«Algunos se reían al ver cómo había cambiado, pero él les dejaba reírse sin hacerles mucho caso; pues era lo bastante juicioso para saber que en este planeta nunca ocurría nada bueno de lo que algunos no se hartaran de reírse al principio; y, sabiendo que semejantes personas estarían ciegas de todos modos, tanto le daba que arrugaran los ojos con sonrisas y muecas como que padecieran la dolencia de formas menos agradable. Su corazón reía y eso le bastaba».
Cuento de Navidad, de Charles Dickens.
Reíd mucho y disfrutad de la Navidad.