Revista Cine

Ciclo Star Wars I: Una Nueva Esperanza

Publicado el 08 marzo 2012 por Lapalomitamecanica
El éxito de una fórmula sencilla
Ciclo Star Wars I: Una Nueva Esperanza
Con motivo del reciente estreno de La Amenaza Fantasma en riguroso 3D, desde La Palomita hemos pensado que no podíamos dejar pasar una ocasión como esta para hacer nuestro propio Ciclo Star Wars, ya que a pesar de contar con infinidad fans de medio mundo, ésta también cuenta con sus detractores obstinados que no dudan en ceñir sus críticas al tono infantil que emiten las películas de George Lucas. Y como fan incondicional, no puedo quitarles parte de la razón.
Tras el salto, diseccionamos una de las obras que cambió la ciencia ficción para siempre y damos comienzo a nuestro Ciclo Star Wars con el análisis del Episodio IV: Una Nueva Esperanza, la primera película de la saga cronológicamente hablando..

Una Nueva Esperanza se estrenó el 25 de mayo de 1977 de manos de la 20th Century Fox no sin muchas dificultades creando todo un fenómeno en la cultura popular y sentando bases en el género de ciencia ficción aventurera que influenciaría a no pocos cineastas en el futuro. En 1971, Universal Studios tenía contratado  a George Lucas para American Graffiti y Star Wars, sin embargo, esta última no acabó produciéndose. El guion de la película pasó por numerosas fases, comenzando con un boceto inicial denominado The Journal of the Whills que  finalmente fue desechado por tener una historia difícil de comprender. El director redactó otro boceto de trece páginas al que denominó The Star Wars y que se trataba de un remake de la película de Akira Kurosawa Kukushi toridenon san akusin. A lo largo de los años, ese guion fue desarrollándose introduciendo los elementos tan característicos de la saga como La Fuerza o los Sith en una película cuyo primer título definitivo paso a ser -agarraos- Adventures of Luke Starkiller, as taken from the Journal of the Whills, Saga I: The Star Wars. Finalmente George Lucas cambió el apellido del protagonista por el que hoy es conocido, y por supuesto, el título.
John Willians acrecentó su leyenda poniendo su firma en las partituras de la Banda Sonora de la saga. Y es que pocas Bandas Sonoras tienen un sonido tan característico como los que preludian el comienzo de cada película mientras el espectador se pone en contexto con los textos que marcan el principio de cada Episodio. El IV se centra en conocer al Imperio,  un régimen que gobierna con mano de hierro el universo y que representa el mal absoluto, mientras que los rebeldes luchan desesperadamente por recuperar sus libertades. Da igual que no sepamos de donde vienen y por qué oprimen al pueblo, lo importante es tener claro que ellos son los “malos” de la película, cuyas motivaciones no están justificadas ya que han sido aparcadas en beneficio de la aventura. Sí, Star Wars entendida hoy se encuentra repleta de topicazos, pero hay que otorgarle el mérito que tiene todo precursor, por mucho que luego hayan explotado una ideas que en 1977 no habían sido mejor canalizadas.
Ciclo Star Wars I: Una Nueva Esperanza
Darth Vader es seguramente el villano por excelencia, de hecho hablamos del enemigo cinematográfico más laureado de la historia, cuya imagen debería aparecer en todas las enciclopedias al buscar la palabra "némesis". Un villano que maravilló en la primera entrega de la saga Star Wars porque representaba el mal en todo su apogeo. Ese al que no hay que buscarle mayor razón o sentido. Darth Vader esr más máquina que hombre, carente de sentimientos y compasión y al que hay que temer sino se satisface su voluntad. Sin embargo, la imagen de Darth Vader evoluciona a medida que avanza una historia con un argumento mucho más complejo gracias a toques Shakesperianos y de la clásica tragedia griega, siendo un personaje tridimensional en contraposición de lo que al principio se vislumbraba. De hecho, muchos de los acontecimientos del Episodio V surgieron  sin planificación alguna, ya que en un principio, la saga Star Wars fue concebida como una franquicia (el concepto Episodio llegar a partir de la segunda película) a lo James Bond, lo cuál hubiera supuesto una historia mucho menos rica en matices.
Pero como ya he comentado, Star Wars es ante todo una aventura, la de un chico que sueña alcanzar mayores cotas que las  que su vieja granja puede proporcionarle. Luke Skywalker representa la antítesis de Darth Vader, donde él es oscuridad, este es la única luz a la que amarrar la ultima esperanza de libertad. Mark Hamill se convirtió así en un héroe para una nueva cultura cinematográfica, un joven que soñaba con ser piloto y alejarse de la rutinaria vida del campo, seguramente el sueño de cualquier adolescente, escapar de lo cotidiano. Sin embargo, Harrison Ford sabe acaparar gran parte de los focos, siendo el clásico antihéroe de la película que no busca más que vivir su vida lo más cómodamente posible hasta que por casualidad el heroísmo acaba llamando a su puerta. 
Ciclo Star Wars I: Una Nueva Esperanza
Pero uno de los mayores aciertos de Una Nueva Esperanza fue sin duda  Sir Alec Guinness dando vida al carismático Obi Wan KenobiGuinness consigue esbozar posiblemente uno de los personajes más atractivos de toda saga como el eterno mentor que transmite sabiduría al tiempo que dolor de heridas pasadas. Curiosamente, el actor llegó a detestar su participación en la saga a pesar de ser uno de los principales ingredientes de su éxito. Aunque bueno, sus herederos seguramente se frotaron las manos de lo lindo, ya que el actor firmó un contrato que le hacía con el 1 % de los ingresos en taquilla de todos los films de la saga. Y es que recordar que la película contó con un presupuesto de 150.000 dólares de la época y recaudó 775 sin contar con el merchandising.
Una nueva esperanza es una historia sencilla hasta su mínima expresión a la que incluso se la puede acusar de infantil (aunque está a años luz de La Amenaza Fantasma) -un caballero negro que rapta a una princesa en una fortaleza inexpugnable y de la que un noble caballero deberá rescatarla-. Sin embargo, Una Nueva Esperanza está plagada de detalles que la convertirían en un caldo de cultivo para una obra mucho más grande. Y es que hay que reconocer que la saga Star Wars no sería lo que es hoy si no existiera El Imperio Contrataca. Sin embargo, sigo disfrutando de ella a cada visionado, sigo emocionándome cada vez que Luke confía en la fuerza para dar en el blanco y reventar La Estrella de la Muerte (¿Para qué volverse loco en buscar un nombre más sutil?) teniendo a su cola al mismísimo Darth Vader. Todo ello con una banda sonora de lujo y unos efectos especiales de la época con los que yo aún sigo maravillándome. Evidentemente, Una Nueva Esperanza tiene todos los errores del mundo, pero hay que visionarla como lo que es: el mejor producto palomitero retro.

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