Hoy por hoy, China está imparable, e inalcanzable, en cuanto a trenes de alta velocidad se refiere. La última noticia llegada desde el gigante asiático es la salida de la línea de producción del tren de alta velocidad más rápido del país, el cual es de producción propia, y unirá Pekín y Shanghái a partir del año 2011.
El tren "380A", fabricado por la Compañía de Vehículos de Ferrocarril Changchun Ltd, subsidiaria de la Corporación CNR de China, será capaz de alcanzar los 380 kilómetros por hora, superando a los actuales trenes de alta velocidad, que alcanzan los 350 kilómetros a la hora, y que circulan en las líneas que enlazan Pekín y Tianjin, Wuhan y Guangzhou, y Zhengzhou y Xian.
China está invirtiendo grandes cantidades en mejorar sus infraestructuras ferroviarias, actualizando las líneas existentes y extendiendo su red hasta la lejana capital del Tíbet, Lhasa. El 16 de marzo, el ministerio de Ferrocarriles de China firmó un contrato para comprar 100 trenes de nueva generación a la Corporación CNR de China.
Además, tren de levitación magnética Maglev, que opera entre el centro de Shanghai y el aeropuerto principal de la ciudad, alcanza una velocidad de 430 km/h, pero no está previsto que circule a dicha velocidad en servicio comercial.
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