Esta historia, aunque lleva décadas gestándose, comenzó con la llegada de Donald Trump, quién decidió renegociar acuerdos económicos que consideraba injustos y lesivos para sus intereses. China ha vivido una largo periodo de un gran crecimiento, impulsado a veces por la colaboración de acuerdos más que beneficiosos para la economía china. Estas medidas asimétricas no han sido el único motor para avanzar. El precio y convertirse en la fábrica del mundo han resultado factores determinantes para alcanzar este éxito.
Siendo cierto todo lo anteriormente mencionado que comenté con más detalle en otro artículo, China se ha convertido asimismo en una amenaza a la hegemonía económica mundial de Estados Unidos. Su segunda fase de su modelo de desarrollo económico se ha iniciado y esta segunda fase incorpora como elemento central la innovación una vez superada la fase inicial de copia descarada, precio y producción masiva de bienes y servicios.
No obstante, esta transición no significa renunciar a todas las ventajas que han logrado arrancar a sus competidores en el pasado. Renunciar implica una merma de ingresos y China no está dispuesta a ello.
Estados Unidos no es el coloso de antaño aunque sigue siendo un gigante a tener en cuenta. Y, EEUU dándose de su situación de menor hegemonía encarnado en la figura de Donald Trump, intenta poner trabas al contendiente. No es necesario recurrir a medidas injustificadas ya que existen suficientes argumentos para aplicar ciertas decisiones a tenor del proteccionismo de China y sus subvenciones e intervencionismo pero no cabe la menor duda de que el proteccionismo y las bravatas de Trump nacen en parte del miedo y el desesperado intento de ganar competitividad y mantener el liderazgo en riesgo. No voy a hablar de México a los que también ponen dificultades comerciales con medidas proteccionistas debido al propio éxito de su país vecino y otros aspectos porque no es el tema a discutir.
China se perfila como una amenaza cuya larga sombra se proyecta a lo largo y ancho del mundo con empresas que empiezan a ser punteras a nivel internacional frente a empresas del pasado y aún del presente que simplemente copiaban a los líderes como eternos segundones y que están llamadas a pasar a un segundo plano. Han aprendido y van a por todas.
Veremos más episodios de esta novela aunque ambos deberían ser conscientes de lo que se juegan con unas elecciones presidenciales en Estados Unidos a la vuelta de la esquina que se vería comprometida si la economía mundial se hunde y una ralentización más que evidente en China que afronta además problemas políticos graves en Hong King.