Charles Vidor, no confundir con King Vidor porqué no tienen nada que ver, conocido por películas como Gilda o A Farewell to Arms (Adiós a las Armas) también se atrevió con los caballos, las pistolas y los polvorientos saloons, concretamente en 1943 cuanto estrenó The Desperadoes (Los Desesperados) protagonizada por actores de la talla de Randolph Scott, Claire Trevor y Glenn Ford entre otros.
El film nos cuenta la vida en Red Valley, ciudad en pleno crecimiento del condado de Utah, dónde los hombres influyentes de la ciudad, el banquero, Uncle Willie y Jack Lester confabulan y timan al pueblo sin que ellos se den cuenta. Con la llegada de Cheyenne Rogers, atracador y outlaw buscado por las autoridades, los hombres poderosos encuentran en él un chivo expiatorio y a la persona a quien culpar. Mientras tanto el Sheriff, antiguo amigo y compañero de Cheyenne intentará aclarar las cosas y descubrir la verdad sin dejarse llevar por las apariencias.
A pesar de no contar una historia excesivamente original, este western de Vidor contenía elementos de sobras para hacer un producto sobrio y más que interesante. Los vínculos pasados, la avaricia de los poderosos, la posición de la justicia en la estrecha frontera del bien y el mal… Por desgracia, The Desperadoes (Los Desesperados) se conforma con pasar de puntillas por todos los temas expuestos anteriormente y construir una trama ágil y mayormente cómica que esconde demasiado la crítica a la situación.
Gracias al carisma de los actores y de los múltiples y diferentes personajes se onsigue un retrato entretenido de una época pero al que le falta personalidad. Un film que a medida que pasan los días se va mezclando entre la infinidad de westerns que se rodaron durante esas décadas doradas, sin que tenga nada excesivamente resultón y diferente por lo qué acordarse. Los encargados de poner caras en la película son Randoph Scott, actor de una elegancia encima del caballo impresionante con modales de galán que en esta ocasión interpreta al honesto Sheriff de Red Valley. Glenn Ford en esta ocasión es Cheyenne Rogers, un forajido por quien pagan 10.000 dólares (una fortuna para la época) por su cabeza ya sea vivo o muerto. Un personaje construido para la empatización de un público que sin saber que hizo exactamente, no puede evitar situarlo en el bando de “los buenos” cuando vemos como es culpado injustamente por el banquero y el juez. El personaje de Uncle Willie McLeod, importante hombre de negocios en la cría y venta de caballos, es interpretado por Edgar Buchanan consiguiendo también la simpatía del espectador. Por otro lado, tenemos a Claire Trevor encargada de interpretar a La Condesa, adinerada propietaria, antigua conocida de Cheyenne, que nunca ha dejado de apreciar, y deseada por todos los hombres de Red Valley. La actriz demuestra ser toda una dama con savoir faire y a pesar del poco tiempo que aparece, se queda en la memoria. Por último destacar el trabajo de Evelyn Keyes interpretando a Allison McLeod, la mujer de acción, la que lleva los pantalones y cuida los caballos.
Por último destacar la fotografía en technicolor que sin duda ayuda a realzar la espectacularidad de la película en todas sus escenas, ya sea las de acción, los interiores o los exteriores.
The Desperadoes (Los Desesperados) de Charles Vidor es un western más, interesante como entretenimiento de una tarde, de poca duración y con mucha acción, pero que no profundiza en el conflicto y se limita a crearlo y solucionarlo mediante la interacción de personajes atractivos pero excesivamente estereotipados.
NOTA