En el ámbito educativo son frecuentes las prácticas de bullying contra estudiantes con orientaciones sexuales o identidades de género disidentes de la norma heterosexista. Estudios demuestran que el acoso o matonaje escolar causa ausentismo en un número significativo de estudiantes. Además de tener un impacto en el rendimiento escolar, las consecuencias de este tipo de violencia pueden ser mucho mayores y definitivas. Jóvenes escolares de minorías sexuales reportan niveles más altos de depresión, aislamiento, presencia de sentimientos suicidas y uso de sustancias psicoactivas que los heterosexuales.
En el artículo Homophobic teasing, psychological outcomes, and sexual orientation among school students: What influence do parents and schools have?, Brian Koenig presenta los resultados de una investigación sobre la influencia de relaciones parentales y un clima escolar positivos en la salud mental de estudiantes que se cuestionan acerca de su orientación sexual. El estudio, que se llevó a cabo en 2008 entre 13.921 estudiantes de escuelas secundarias de la región centro-occidental (Midwest) de los Estados Unidos, evidenció que los y las estudiantes intimidados a causa de su orientación sexual no heterosexual, real o percibida, eran 27% más propensos al ausentismo que quienes no fueron acosados.
Aunque en América Latina y el Caribe no existen datos similares acerca del bullying escolar, los estudios sobre victimización de personas LGBT (realizados por el CLAM en varios países) e investigaciones sobre la incidencia de prejuicios y discriminación destacan la importancia de implementar estrategias para la inclusión de la diversidad sexual en el ámbito educativo como un espacio vital para el desarrollo humano.
Con el propósito de contribuir al desarrollo e implementación de programas de educación en sexualidad en las escuelas, la UNESCO publicó el pasado mes de junio el documento Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad. En el texto, la agencia de la ONU argumenta la pertinencia de este tipo de programas, al afirmar que “la sexualidad constituye un aspecto fundamental de la vida humana, con dimensiones físicas, psicológicas, espirituales, sociales, económicas, políticas y culturales” y que “la diversidad constituye una característica fundamental de la sexualidad”.
Para avanzar hacia la inclusión y valorización de la diversidad cultural en la escuela, incluyendo la diversidad sexual, la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO) organizó en Chile el evento Retos para la Educación en Sexualidad: Inclusión y Valoración de la Diversidad, con la colaboración de GALE (The Global Alliance for LGTB Education) e ILGA LAC (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays de Latinoamérica y El Caribe).
Al encuentro asistieron 30 representantes de Brasil, Ecuador, Perú, Argentina, México, Nicaragua y Chile, que reflexionaron sobre la diversidad cultural y la educación en sexualidad en las escuelas de la Región, en el marco del compromiso global de la iniciativa “Educación para Todos”. Este es uno de los compromisos adoptados por los Estados Miembro de las Naciones Unidas, en donde la UNESCO desempeña el papel de monitoreo y evaluación.
Uno de los puntos centrales de la discusión fue la articulación compleja entre género, raza, etnia y clase, orientación sexual e identidad de género. En entrevista con el CLAM, Mary Guinn Delaney, especialista regional en VIH/SIDA de la OREALC/UNESCO Santiago, habló sobre el rol de esta agencia y destacó la necesidad de crear puentes que permitan la inclusión y valorización de la diversidad en la escuela.
¿Cuál es la labor de la UNESCO junto a los gobiernos de la región para abordar el tema de la diversidad en la escuela?
Desde la UNESCO hemos apoyado a los Ministerios de Educación de América Latina y el Caribe en las iniciativas de ampliar la cobertura de educación especial y de educación básica; tarea que se ha a llevado a cabo en toda la región. Las estadísticas oficiales muestran un aumento notable en el acceso a la educación en los últimos 20 ó 25 años. En la actualidad, estamos poniendo el énfasis en la educación de calidad.
Las líneas de trabajo más relevantes han sido la evaluación periódica de la calidad de la educación, la medición de logros académicos de los y las estudiantes, el apoyo a la profesión docente y la educación para la prevención del VIH/SIDA. Destaco acá la iniciativa global EDUSIDA y la reciente publicación de las Orientaciones Técnicas Internacionales para la Educación en Sexualidad.
Iniciativas como éstas permiten dar mayor relevancia a la discusión sobre el tema de la discriminación y al abordaje de la diversidad en la escuela. El rol del sector de educación frente a la epidemia del VIH se relaciona, fundamentalmente, con el trabajo en prevención primaria.
¿Cómo se aborda el VIH/SIDA en el ámbito educativo?
