Centro chino para el Deasrrollo económico y comercial en Benín. El comercio y las relaciones económicas entre los dos países se han multiplicado por 10 en los últimos años. Foto: Aurora M. Alcojor
Y sí, Michelle tiene razón. No es fácil verlos, pero cuando se sabe dónde buscarlos, entonces aparecen por todos lados. No están en las tiendas, pero son muchos los ciudadanos chinos que regentan los establecimientos textiles; tampoco los encontramos en las obras de la carretera ni en los andamios de los edificios en construcción, pero sin ninguna duda también están detrás de esto. Y por supuesto, son los chinos quienes han inundado los mercados de todo tipo de mercancías: motos, textiles y multitud de artilugios a precios baratos que hacen más fácil la vida de los africanos pero que están acabando también con algunas industrias locales.
Un grupo de jóvenes chinos paseando por las inmediaciones del
Estadio de la Amistad, construido precisamente por su país en
el año 1982. Foto: Aurora M. Alcojor
Pero lo cierto es que esta realidad no es nueva para los benineses. De hecho, uno de los edificios más importantes de la ciudad es el Estadio de la Amistad de Cotonú, construido por China hace ahora casi tres décadas, en 1982. Por entonces, el poder estaba en manos de un régimen marxista, liderado por Mathieu Kérékou y las relaciones con los países comuistas eran muy fluidas. Durante los años de dictadura (1975-1989) la presencia china se hizo patente en el país y fueron muchos los jóvenes universitarios que recibieron formación en países tan distintos como Rumanía, Cuba, Corea y la propia china. En esta década, el país más grande del mundo comenzó la construcción de una serie de estadios “de la amistad” en diversos países africanos y uno de ellos fue el de Cotonú, que hoy es casi el centro neurálgico de la ciudad: en el recinto del estadio se encuentran algunos de los bares más ‘exclusivos’, así como pistas de tenis y de baloncesto, algo raro por estos lares.
Fue a principios de los 90 cuando se diluyó la presencia oriental, mientras Benín tomaba el camino del libre mercado y celebraba la Conferencia Nacional para dar paso al multipartidismo. Pero ahora, dos décadas después, China ha vuelto, esta vez para quedarse, y, entre otras muchas cosas, para seguir construyendo estadios. Tantos han sido los erigidos por toda África que The Africa Report la ha bautizado como “The master Stadium builder”.
Aunque bien podríamos denominarla “the master builder”, a secas, porque China construye, exporta y vende todo lo que uno se pueda imaginar.
También la Agencia para la Cooperación China está instalada en Benín. Foto: Aurora M. Alcojor
* En mi opinión, aunque la presencia china en África es muy controvertida y ha desatado multitud de críticas por su desprecio de los Derechos Humanos, el trabajo que Pekín está realizando en Benín será muy positivo para este país. Por lo que he visto, las ONGs occidentales se dedican a cuestiones de vital importancia, como sanidad o educación, pero era necesario un apoyo decidido a la mejora de infraestructuras. Por ejemplo, carreteras que impulsarán el comercio, acortarán las distancias y ayudarán también a mejorar la vida de mucha gente. Tema aparte es la calidad de dichas infraestructuras. Son muchos los que dicen que las construcciones chinas, hechas de forma rápida y barata, suelen presentar numerosos problemas y que a los pocos años terminan por ser casi inservibles. Puede que tengan razón, no lo sé, pero cuando hay tantas necesidades, cualquier cosa es mejor que nada.