por Jose Luis Diaz
Psicologo y Activista LGTB
Entrevista a Romina Ramírez, ex candidata a CORE por la municipalidad de Santiago, profesora y activista TRANS, hoy parte del directorio del Movimiento de la diversidad Sexual de Chile, Profesora de la primera escuela para la niñes Trans de Latinoamérica, diplomada en Derechos Humanos, quien nos cuenta sus desafíos y de su regreso a la política por Santiago en las próximas elecciones a Concejales. (es necesario?)
Romina eres la primera trans en ser profesora del pedagógico, ex candidata a CORE y actual Directora y Vocera del Movimiento por la Diversidad Sexual y Género de Chile, a todo eso se suma la docencia en la Escuela Amaranta Gómez Regalado de Fundación Selenna, cuéntanos como lo haces para conjugar todos esos roles.
Creo que las motivaciones y las convicciones sociales son las que mantienen vivas a las personas y en constante movimiento una va asumiendo responsabilidades que acompañan nuestros valores, principios y a la vez la necesidad de mejorar desde mi pequeña isla nuestra sociedad, a eso no suma mi trabajo remunerado el cual hago todos los fines de semana, más mi participación en el partido ecologista del cual soy parte.
Cuéntanos de ti, de tu historia familiar en tiempos de dictadura ¿cómo lo viviste y como lo vivió tu familia?
Nací en dictadura, en el año 79, vengo de una familia muy pobre, de abuelos que dejaron el campo para migrar a Santiago y así aspirar a mejores oportunidades en los 60. Las expectativas fueron quebradas en el 73, cuando uno de ellos por ser parte de un sindicato de trabajadores fue arrestado y posteriormente torturado, con lo cual no pudieron concretar los sueños de adquirir una vivienda social que estaban tramitando en el gobierno de Allende.
Por ende, la calidad de vida de mi madre y de mi padre -que vivió la calle y la vulnerabilidad social- no fueron buenas, ninguno alcanzó a terminar sus estudios básicos y medios, yo lo vine a saber tarde ya que nunca me lo quisieron contar -les daba vergüenza-. Esta es una realidad que aun ocurre, si bien Chile ha logrado superar con creces el analfabetismo aún hay personas que ven interrumpidos sus estudios, como por ejemplo les personas Trans, que producto de la discriminación no pueden continuar. Llama la atención que, en la nueva política de Chile, estos temas no estén presentes, por lo mismo nosotros necesitamos representatividad. En lo personal mi carrera política está comenzando, en las próximas elecciones seré candidata a concejal por Santiago (es necesario?), los motivos son simples y no por ello menos complejo, Santiago es una comuna LGTB, con importantes cifras de VIH y sin ninguna representación, sólo la voluntad de concejales amigas.
Mi infancia la viví en la población El Castillo, comuna de la Pintana. La verdad, en ese periodo nunca me di cuenta de la precariedad de vida que llevaba, era sólo un niño. Por lo tanto, todas las carencias o situaciones de violencia que viví, de alguna manera las normalicé y me adapté a ellas.
Cuando tenía 12 años a mi madre le salió una vivienda social donde actualmente sigue estando, en el sector de Santo Tomás en la misma comuna de la Pintana.
Esta etapa donde empezó mi adolescencia fue más compleja, la protección que alguna vez tuve por mis padres se rompió por las mismas carencias que ellos arrastraban de sus propias historias. Por otro lado, empecé a darme cuenta de las desigualdades sociales, a través de la escuela, de los medios de comunicación, a medida que iba conociendo el mundo, y también de las conversaciones y resentimientos de mi abuelo, que nunca superó las secuelas que le había dejado el período de la dictadura.
