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Ciclo David Lynch: El hombre elefante

Publicado el 24 abril 2011 por Monotematicosfm @curnom

Ciclo David Lynch: El hombre elefante

Antes de comenzar con esta crítica he de advertir que siento cierta debilidad por esta película, realmente consigue tocar mi fibra sensible. Por extraño que suene esta película es una de las más raras dentro de la filmografía de David Lynch, pero no por ser rara, sino por todo lo contrario, porque es de las pocas normalitas que ha realizado. El hombre elefante (1980) narra la historia real de John Merrick, posiblemente el ser humano más deformado de la historia, su espalda estaba recorrida por una serie de protuberancias rugosas, su cabeza hinchada con do enormes bultos, su brazo derecho inservible, y su mandíbula dejaba al descubierto un colmillo. Esto ocurrió sobre 1890, y como era de esperar fue recogido por un circo ambulante, en el que un ser despreciable lo mantenía en circunstancias infrahumanas para beneficiarse del espectáculo que daba.

Entrando ya un poco más en la película, el papel de John está interpretado por John Hurt, actor que considero realmente brillante, pero que ha tenido pocos papeles realmente buenos en su carrera, este posiblemente sea su mejor interpretación, que le valió una nominación a los Oscar. Anthony Hopkins hace el papel del doctor Frederick Treves, que consiguió rescatarlo de su antigua vida para cuidarlo en un hospital como merecía. Conforme conocemos más del fascinante Merrick descubrimos que es una persona inteligente dentro de sus limitaciones, amable y con un interés cultural irrefrenable.

Igualmente, encontramos la mano de David Lynch en este trabajo, la historia se desarrolla en un mundo estrambótico y malsano dentro del circo, con personajes nauseabundos como el de Bytes o el vigilante del hospital y los visitantes que este lleva. Pero por nauseabundo que resulten algunos personajes y ambientes, llega a ser muy humano, Merrick es enternecedor, por ejemplo, la escena en la que Treves le lleva a su casa con su mujer y Merrick llora emocionado porque dice que nunca había tenido tan buenos amigos consigue que nos emocionemos como pocas películas consiguen.

Antes de ver físicamente a John en la película se nos prepara contra él como si se tratase de un monstruo. Comienza el film narrándonos la historia ficticia que se cuenta sobre su nacimiento. Pero en cuanto el médico lo ve hay un punto de inflexión, el personaje empieza a ser un pobre desgraciado que es torturado. Es expuesto como si se tratase de una atracción de feria ante cientos de médicos que se maravillan de su deformidad. Pero cuando conocemos más al personaje este empieza a ser tratado como lo que es: un ser humano.

En ocasiones, nos preguntamos si el doctor Treves lo está exponiendo, como ya lo hacía Bytes en el circo, permitiendo a la alta alcurnia inglesa comer con él como si fuera una forzada obra de caridad que luego pudiesen comentar con sus adinerados amigos. Nos preguntamos esto incluso antes de que la enfermera lo diga, incluso antes de que el propio Treves se lo cuestione. Pero finalmente vemos como, aún con su fría distancia de doctor, Treves trata a Merrick como un amigo.

El dolor es expresado mediante sueños casi surrealistas, en los que la música juega un importante papel. La imagen de la madre siempre está muy presente para John, que comenta siempre que ella era muy guapa y que él tuvo que ser una gran decepción para ella.

Ocho nominaciones recibió esta cinta en los Oscar de 1980, entre los que estaba mejor película, director, guión adaptado y actor principal. En mi opinión este debería haber sido el año de Toro salvaje, pero ni una ni otra se llevaron el principal galardón, lo recibió Gente corriente de Robert Redford, que me parece una película bastante mala. Mejor película, dirección y guión le arrebató la película de Redford a la maravillosa El hombre elefante, una injusticia más que apuntar en la historia de los Oscar.


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