En la época de mayor esplendor de la música “new age” en España había un músico que no faltaba en la mayoría de discos recopilatorios del género y cuyas composiciones sonaban a todas horas en radio y televisión. Sus trabajos, especialmente uno, estaban entre los que más veces pasaban por nuestro reproductor de cedés y, sin embargo, apenas ha aparecido por el blog en una ocasión y no sabemos explicar muy bien por qué. Hablamos del norteamericano de ascendencia griega Chris Spheeris, un compositor sensible que en su mejor momento nos regaló una buena colección de melodías inolvidables y al que perdimos un poco la pista desde entonces.
Lo normal sería hablar de “Enchantment”, probablemente su disco más popular, firmado a dúo con Paul Voudouris con quien lanzó varios trabajos pero hoy queremos hablar de “Culture”, el disco que Spheeris grabó inmediatamente después de “Enchantment” y probablemente nuestro favorito de los que publicó en solitario. Aunque estamos ante un multi-instrumentista, lo cierto es que la guitarra acústica es la vía con la que más a gusto se siente nuestro músico a la hora de interpretar. La raíz mediterránea de su linaje está muy presente en su música pero en este disco aparece unida a ritmos y sonidos de otras culturas en una mezcla muy afortunada que termina por cuajar en un trabajo notable. Spheeris toca prácticamente todos los instrumentos en el disco aunque cuenta con algunos invitados como Russell Bond (co-productor del CD y percusionista en algunos cortes), Kim Murillo (voces), Zac Johnson (saxo alto), David Peterson (oboe), Kris Yenney (violonchelo) y Kirstine Hebert (flauta).
“Aria” - El album empieza a lo grande con un excelente corte que mezcla electrónica con un inicio épico y un ritmo que va creciendo poco a poco con las raíces folclóricas de Spheeris hasta terminar explotando en un despliegue de inspiración que no deja de evolucionar a cada compás. Es una pieza a la altura de lo mejor de “Enchantment”, la obra maestra del músico. En el debe no podems dejar de señalar que algunos sonidos no han envejecido demasiado bien pero eso es algo que afecta a muchas obras de esta época y no impide en absoluto disfrutar de la música.
“Margarita” - Continúa el disco con una pieza inconfundiblemente mediterránea, con ese ritmo de rumba tan recurrente en la obra de Spheeris. En lo melódico estamos ante una composición muy afortunada en la que el músico se lanza con la guitarra como instrumento principal en los mejores fragmentos, cosa no del todo habitual en su obra. Quizá tenga un punto naíf pero no le resta encanto aunque no se encuentra entre nuestras piezas favoritas del disco.
“Embrace” - La siguiente composición es la clásica balada de Chris, siguiendo la línea de temas de trabajos anteriores como la parte instrumental de “Love and Understanding”. Destaca la presencia del violonchelo que le da un toque de distinción y salva algunos pasajes de un tema quizá demasiado acaramelado.
“Elektra” - Uno de los momentos realmente grandes del disco, comienza con unas suaves notas de sintetizador acompañadas de lo que podría ser un bouzouki o su equivalente sintético. Entra entonces el motivo principal acompañado de palmas que no nos atreveríamos a calificar de flamencas pero que lo parecen. Tras un breve interludio aparece una especie de rumba mezclada con ritmos orientales para dejarnos ante el gran final en el que la cuerda pulsada y los sintetizadores se mezclan con unas percusiones exquisitas, con las voces y con los sonidos arábigos para poner el cierre.
“Culture” - El corte central del disco es una joya que combina todo lo mejor de la música de Spheeris. Comienza de forma lenta con toques de percusión que se mezclan con la flauta y la guitarra en un inicio ambiental que enseguida da paso a una especie de sirtaki en el que escuchamos la preciosa melodía central ejecutada con ese soniquete de flauta sintética tan utilizado por todo tipo de sintesistas en la época. Así llegamos a un interludio en el que el sitar, la tabla y las voces nos transportan aún más hacia oriente antes de retomar el tema principal. A partir de ahí entramos en un segmento de ritmo desenfrenado que es una verdadera locura solo interrumpida por la guitarra aflamencada de Spheeris que vuelve a rodearse de palmas. Una maravilla.
“Sapphire” - El siguiente tema es algo más convencional y cercano a las piezas puramente “new age” que tanta fortuna hicieron en una época muy determinada. La inspiración del músico, en su momento más alto en estos años, aporta una vez más una gran melodía pero quizá demasiado tópica en esta ocasión. No es complicado imaginar a cualquier cantante melódico de cualquier época interpretando esta canción con soltura con el añadido de cualquier texto romántico.
“Allura” - Precisamente ese romanticismo es una característica que no falta en la música de Spheeris y que se refleja en cortes como este. No es la faceta que más nos entusiasma del músico aunque se deslicen algunas influencias de grandes como Vangelis en momentos muy puntuales, el meloso saxo de Zac Johnson termina por desconectarnos de la escucha para pensar si faltará mucho para que el ascensor llegue a nuestro piso.
“Bombay” - Llegamos así a otro de los grandes momentos del disco. Tras una breve introducción que bien podría haber sonado en la banda sonora de Blade Runner, de Vangelis, comienza una fiesta de ritmo y una melodía espectacular interpretada de nuevo con ese sonido de sitar sintético que ya habíamos escuchado antes. A partir de ahí, secuencias electrónicas, la voz de Kim Murillo y un ritmo del que es difícil escapar.
“One” - El cierre del disco es más tranquilo y en él se mezclan coros y ritmos africanos a base de marimbas y demás percusiones con voces que bien podrían proceder de los nativos americanos de Sedona, la localidad del estado de Arizona en la que Spheeris se establecío en su día. Una mezcla de culturas y sonidos muy acorde con lo que se hacía en la época y también con el concepto del disco.
En la primera mitad de los noventa, la época en la que más fuerte nos dio por lo que en aquel momento se dio en llamar “nuevas músicas”, Chris Spheeris fue uno de los artistas a los más escuchamos y repasando trabajos como este entendemos muy bien por qué. Cierto es que desde entonces nuestros gustos han evolucionado incorporando muchos otros músicos y géneros a nuestras audiciones pero eso no implica olvidar a gente como Spheeris y tantos otros de estilos similares. Volveremos con toda seguridad a su música más adelante pero por ahora disfrutad de este “Culture”: un disco destacado dentro de una forma de hacer las cosas que tuvo grandes momentos en su tiempo del que os dejamos el tema central como despedida.