Además, en ese tiempo (los 90’) mis padres se separaron, fue en tiempos donde la droga y especialmente la pasta base habían entrado a las poblaciones quebrando miles de familias, y en donde la mía no fue la excepción. Mi padre terminó abandonando el hogar familiar que habíamos construido, por el consumo de droga, y desde ahí mi familia se hundió, fueron los días más tristes y desoladores que yo recuerde, la verdad no me gusta hablar de ese período, mi hermano y yo sufrimos las peores consecuencias del abandono, ya que mi madre por otro lado tuvo que salir a trabajar largas jornadas que la ausentaban todo el día de la casa y que hacían olvidarse de la situación que estaba viviendo a cambio de un sueldo mínimo que apenas alcanzaba para pagar las cuentas básicas de un hogar y dividendo. Recuerdo que nunca teníamos para comer, y además mi madre nunca supo sobrellevar la situación, por el contrario, entró en un estado de violencia hacia sus propios hijos, me echaba de la casa, me hacía sentir un estorbo junto a mi hermano. Fue ahí cuando tenía 16 años mi madre quedó embarazada y se dedicó a cuidar de mi nueva hermana, mientras yo en esos tiempos conocí a un señor adulto que se convirtió en mi pareja y compañero, que me apoyó y me ayudó a salir adelante y posteriormente pagarme estudios con lo cual logré entrar a una carrera universitaria con el crédito aval de estado, esos tiempos eran confusos, habían gestos de solidaridad que se mezclaban con el amor, en esos tiempos también estaba tomando conocimiento de la pandemia del SIDA la cual hacia estrago en nuestro país, creo que pertenecemos a la sociedad de la residencia.
¿Qué pasó después?… como llega Romina la activista política trans.
Era una persona oprimida, que decidió abandonar sus estudios, su vida y su familia por vivir dignamente su identidad.
A los 25 años abandoné mi carrera, se me juntaron muchos problemas, existenciales, económicos y amorosos, por lo que caí en una profunda depresión, que la arrastré durante muchos años mientras me empezaba a dedicar al arte del transformismo en discotecas y pub gays de Santiago, fue el puntapié inicial para empezar un largo camino de autodescubrimiento y autovaloración. Posteriormente comencé a vivir como yo quería, fue algo difícil, estaba sola y enfrentada a todos los estigmas que existían en ese entonces sobre las personas trans: prostitución, VIH, abandono, exclusión, violencia, etc… Por lo demás las mismas personas trans y travestis que yo conocía en ese entonces tampoco creían en una reivindicación y abogaban por aceptar esos estigmas. De hecho, en ese entonces las mismas personas trans adultas me aconsejaban no hacer la transición para no sufrir la exclusión social: “en ningún lugar te darán trabajo…” “terminarás en la calle o en el mejor de los casos en un departamento prostituyéndote…”. Recuerdos largas conversaciones de terquedad ideológica entre copas y la oscuridad de la noche, en alguna casa donde nos reuníamos junto a otras chicas que vivían o empezaban a vivir el travestismo.
Luego de migrar de la casa de mi madre definitivamente, me fui a vivir sola, pero en condiciones económica precarias en una pieza del barrio Yungay de Santiago, donde llegaban muchas personas a vivir solas, historias muy tristes, adultos y jóvenes que por alguna razón de exclusión social llegaban a vivir ahí, era un lugar muy triste y muchas veces nos acompañábamos entre nosotres -cuando existía confianza- nuestras penas, y también nos cuidábamos, era un lugar peligroso al cual con amor y compañerismo lo trasformábamos en un pequeño paraíso, desde ahí mi decisión por presentarme en Santiago, como futura concejala, ya que existen realidades que la municipalidad no conoce y menos reconoce, hay una visibilidad selectiva de las necesidades de la comuna, dejando a gran parte sin representación.
En ese tiempo fue cuando conocí a una travesti vieja, de circo, peluquera, a la cual arrendé una pieza, que pronto se convirtió en una especie de madre putativa, empezamos a trabajar haciendo show en bingos a beneficios en lugares periféricos y poblaciones, donde ella era muy conocida, por su antigüedad en los barrios. Actualmente sigue siendo muy conocida en la comuna y en el mundo del transformismo popular. Hablo de esos bingos en donde las autoridades van de invitadas, hacen unas pequeñas donaciones, se toman la foto y se van cuando comienza el juego, bueno ahí estábamos nosotras para hacer que se juntaran los recursos que necesitaban la vecina o vecino.
Con ella aprendí muchas cosas, aprendí de la vida, a vivir con personas con VIH, ya que ella y su pareja eran portadoras, aprender de ellas fue mi salvación, creo que ahí comienza a entrar la necesidad de educar. Fue como una madre que nunca tuve, me guío en la vida y a tener las precauciones para enfrentar la sociedad.