Han pasado más de 25 años desde que se reportó el primer caso de VIH/SIDA en el mundo. La epidemia se mantiene y continúa creciendo en los grupos más vulnerables. Según el informe Situación de la epidemia de sida de ONUSIDA (2010), las estimaciones más recientes indican que 1,6 millones de personas viven con VIH/SIDA en América Latina y el Caribe, de las cuales 44.000 corresponden a niños y niñas menores de 15 años. En América Latina predomina la transmisión sexual del virus entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH). En el Caribe la vía fundamental de transmisión es la heterosexual.
En el programa Educación de Calidad para Todos, consideramos que realidades como las de América Latina y África frente a esta epidemia deben ser abordadas en una educación en sexualidad.
Además de éste, existen otros problemas a cuya resolución puede aportar el sector de la educación. Muchos adultos reconocen que durante sus vidas sufrieron discriminación y abusos por parte de sus compañeros y compañeras de curso en la escuela. Con frecuencia estas son formas de violencia basadas en género, donde se castiga a quienes no se amoldan a los mandatos socioculturales. Esto acaece cuando los niños y niñas se encuetran en pleno proceso de construcción de su identidad, período en el que la violencia verbal y psicológica puede tener consecuencias muy graves en su salud mental y en la aparición de sentimientos suicidas.
También existen desafíos para el sector educativo frente a los embarazos adolescentes, las altas tasas de abuso sexual infantil a nivel global, el aumento sostenido en las tasas de violencia escolar y la violencia en el “pololeo”, como llaman los chilenos a las relaciones de pareja.
Por ello, es necesario contar con una educación sexual que tenga en cuenta el contexto en el que se imparte. Es preciso considerar que en muchos países existe una oposición religiosa e ideológica a la incorporación de estos contenidos en el sector educativo. Por este motivo debemos encontrar argumentos que promuevan una educación en sexualidad, además de respaldar los convenios, compromisos y declaraciones suscritas por los gobiernos de la región.
¿Existen experiencias exitosas de educación en sexualidad? Sí, existen programas de educación integral que han evidenciado la importancia de impartir una educación sexual a partir de los 5 años y no de los 15, con el fin de generar competencias en los niños y niñas a lo largo de los años.
La información que se les proporciona a los niños y niñas va más allá del plano biológico. No se trata de hablarles sobre sexo de forma explícita, pero sí de mostrarles que son dueños de sus cuerpos. Se pueden prevenir abusos si se les forma para que estén en capacidad de reconocer sus derechos. Por esta vía la UNESCO abordar esos temas.
La UNESCO convocó al mundo del activismo desde el ámbito educativo para atender la crisis del VIH/SIDA. El problema de la epidemia se ha transformando cada vez más en un tema predominantemente de salud y, sobre todo, de acceso a tratamientos antiretrovirales. No obstante, cada vez hay más personas adolescentes y jóvenes que están adquiriendo el VIH. Esto puede deberse a la creencia de que basta garantizar el acceso a los tratamientos para atacar la epidemia, idea que puede haberse instalado entre la población joven. Algunos jóvenes piensan “¿para qué me cuido frente al VIH si puedo tener acceso a tratamientos?". En este sentido, el sector educativo debe desempeñar un papel crítico respecto a la respuesta multiscetorial frente al VIH. No se trata solamente de incorporar el VIH como materia en los currículos, sino de ofrecer a los estudiantes educación integral en sexualidad.
¿Cómo fue la relación de la UNESCO con el activismo?
Primero quisimos explorar una forma de trabajo conjunto. Conozco muy bien a los activistas en VIH de distintos países de la región. Cada uno tiene un background y unas dinámicas partidistas, por lo que es necsario hacer las cosas con calma. Además de propiciar un encuentro con el activismo LGBT, también era fundamental definir cuál podría ser la utilidad de la UNESCO.
Todos y todas nos enriquecemos con la diversidad, ésta fue la idea que teníamos en mente al convocar al diálogo sobre inclusión y valoración de la diversidad sexual, que estuvo impregnado por la euforia del éxito del matrimonio gay en Argentina.
¿Cómo evalúa la inclusión de la educación sexual en las escuelas?
Durante la discusión sobre las orientaciones técnicas para la educación en sexualidad, me llamó la atención que a lo largo de los últimos 40 años ha habido un cambio gradual de los programas sobre educación sexual: se ha incorporado cada vez más un enfoque de derechos.
El derecho a tener una vida placentera, sana y, por supuesto, responsable y segura no siempre es considerado. Cuba, Uruguay, Colombia y Guatemala son los países con los programas más progresistas de la región que enfatizan la perspectiva de derechos. En otros países existe una mirada menos de avanzada que considera a los jóvenes como futuros adultos sin tener en cuenta lo que son ahora. Esto es contradictorio con los discursos gubernamentales sobre los derechos de los y las jóvenes.
