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China y la URSS: dos modelos comunistas durante el periodo de entreguerras

Por Manu Perez @revistadehisto

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China y la URSS: dos modelos comunistas durante el periodo de entreguerras

Durante el transcurso del conocido como período de entreguerras (1919-1939), se tuvieron diferentes interpretaciones sociopolíticas y económicas sobre el marxismo, triunfante en Rusia tras el proceso revolucionario. ¿Cómo impactaron estas teorías en Europa y Asia? ¿Existían diferencias entre ellas? Estas preguntas y más se resolverán a continuación.

China y la URSS: dos modelos comunistas durante el periodo de entreguerras. La Nueva Política Económica (NEP)

Una vez que se confirmó el establecimiento de la Rusia soviética, Lenin comenzó a planear la reestructuración del estado a raíz de las secuelas dejadas por la Gran Guerra, la caída del zarismo y la contienda fratricida de la guerra civil rusa, mediante el llamado tratado de Creación. En los años anteriores, se encontraba al frente de un país aislado y desecho, con una población mayormente campesina. Ante esto, se tomaron medidas como el aumento de la producción industrial de las fábricas y se buscó electrificar el país mediante el plan GOELRÓ, siendo el prototipo de los futuros planes quinquenales. Como respuesta a la reducción de la producción agrícola, se dio paso a la conocida como Nueva Política Económica (NEP).

Los resultados

Fueron muy contradictorios frente a la teoría del marxismo, ya que tenía como objetivo el repartimiento de territorios para los campesinos con el fin de trabajar la tierra, pero favorece a la clase media y la propiedad privada, ya que el mediano y pequeño empresario podía vender sus productos en el mercado, generando un desarrollo de capital privado. Para evitar levantamientos entre los campesinos, se les permite quedarse con una parte de la producción mientras que el resto va destinado al estado mediante impuestos. [1]

Grupos que se benefician con la NEP y las discrepancias con el marxismo teórico

Se benefician los kulaks (terratenientes burgueses), la clase obrera (crece, se reactiva y desaparece parcialmente la escasez) y los Nepmen (burguesía vinculada con la banca). Genera alivio, pero también odio, ya que nuevamente hay grupos que están por encima del obrero, lo que provoca disidencias dentro del partido y rebeliones que fueron aplastadas por el gobierno como la de Kronstadt. [2]

Entre los disidentes más importantes a esta teoría se encuentra Trotsky, que ve un “aburguesamiento” y una desviación del marxismo, que llevaría al retroceso [3] y al fracaso del ideal de la revolución permanente (la revolución debe ser constante, para lograr instaurar el marxismo en todo el planeta). [4]

El ascenso de Stalin y el giro copernicano en el marxismo

Ante la muerte de Lenin en 1924, lo sucede Iósif Stalin, el cual observa que lo hecho por su predecesor es insuficiente y decide fomentar un nuevo marxismo, basado en un programa de industrialización con el objetivo de fortalecer la industria pesada sin recurrir a la ayuda extranjera. Esto da comienzo al primer plan quinquenal (1928-1932), con el objetivo de volver al comunismo de guerra. Inició en 1927, a raíz de la creencia de una intervención militar de los países capitalistas producto de las revueltas en el oeste y conllevo a una serie de purgas que producen que muchos detractores y dirigentes se exilien.

La política del plan tiene como fin recurrir a los sentimientos de hostilidad hacia las clases privilegiadas, siendo el eje los kulaks. Ante el aumento del precio del grano, se descubre que este grupo acumulaba grandes porciones para luego revenderlo a precios más altos. En consecuencia, se da paso a la “deskulakizacion”, donde las tierras pasaban a manos del estado y a los koljós, donde el campesinado tiene un cierto “derecho de uso” de un territorio. [5]

El fracaso de la colectivización

La reorganización agrícola y la deskulakizacion fueron realizadas deficientemente y junto a una serie de sequías, el granero de la URSS, Ucrania, sufre una de las mayores hambrunas, el Holodomor, con un total de cuatro millones de muertos. En el sector industrial, se apuesta a los tractores, necesarios para el campo y lo militar (podían ser reconvertidos en tanques ante un eventual conflicto). En lo cultural, se lucha contra los valores burgueses, el elitismo y el privilegio, promoviendo la movilidad social donde los hijos de la clase obrera pueden asistir a la universidad, pero los estudiantes burgueses no. [6]

El culto a Stalin

Se desarrolla por primera vez a escala nacional a través de la celebración de su cumpleaños en 1929, siendo glorificado por el Pravda, en desfiles a través de retratos, la construcción de bustos, estatuas y el renombre de ciudades (Stalingrado). La prensa progresivamente se volverá menos informativa y más aislada, transformándose en panfletos propagandísticos donde no se debatían los asuntos internos y a nivel internacional, no se informa sobre lo que estaba ocurriendo en occidente. [7]

La crisis en Wall Street

La crisis arruina a todos los países de occidente, pero no a la URSS, ya que potencia al marxismo y la Unión Soviética tanto económica como políticamente, debido a que es una crisis de demanda y los soviéticos se encontraba por fuera del mercado internacional, producto de su condición de economía autárquica y planificada.

