China es ya la mayor economía del mundo medida por paridad de poder de compra, y su liderazgo comienza a ejercerlo en consecuencia. En este espacio hemos dado cuenta de cómo no solo Beijing se prepara para posicionar en el futuro a su divisa fíat, el yuan, como moneda de reserva, sino que además tiene la mira puesta en jugar un rol fundamental en el establecimiento de los precios referenciales de los metales preciosos monetarios. El interés desde luego, viene del hecho bien conocido de que el oro y la plata son dinero real.
En este contexto, hay ya un plan explícito para que Shanghái se convierta en un centro de comercio de metales preciosos tan importante, que termine por desplazar a las actuales capitales de estos mercados: Londres y Nueva York.
Y es que a pesar de que los medios predominantes –como instrumento del poder que son, se empeñen en negar que los mercados de metales preciosos sean manipulados de forma artera por los gobiernos y bancos centrales más poderosos del orbe, tras bambalinas los nuevos poderes emergentes lo dan por hecho. Sin embargo, no tienen ninguna prisa por acabar con esta situación por un motivo muy claro: mientras se mantengan deprimidos los precios ellos pueden seguir “devorando” el oro y la plata del mundo a un costo muy bajo. Pese a ello, tienen en mente que tarde o temprano –una vez que la absoluta mayoría de las existencias mundiales de estos metales estén en sus manos, tendrán que llevar la voz de mando. Para eso será fundamental que cuenten con mecanismos de mercado muy desarrollados, pero eso sí, basados en el comercio de barras físicas, no simples derivados de papel como en Occidente…..SEGUIR LEYENDO