Fue también en ese período cuando conocí a mi actual pareja y decidí terminar mis estudios universitarios y conocer organizaciones LGTB. De a poco empecé a involucrarme con temas sociales y a partir de mi propia historia aportar a la lucha social pero especialmente a la reivindicación Trans, y me di cuenta que mi historia de exclusión social era una bandera lucha que merecía ser visibilizada, no tan sólo para mí, sino para las miles de personas trans que han sufrido lo mismo que yo. Tomé la decisión de trabajar desde la política dura, yo no sólo andaría contando mi historia, que por lo demás es historia compartida, yo entraría al círculo de la políticas, el cual haría con distintos e importantes aliados y amigos, ahí tuve mi primera desilusión también, pues la mayoría de los gays de la organización donde yo ejercía el activismo, no solo se opusieron, sino que también subestimaron mi capacidad, parece que para ellos y para muchos gays como ellos las travesti nos vemos bien sólo haciendo reír o bailando pal público, pero jamás en un cargo político, a veces es más difícil luchar contra la discriminación de nuestros pares gays y lesbianas que la discriminación de otros actores sociales y “luego nos sorprende la derecha conservadora”
Actualmente eres ecologista, ¿cómo va esa experiencia?
Ya llevo militando un año, después de las últimas elecciones he aportado con trabajo, representatividad y convicción social al partido para sacarlo adelante y fusionar temáticas alineadas al derecho con temáticas netamente ecologistas, es una linda mescla, me gusta mucho, creo que Chile se merece ecologistas comprometidas con temáticas sociales que incidan en el bienestar y calidad de vida de las personas, a corto y largo plazo. También no puedo dejar de reconocer que es un partido político que ha tomado con seriedad el concepto de diversidad e inclusión.
Fuiste candidata a CORE por Santiago el año pasado, una de las comunas más simbólicas y conservadoras… ¿cómo fue la experiencia y cómo llegaste ahí?
¿te volverías a presentar como candidata, y por qué?
Creo que Santiago se ha forjado en los últimos años en una ciudad compleja y cosmopolita, sin embargo, a pesar de que existe un gran mercado y porcentaje de población LGTB que reside en la comuna, falta una representación concreta en el espacio político formal que dé cuenta de la existencia de esta población. No a través del mercado de consumo, sino a través de una representación que luche por los derechos, sus derechos y sus necesidades. La población LGTB de Santiago muchas veces esconde una pobreza importante, viven en piezas, eso sumado a los compañeros extranjeros. Hoy la comuna con más lelas, maricas y travestis no tiene representatividad en el concejo municipal, desde ahí recato y admiro la presencia y la lucha de Jaime Parada en Providencia o de la Zuliana en Valparaíso. (es necesario?)
Esa es y sigue siendo una de las grandes motivaciones que tuve para ser candidata y que sigo trabajando en el partido desde lo local a nivel nacional. También sigo trabajando en mi presencia política, pues seré candidata a concejala para transformar Santiago, me parece que ese desafío político es de todos y todas, el partido ecologista lo reconoce y el Frente Amplio también lo debe reconocer, ahí necesitamos un rostro político Trans, con experiencia y compromiso social, tal como lo he llevado a cabo desde mi candidatura anterior
Mi campaña en ese momento fue a pulso, fui apoyada por un pequeño grupo de activistas y gente comprometida, era mi primera vez y cuando me ofrecieron la posibilidad de ser candidata dije; si, acepto, conocí a Luciano y su madre, a Claudio, la Marcela quienes fueron mis principales compañeros de campaña y por supuesto a JP mi diseñador. Fue un momento mágico.
¿Qué tipo de sociedad es la que tiene Chile y que sociedad te gustaría para ella?
Creo que la realidad chilena responde -como todos los países hispanoamericanos- a un contexto de colonización cultural y económica eurocentrista. Por lo tanto, con mecanismos y una desigualdad de poder significativa en muchas esferas.
Creo que es vital recuperar nuestra identidad y nuestra lucha contra el neoliberalismo que silencia e invisibiliza las realidades latinoamericanas y nuestros reales derechos para desarrollarnos como personas libres.
El libre mercado sin regulación del Estado, no es la solución. Deben existir compromisos reales con los Derechos Humanos junto a una educación de calidad, laica y gratuita para concientizar a la ciudadanía, de lo contrario la corrupción y las desigualdades se hacen camino fácil para regular los mecanismos de poder que tienen oprimida y precarizada a nuestra sociedad.
¿Cómo vives el VIH y como sientes que estamos en esa materia en nuestro país?
En los años 90 empecé a conocer a muchas personas, y también a conocer el rostro del VIH-SIDA en la población gay de esos años. Actualmente todavía tengo muchos conocidos y amigos de años que están notificados y que alcanzaron a recibir los medicamentos cuando el auge los pudo cubrir a finales de los 90.
