Pedalear por la montaña es un sanísimo ejercicio que nos permite disfrutar de la naturaleza y del aire puro, ponernos en forma y pasar un buen rato con amigos, familia o solos.
El ciclismo de montaña es un deporte duro y agradable, pero has de saber que las ruedas de las bicicletas causan una gran erosión sobre terrenos húmedos, de modo que lo más recomendable es optar por otra actividad en caso de lluvia. Además, en días de lluvia la equipación de tu día a día no es la más adecuada.
Aun así, si te atreves, o si la lluvia te sorprende, te dejamos algunas indicaciones que debes tener en cuenta.
· Elige la equipación adecuada para ir en bicicleta: Puedes pensar que el algodón es un material transpirable y natural que será adecuado para la práctica de deporte, pero debes saber que éste y otros materiales naturales absorben el agua muy fácilmente. Esto hará que te sientas más pesado y no sólo te costará más circular, sino que además tendrás una permanente e incómoda sensación de humedad.
· Mantén los pies secos: No hay sensación más molesta que la de tener los pies fríos y húmedos. Y una de las maneras de llegar a esto, es teniendo los pies mojados. Por eso debes proteger tus pies utilizando un calzado impermeable y calcetines de tejidos sintéticos como el neopreno, evitando materiales naturales como el algodón.
· Protege la cabeza del agua: Sobra decir que el uso del casco es fundamental para garantizar la seguridad en caso de impacto, pero en caso de lluvia, éste no te protegerá de la humedad. Si no dispones de una chaqueta con capucha, siempre puedes colocar bajo el casco algún tipo de material impermeable que puedas reciclar a modo de sotocasco, como un trozo de chubasquero viejo o el gorro recortado de un poncho de lluvia.
· Protege tu cuerpo del agua: Más allá del uso de ropa impermeable, hay un sencillo truco que repelerá el agua de tu piel. Aplica un poco de aceite para bebés en las partes de tu cuerpo expuestas a la lluvia. De este modo, el agua resbalará y podrás evitar problemas cutáneos por sobreexposición a la humedad.
· Disminuye la velocidad: La lluvia y el barro hacen que las ruedas de los vehículos, incluidas las bicicletas, pierdan adherencia. Es recomendable reducir la velocidad para evitar resbalones y caídas.
· Hidrátate: Es probable que por las circunstancias ambientales de frío y lluvia sientas menos sed, pero no te dejes engañar: tu cuerpo sigue perdiendo líquidos por sudoración mientras haces ejercicio, por lo que, como es habitual, debes mantener un buen nivel de hidratación antes, durante y después del ejercicio.
· Protege tus pertenencias: No olvides salir con una bolsa o funda impermeable para proteger el móvil, llaves electrónicas o billetes que lleves encima cuando salgas con tu bici.
· Reduce la erosión en el terreno: ¿Sabes por dónde es mejor cruzar un charco que encuentres en el camino? Si tienes la seguridad que no es profundo, rueda por el medio. De este modo, evitarás causar más erosión en el camino y ampliar la zona encharcada, como sucede si lo rodeas; en este caso, las ruedas de la bicicleta erosionan el terreno y hacen que el agua tenga nuevos espacios donde acumularse, haciendo así los charcos más grandes.
No olvides estar atento a los avisos de las autoridades y no salir si así lo recomiendan. Si vas a salir sin compañía, avisa a alguien de tus intenciones e infórmale de la ruta que vas a tomar, así como de tu hora prevista de vuelta. Ante todo, ¡mucha precaución!