La primera vez que me colgué una guitarra eléctrica con un grupo, creo que corría el año 1993. Mi padre asistía a una convención de dermatología en San Francisco y creyó que estaría bien que su hijo mayor cruzase el charco y le acompañase. Por aquel entonces yo empezaba a tocar la guitarra, pero mi padre pensaba que sería una moda pasajera más. Aún así, nos dejamos caer por una tienda de guitarras de la ciudad y aquello fue un flechazo.
Allí estaba aquella guitarra. Una Fender Stratocaster negra y blanca, una guitarra de verdad.
─¡Papá, cómpramela por favor!
─¿Para qué? Seguro que va a acabar tirada por ahí.
─¡Te prometo que no!
Me miro de arriba abajo como el superior que examina al recién llegado y cedió.
Han pasado 21 años y la guitarra sigue conmigo. ¡21 años! ¡La edad de muchas actrices porno! Que mayor estoy…
Lo de la edad de las actrices porno me lo han contado, que yo no sé nada.
La primera vez que estrene esa guitarra fue en casa de mi amigo Chupi, en Samieira.
Allí estaba yo , con la guitarra colgada demasiado arriba y practicando los dos o tres acordes que me sabía. Nunca había tocado un grupo y estaba muy nervioso. Era el nuevo y no sabía si estaría a la altura.
─Vamos a tocar “La foto en B/N”─ dijo Chupi.
El pánico se debió dibujar en mi cara, y el lo debió entender. Apenas lo conocía hace unas horas, pero Chupi me regaló la primera lección de como tocar en un grupo.
─Tú, tranquilo. Pon Re mayor, levanta el dedo y haz un arpegio durante toda la canción.
Miro, el batería, marcó con sus baquetas cuatro veces y la canción cobró vida. ¡Aquello sí que molaba!
Desde aquel día nunca he dejado de tocar.
“Ticket to ride”, “Tu me dijiste adiós”, “One”, algo de Oasis, “In my life”…esas caían siempre. Y sus canciones, las canciones de Chupi.
Las canciones de Chupi tienen basicamente dos grandes géneros:
A) Amor.
B) Historias raras, raras, raras.
Una de mis preferidas en la “Domingo otra vez” que refleja muy bien su sentido del humor, Tan suyo, tan extraño…cada vez que pienso en la letra visualizo la historia y me parto de risa.
“Domingo, otra vez” habla de un anciano que vive en el asilo y está hasta las pelotas (grosso modo) de ser viejo. Mata el tiempo intentando ligar con las enfermeras que se ven obligadas a sedarlo y ponerle una camisa de fuerza para evitar males mayores.
Chupi en estado puro.
Él me llamaba “Chocolate”. Cuando grabé el solo de “Al rozar” quedó muy Chuck Berry y durante años cada vez que se refería a mi lo hacía como “Chucky Leblanc”. Chucky por Chuck Berry y Leblanc por Tony Leblanc. Su mente era así. Después aquello degeneró en Choco. También bautizó a mi amigo Juan como Cals…y hasta ahora.
Durante estos 20 años Chupi apareció y desapareció de mi vida, pero siempre estaba presente de alguna manera. Le contaba como me iban las cosas, escuchaba mis nuevas canciones, me aconsejaba esto y lo otro. Él fue parte importante de “Los Miserables: Amigos de Blas” que después sería Quatro D Abril, de hecho en el primer disco hay tres canciones suyas: “La foto en blanco y negro”, “No puedo verte sufrir” y ” El ritmo de mi vida”.
Cuando me enteré que tenía cáncer no lo entendía. No tenía sentido. Pero era sí, el cáncer no entiende de lógica y es un cabrón que ataca a quien menos te lo esperas.
Estas navidades le invité a subir al estudio y a meter unos coros en una de nuestras canciones. Lo pasamos genial. Escuchaba con atención, sugería un cambio aquí y otro allá y al acabar de grabar me dijo que la música era la mejor medicina que existía. Y le creo.
La última vez que lo vi me regaló un cacharro para grabar en casa que si os soy sincero, no tengo ni puta idea de cómo se utiliza, pero me hizo mucha ilusión. Quedamos en vernos cuando estuviera mejor y seguimos en contacto todas las semanas.
Ahora que se ha ido, me quedan sus canciones, me queda su extraño humor que rozaba lo psicópata y me queda todo lo que me enseñó, que no fue poco.
Le encantaban Los Brincos, The Beatles…y Los Pistones…cosas más raras he visto.
La música de Chupi me marcó cuando era un crío. ¿¡ Cuántas veces habré tocado “Esta noche” en aquella buhardilla de Samieira!?
Aún la sigo tocando…
Nunca te olvidaré amigo…gracias.
PD: ¡Oye Chupi! No pude ir a nuestra última cita, ya sabes, un curro nuevo, pero cuando llegué a casa pillé la acústica y estuve casi una hora tocando tus viejos temas.
Y de eso se trata.
¡Salud hermanos!