Sin embargo, las últimas estadísticas del VIH-SIDA indican que se ha descuidado la prevención, principalmente en población joven con una vida sexual activa. Y creo que el estado debe cumplir con la ley que existe en Chile y asumir su responsabilidad
Una educación sexual integral es vital para trabajar la prevención en las próximas generaciones, por lo que la actual ley 20.418 promulgada por el primer gobierno de Bachelet debería ampliar su enfoque no tan sólo a la prevención de embarazos en jóvenes heterosexuales, sino también a la prevención de ITS integrando a las distintas orientaciones sexuales de jóvenes, o sea, que tenga un enfoque inclusivo para abordar el desafío que nos instala la prevención del VIH e ITS.
Tus desafíos actuales…
Mis desafíos como activista, directora y vocera del Movimiento por la Diversidad Sexual y de Género (MUMS), es seguir avanzado en la línea de los derechos LGTBQ ya sea en proyectos de incidencia local y cultural, en la defensa y garantía de los derechos ya ganados y en el apoyo a los proyectos de políticas públicas y leyes que actualmente están dentro del Congreso -Ley de Identidad de Género, Matrimonio Igualitario y Ley incitación al odio- así como también en los futuros proyectos que puedan estar en el Parlamento. Todo esto con un fuerte enfoque social hacia las poblaciones LGTBQ más marginadas dentro del sistema socioeconómico, dimensionando la educación, el trabajo, la salud, vivienda, etc.
Como profesora en la Escuela Amaranta Gómez, es seguir desarrollando competencias pertenecientes a mi vocación docente y que les estudiantes logren un desarrollo libre de estereotipos de género y puedan desarrollar sus propias expresiones de género como lo estimen conveniente. De esta manera el objetivo es que se empoderen de sus identidades y puedan enfrentarse al mundo con un análisis crítico para producir cambios en sus entornos para mejorar su calidad de vida y de sus comunidades.
Por último, como militante del Partido Ecologista Verde y del Frente Amplio es seguir trabajando en la apertura y defensa de los derechos humanos frente a la invisibilización que ejerce el neoliberalismo a través de la Constitución heredada por la dictadura, trabajar en las necesidades de la demanda del movimiento feminista y trabajar en la sensibilización de las problemáticas ecológicas que aquejan a la población y nuestro planeta. En definitiva, avanzar en el desarrollo de estándares de calidad de vida digna para todas las personas.
En la intimidad, ¿tienes compañero? esperas casarte
Sí, tengo compañero de vida hace cuatro años y medio. Lo conocí por redes sociales, pero no esperamos casarnos, ya que entendemos que nuestro compromiso va más allá de un documento. Sin embargo, nuestra decisión de no contraer matrimonio -así como muchas parejas-, no significa que no tengamos derecho a tenerlo.
Lo importante del proyecto de Ley de matrimonio igualitario es que expresa la real igualdad de condiciones y derechos civiles que establece la Constitución y el derecho internacional, y desde ese punto de vista es relevante que Chile esté a la altura de esos estándares de vida democráticos y equitativos. Por lo tanto, apoyo total y completamente el proyecto de matrimonio igualitario.
Por lo demás el proyecto es relevante ya que es el primer paso para que personas LGTBQ puedan en un futuro ser reconocidas como familias aptas para adoptar sin prejuicios de discriminación, considerando que actualmente las cifras de abandono y vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes es enorme, y que el SENAME no ha garantizado los derechos básicos para que menores de edad puedan vivir una infancia digna y sin violencia, por el contrario, se han producido abuso y explotación de menores con casos estremecedores.
¿Qué le diarias a Piñera?
No le diría nada, la verdad mi trabajo y enfoque son las personas que se encuentran en desigualdad social y que viven de manera cotidiana la violencia del sistema, por ejemplo, los estudiantes, los trabajadores, las mujeres, la disidencia sexual, todas las personas que en definitiva son oprimidos y precarizados en las distintas esferas.
Decirles que luchen por sus sueños y metas, que amen sin condiciones, que aprendamos de los más viejos, que confiemos en los más jóvenes, y que jamás pierdan las esperanzas, porque quizás nunca podremos recuperar lo perdido, pero quizás podemos hacer algo mucho más gratificante, construir dignidad y respeto para nuestras generaciones futuras.
Gracias Romina por esta entrevista.