¿Cómo surge la idea de Retos para la Educación en Sexualidad: Inclusión y Valoración de la Diversidad?
El antecedente más reciente fue un encuentro realizado en septiembre de 2009 en Ciudad de México, convocado por la OPS (Organización Panamericana de la Salud) en colaboración con la UNESCO. Su objetivo fue discutir estrategias para fomentar ambientes escolares inclusivos, seguros y saludables, bajo la premisa de la eliminación del sexismo, la misoginia, la homofobia y cualquier otra forma de discriminación en centros educativos.
Como marcos generales para el desarrollo de esta labor por parte de la UNESCO se encuentran los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), establecidos en el año 2000, aprobados por 89 países y firmados por 147 jefes de Estado y de Gobierno; y el Compromiso Global de Educación para Todos (EPT).
En el encuentro participaron varias personas trans ¿Qué propuestas se formularon para atender los requerimientos de educación sexual de esta población?
El concepto de identidad de género se ha ido incorporando recientemente en la discusión y se ha definido, sobre todo, con relación a las personas trans. Respecto a su situación, la activista transgénero Pamela Contreras, de la organización mapuche KELWO, con sede en Chiloé, señaló la dificultad de esta población para acceder a los estudios superiores. La gran mayoría abandona tempranamente la escuela y ve en el comercio sexual la única alternativa para ganarse la vida. La activista afirmó que la escuela es un espacio hostil para las mujeres trans, pues allí son objeto de burlas y violencia por parte de sus compañeros y compañeras de curso.
Diana Sacayán, activista trans argentina coordinadora de proyectos de Inclusión Educativa de Trasvetis del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L.), declaró que más del 95% de las personas travestis ejercen la prostitución y que el porcentaje de las que termina la educación primaria es muy bajo.
Es un enorme desafío analizar los mecanismos de exclusión empleados contra las personas trans en el sistema educativo. Es necesario abordar esta problemática en el sector formal de la educación, es decir, en los establecimientos educacionales. Para ello se requiere adelantar procesos de formación con los y las docentes. ¿Qué nos falta? ¿Cómo reflejamos estos temas en forma concreta por grupos de edad, objetivos de aprendizaje, sin dejar de lado temas relacionados con los derechos humanos, el placer y el desarrollo? Estamos en la búsqueda de una mirada más concreta.
¿Y qué propuestas existen respecto a la educación sexual con grupos indígenas?
Es interesante ver cómo se pueden incorporar elementos de otras etnias para hablar sobre sexualidad en la escuela. En algunas comunidades existe cierta flexibilidad respecto a la identidad.
Amaranta Gómez, activista trans de la etnia Muxhe de México, afirmó que las identidades de género dicotómicas son propias del pensamiento occidental, que está influenciado por el positivismo. La cosmovisión muxhe, comentó Amaranta, prescinde de la necesidad de una identidad de género. La identidad muxhe trasciende la mirada dicotómica sobre qué es ser mujer y qué es ser hombre. Esto significó un tremendo aporte para los estudios de género, que aún debaten esta cuestión desde un punto de vista teórico.
Pamela Contreras, señaló que la experiencia trans en la cultura mapuche es muy distinta a la del resto de la sociedad chilena. Ella explicó que las mujeres trans apoyan las labores de la machi – líder religiosa mapuche - y por ello son denominadas machiwalle. La machiwalle es la mano derecha de la machi, es una figura muy respetada en la comunidad pues se considera que tiene dos almas: una femenina y una masculina. Entre los mapuche esto es visto como un don, como un regalo de los dioses y no como un pecado o anormalidad.
¿Cómo se integran los principios de igualdad y derechos humanos en la propuesta de educación sexual de la UNESCO?
Para muchos, el acceso a la educación integral en sexualidad es una parte importante del derecho básico a la educación, reconocido oficialmente por la comunicad internacional hace más de medio siglo. El Consejo de Derechos Humanos renovó el mandato del relator especial sobre el derecho a la educación y le pidió que presentara un informe a la Asamblea General de las Naciones Unidas. El relator especial dedicó varias páginas de su informe a la cuestión del derecho humano a la educación sexual integral.
Este derecho fue presentado en el marco de las normas internacionales de derechos humanos, analizando las normas internacionales y regionales. Su informe concluye reiterando la necesidad y la pertinencia del derecho a la educación sexual integral y presentando recomendaciones concretas dirigidas a los Estados y a la comunidad internacional.
Por Pilar Pezoa Navarro
Fuente: Clam
Revista En Femenino
Chile "Puentes educativos a la diversidad sexual "
Publicado el 04 noviembre 2010 por Daniela @lasdiosasSus últimos artículos
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