Revista Opinión

Christa wolf

Publicado el 27 enero 2018 por Ydelgado

CHRISTA WOLF

"(...) Christa Wolf fue el segundo escritor que yo había tratado de localizar. El primero fue W.H. Auden[1], en Nueva York, en 1939. El año, quizás el día, en el que Christa, una niña de diez años, miraba cómo las SS desfilaban por su ciudad con las bayonetas apuntando a Polonia. Ella recuerda aquel día, afilado como una astilla, lo cuenta en uno de sus ensayos.

¿Por qué quería verla?

Había leído Reflexiones sobre Christa T. y Muestra de infancia. Pensé que podría conversar durante horas con esta pacifista feminista, aunque ella nunca se hubiera definido así. Lo que me interesaba era la mujer, la escritora que tenía un compromiso apasionado con la literatura y, al mismo tiempo, creía que debía mantener un vínculo y una responsabilidad con la sociedad. (...)

(...) Cuando lees sus conversaciones transcritas, ensayos y entrevistas, estás leyendo la historia política y literaria del país de Christa Wolf, que después de la presencia aliada, se convirtió en la RDA, la especial preocupación de la URSS.

(...) Entre 1949 y 1959, Christa Wolf estudió Literatura alemana en Leipzig y Jena. Se casó con Gerhard Wolf, crítico y poeta y tuvo dos hijas. Trabajó en una fábrica en la ciudad industrial de Halle, esperando convertirse -junto a otros artistas- en la artista-obrera que el Primer Congreso de Bitterfeld[2] deseaba que fuera.. Todo está descrito detalladamente en la parte final del discurso que pronunció en el Segundo Congreso de Bitterfeld.

Trabajó en la Unión de Escritores de la RDA y editó Nueva Literatura Alemana[3], además de varias antologías.

¿Qué empuja a una persona, una mujer joven, a aprender lo bastante, a vivir lo bastante, leer y escuchar lo bastante, para finalmente convertirse en una de las escritoras más importantes de Europa hasta el punto de romper con los muros de su comprensión precoz del mundo y su cultura limitada, restringida ―como escribe ella― en las "redes de la teoría"? Ella era por naturaleza una pensadora, se interesaba y amaba su lengua, y a quienes la hablaban. Detestaba no ser sincera y desconocer lo que sucedía.

Es de vital importancia el hecho de que fue una ciudadana de un pequeño país cuya historia se fracturó justo en los años en los que Christa comenzaba a ser joven. El país era pobre, pero con una dirección vital, un rumbo socialista. Una novedad que empezaba a surgir a su alrededor, abriéndose camino entre las ruinas, en el que existía cierto idealismo generalizado, y donde se intentaba apartar del pensamiento un pasado nacional vergonzoso.

En su reseña sobre el libro de Fred Wander, El séptimo pozo, ella dice: "Después de la guerra, tuvimos que aprender a vivir bajo la mirada de las naciones que temblaban con solo escuchar nuestro nombre".

En el Segundo Congreso de Bitterfeld[4], en 1966, Christa Wolf abrió su intervención con una disertación bastante extensa sobre los valores del arte en una sociedad socialista. En aquella ocasión, describió la envidia de la juventud de la Alemania Occidental por la amplitud de los temas literarios de la RDA. Pero tras el amable halago, relató un par de historias amargas sobre la estrechez mental y represiva de la RDA. Una, a propósito de un escritor al que se le había enviado a hablar con un representante de los trabajadores. Los hechos concretos de la vida del trabajador fueron censurados por el propio escritor, dejándolos fuera de la historia. La segunda hablaba de un estudiante que se da cuenta de la terrible imposición de estereotipos y falsificaciones que contenían sus libros de textos. Con esta intervención, Christa Wolf exhortó a su audiencia a ser más autocrítica, y a los escritores a tener menos miedo. (...)

CHRISTA WOLF

Aquel año ⌈1976⌉, a Wolf Biermann, un famoso cantautor y compositor, se le concedió un permiso para actuar en Berlín Oeste pero no se le permitió regresar. Wolf escribió: "1976 fue una ruptura en el avance de la política cultural de nuestro país, representada gráficamente en la expatriación de Wolf Biermann (...) Un grupo de escritores tomaron conciencia de que su colaboración directa, su manera de pensar y dar respuestas habían dejado de ser útiles. Somos socialistas, después de todo. Vivíamos como socialistas en la RDA porque era donde queríamos estar. El hecho de acabar relegados por completo al campo de la literatura, provocó una crisis en el individuo, una crisis existencial".

Arrastró, además, una crisis política. Wolf fue cesada del consejo ejecutivo de la Unión de Escritores porque había firmado un manifiesto de protesta dirigida al Gobierno. En 1983, durante el transcurso de nuestra conversación, reconoció que se sintió bloqueada con aquella experiencia y con la represión posterior.

(...)Y después está Lo que queda[5]: una colección de viejas historias que incluye una novela que describe cómo durante unos años, Wolf sufrió la vigilancia de la policía secreta de Alemania del Este. Esta historia enfureció a los críticos de la Alemania del Oeste que pensaron que la escritora debía haberla publicado mucho antes. Fue el detonante para convertir a Christa Wolf en el chivo expiatorio de toda la corrupción, los crímenes burocráticos y la represión política de la RDA. Esta campaña no tuvo en cuenta el trabajo de Wolf, su literatura, sus conferencias y entrevistas, siempre preocupada por la vida del individuo en una sociedad que atrofia, y de la patética condición de la educación, la cual, según señaló, preparaba a la gente joven para una vida de pensamiento dependiente. Denunció las historias no contadas de la historia de la literatura alemana, así como de la dificultad de Alemania para afrontar el pasado nazi y la complicidad de los todavía vivos: su generación. (...)"

[1] (N.T.) Grace fue alumna del poeta W.H. Auden en la New School for Social Research de Nueva York.

[2] (N.T.) La "vía Bittlerfeld" o "Bitterfelder Weg", en alemán, fue un programa cultural definido en la RDA durante el transcurso del congreso de escritores en la ciudad de Bitterfeld, el 24 de abril de 1959. Se acordó el acercamiento de los artistas al mundo obrero para conocer su realidad, y a su vez se instó a los obreros a escribir sobre su vida cotidiana.

[3] (N.T.) Revista literaria de la Unión de Escritores de la RDA en la que Christa Wolf colaboró a partir de 1959.

[4] (N.T.) C. WOLF, Contribution to the Second Bitterlfeld Conference, en The Author's Dimension: Selected Essays, Chicago: University Press, 1993.

[5] La obra se publicó en Alemania en 1990, poco después de la reunificación.

Grace Paley. Extractos del prólogo escrito para The Author's Dimension:Selected Essays, Chicago: University Press, 1993. Compilación de ensayos escritos por Christa Wolf.

©Traducción: Yolanda Delgado Batista.


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