Desde lo político, permite glorificar el modelo soviético (el capitalismo se hunde, el comunismo pervive), proyectando al mundo los avances industriales que se estaban logrando (sin mostrar los costos humanos), generando que el primer plan quinquenal logre un despegue industrial, poniendo una administración capacitada que provenga de las universidades. 

China y el nacimiento de una nueva mirada del marxismo

Durante el mismo periodo se estaba gestando en China un movimiento de índole comunista pero diferente a la experiencia del marxismo. El maoísmo sostenía un movimiento nacionalista, en contraposición al internacionalismo promulgado por Lenin. Mao se encarga de transformar un movimiento revolucionario en un movimiento nacional constituido por campesinos, argumentando que la revolución no depende de una clase social como sostenía Lenin, sino en la voluntad de cambio, las pasiones y las necesidades del hombre. Ante ello, sostiene que el principal enemigo es el imperialismo extranjero, que no solo se representa en una nación, sino en clases (media-alta) y grupos (burgueses y terratenientes). [8]

China en la década del 30

Se desarrolla la República Soviética de China, pero no prospera producto de los constantes ataques de Chiang Kai-Shek, lo que genera que Mao escape junto a un grupo de comunistas hacia Jiangxi, constituyendo la Larga Marcha, la cual movilizó a campesinos y militares a lo largo de 10.000 km durante 1934-35, inscribiendo valores dentro de las doctrinas como el sacrificio o el coraje, que eran transmitido a sus tropas. Esta noción la llamó el Espíritu de Yan’an [9], que glorificaba y cargaba de motivación y peso a los sobrevivientes de la Larga Marcha. [10]

El actor externo: la intervención japonesa

A raíz del fin del Shogunato y el comienzo de la Era Meiji, Japón experimenta un crecimiento exponencial a través de la modernización del país y su occidentalización. Esto conlleva a que el país asiático se inscriba en el modelo reinante en Europa en este momento, el imperialismo, por lo tanto, comienza a expandirse a lo largo de toda la región, constituyéndose como la principal potencia militar de Asia.

Durante las primeras tres décadas del siglo XX, logra ocupar la península de Corea, parte de Rusia y diferentes islas del Pacifico. Esto llevaría a principios de la década del 30 a la expansión por China a través de la ocupación de Manchuria, producto del incidente de Mukden donde un ferrocarril japonés es dinamitado por un grupo de ultranacionalistas nipones para justificar una intervención.

Esta ocupación termina siendo uno de los factores claves para la victoria maoísta, ya que, al generarse, se debilita el régimen del Kuomintang y ante la desmoralización, el caos económico y la corrupción en la cúpula, muchos de los nacionalistas se alían con los japoneses. Caso contrario ocurre en el campo, donde se generó un sentimiento anti-extranjero debido al deterioro económico y un acercamiento al comunismo y la reforma agraria. Ante ello, Mao obtiene el rol de defensor de China frente al invasor japonés y los colaboracionistas del Kuomintang. [11]

Autor: Matías Lebrero, licenciado en historia por la Universidad Católica Argentina (UCA) para revistadehistoria.es

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Bibliografía

[1] Durante el zarismo, se enviaban soldados para presionar al campesinado y recaudar la totalidad de la producción.

[2] Se desata en 1921, producto de un levantamiento de marinos y soldados, que estaban a favor del comunismo, pero se diferenciaban en algunos puntos. Dicha rebelión es aplastada, implantando una visión ideológica verticalista y uniforme.

[3] Trotsky sostenía esto debido al ingreso de películas y música occidental.

[4] Ante las derrotas de las sublevaciones comunistas en occidente, se optó en el XIV Congreso del Partido Comunista de 1925, por el socialismo de un solo país.

[5] Se diferencia de los sovjós, ya que estos estaban administrados en la totalidad por el estado.

[6] Fitzpatrick, S. (2005). La revolución de Stalin. En La revolución rusa (153-176). Buenos Aires. Editorial Siglo Veintiuno

[7] Idem, pp. 179-187

[8] Meisner, M. (2007). La revolución maoísta y la herencia de Yan´an. En La China de Mao y después: Una historia de la República Popular (62-66). Córdoba. Editorial Comunicarte.

[9] Yan’an fue el punto final de la Larga Marcha y el centro del comunismo chino hasta el establecimiento de la República Popular en 1949.

[10] Meisner, M. (2007). La revolución maoísta y la herencia de Yan´an. En La China de Mao y después: Una historia de la República Popular (53-56). Córdoba. Editorial Comunicarte.

[11] Tse-tung, M. (1968). ¿Cuáles son las características de la guerra revolucionaria de China? En Obras Escogidas de Mao Tse-tung (3). Pekín. Editorial Lenguas extranjeras

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