo el pastor Gustavo Torre, Iglesia reconcíliate con Dios.
Javiera Blanco, vocera del comando de campaña de Bachelet dijo a Mundo Cristiano que “lo que se anuncia se cumple, y lo que se ha dicho aquí es que va a haber una sociedad no discriminatoria, donde los credos y las religiones van a tener un espacio, y a las personas se las va a respetar independiente de su religión e independiente de su creencia y eso se va a cumplir”, aseguró.
Emiliano Soto, Obispo evangélico, dijo que " hay una diversidad de otros temas valóricos, especialmente el tema del lucro, tema de la desigualdad, la pobreza que dentro del contexto el programa de Michele Bachelet los toma de una mejor manera que Evelyn Matthei”, opinó, sin embargo dijo no estar de acuerdo con asuntos como el aborto y las uniones entre personas del mismo sexo.
Cortesía de: Mundo Cristiano