Revista Ciclismo

Ciclocross, un mundo diferente

Por Alejandro
En más de una ocasión he comentado mi admiración hacia el ciclocross. Hoy, quiero volver a hablar sobre esta gran modalidad del ciclismo.
En España contamos con grandes corredores en la élite, como es el caso de Egoitz Murgoitio, Javier Ruiz de Larrinaga o Isaac Suárez. Otros compaginan el ciclocross con otras modalidades del ciclismo, como es el caso de Tino Zaballa (que, como bien sabéis, corre en carretera) o de José Antonio Hermida, que cosecha grandiosos triunfos en el Mountain Bike. Otros, como es el caso de David Seco, ya se han retirado. Personalmente, admiro a todos y cada uno de estos corredores. Reconozco que siento cierta debilidad por Larrinaga, Murgoitio y Seco. Pero, todos ellos, por el hecho de hacer esas maravillas por los caminos, con bicicletas que tienen geometría de carretera, tiene muchísimo mérito, tanto como un profesional de la carretera se dispone a subir el Tourmalet.
Muchos corredores hacen ciclocross como preparación para hacer más tarde carretera; en cambio, otros hacen lo contrario, carretera como preparación para el ciclocross. Pero, está claro que un corredor de ciclocross se puede resolver como pocos en un pelotón ante los actos que surgan de forma imprevista en el pelotón, puesto que están acostumbrados a dominar la bicicleta por unos caminos en los que deben estar muy, muy, muy atentos a todo imprevisto. Tan bien es cierto que un corredor de carretera puede que tenga algo más fondo que uno de ciclocross.
Yo, personalmente, me maravillo viendo las maravillas que realizan estos corredores. He estado viendo un vídeo de ciclocross de los Campeonatos de España del año pasado. Los vi en directo, y no me canso de alabar lo que hacen. Pocos tienen la habilidad y la concentración necesaria para hacer ésas cosas, aparte de otros factore que también son muy importantes.
El ciclocross, personalmente, creo que es un deporte durísimo. Son carreras que suelen durar en torno a una hora, hora y pico, pero está claro que esta hora, es un rato muy, muy trabajado y sufrido, con constantes cambios de ritmo, teniendo que hacer muchísima fuerza sobre los pedales para poder mover la bicicleta sobre ése barro. Además, es complicado manejar esas bicicletas sobre los caminos estrechos.
Como podréis ver, soy un gran admirador del ciclocross. Si tenéis la oportunidad de ver una carrera, os lo recomiendo y, si lo podéis practicar, también os lo recomiendo.

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