Después de tomar posiciones en África y Latinoamérica, y ahora que tiene buena parte de la deuda pública estadounidense en sus manos (aunque parece que cada vez le interesa menos), China se centra en Europa. Y ha comenzado por el eslabón más débil, Grecia, que necesita desesperadamente inversión extranjera para hacer frente al rescate financiero que tuvo que solicitar este año.
China, al igual que Angola o Guinea Ecuatorial, son países en los que un día sí y otro también se violan los Derechos Humanos sin que la Comunidad Internacional haga nada porque no interesa meterse con estos países. Portugal firma acuerdos con su ex colonia, igual que lo hacemos nosotros con la nuestra, porque podemos sacar buena tajada en forma de petróleo y oportunidades para nuestras empresas.
Las relaciones de poder en el mundo cambian sin que nos demos cuenta, y en el camino, no sólo vamos perdiendo nuestros derechos sino dejando de luchar por aquellos de quienes nunca los han tenido.
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