Alguno se habrá preguntado si al tiempo que distancio mis entradas, he dejado de leer. Pues no, aunque no lo parezca, he estado leyendo, lo que pasa es que me daba un poco de vergüenza hablaros de lo que me traía entre manos, porque han sido dos obras tan clásicas (aunque se publicaran en la década de los sesenta del siglo pasado), que parece que todo el mundo debería haberlas leído: "La Tregua" de Mario Benedetti y "Cien años de Soledad"de Gabriel García Marquez.
Me siento un poco idiota hablando de obras tan estudiadas por gente preparadísima, pero como estoy dispuesta a superar el ridículo ( y además no vais a echarme la bronca en casa) hoy, esta sección de "Lo poco que leo", va a tratar de "Cien Años de Soledad", más bien, de las sensaciones que me ha dejado.
Inicié la lectura atemorizada ante la idea de que fuera a perderme entre tantos personajes de nombres parecidos (y es que los Buendía, como sucede en tantas familias, eran dados a repetir nombres en hijos y nietos). Aunque he tenido algún despiste, he conseguido mantenerme en la trama, sin que la repetición de nombres supusiera un obstáculo. Un consejo para evitar dispersarse: marcad de alguna forma el árbol genealógico que suele acompañar el libro y así acudís ahí en un momento. Otra solución sería emplear ese árbol (o una copia) como marcapáginas, así en cualquier momento sabes ante qué personaje te encuentras.
Leí en algún sitio, que Gabriel García Márquez estuvo muchos años dándole vueltas para decidir el lenguaje a emplear a la hora de narrar la obra, y finalmente optó por hacerlo como si fuera su abuela la que contara la historia, y realmente es así. El narrador trata la historia como esas personas mayores que cuentan las peripecias vitales de alguna familia del pueblo, y la del pueblo en sí. Hila unos hechos con otros hasta componer un cuadro de vida completo. Con sus nacimientos, bodas, viajes, defunciones... envuelto en un ensueño exuberante, y dosis de detalles que hacen que hasta lo más inverosímil parezca real y reconocible a nuestro alrededor.
Macondo, es un personaje más: nace, crece, se estabiliza, envejece y desaparece azotado por el viento. Los Buendía representan la soledad en diferentes versiones, distintas formas de sentirse, de estar solo ante el mundo. Reflejan en muchos casos una incapacidad enfermiza para amar, para entregarse a los demás, hasta su última generación.
La temática de la obra no se detiene ahí, también contiene una más que evidente crítica social hacia el capitalismo, a través de la compañía bananera y las consecuencias que trae consigo. Es dura también con el sistema de democracias corruptas, que se evidencia en los treinta y dos levantamientos frustrados del Coronel Aureliano Buendía. También evidencia las dictaduras en el personaje de Arcadio José Buendía (que de líder liberal se convierte en sanguinario dictador)
La novela tiene momentos divertidísimos, como la ascensión a los cielos de Remedios la bella mientras recoge las sábanas en compañía de otras mujeres de la familia y el consiguiente fastidio de alguna que ve como sus sábanas se pierden en el cielo.
También la tradición católica y española más rancia aparecen en la novela, a través del personaje de Fernanda de Carpio. Hermosa mujer castrada emocionalmente, desalmada, presa de las formas, del que dirán, de una tradición de oscuridad que se pierde en el tiempo. Para mi, uno de los personajes más antipáticos de la novela.
A quien todavía no lo haya leído, lo animo a armarse con un árbol genealógico (el de la wikipedia es muy completo) coger el libro y liarse la manta a la cabeza. No va a emplear cien años, y seguro que no se sentirá solo. Al contrario. Lo mismo alguna mariposa amarilla aparece para acompañar la lectura.
Yo compré el de la editorial Cátedra, por el módico precio de 10,50 €. Es de tapa blanda y muy manejable, además viene poblado de anotaciones que pueden resultar interesantes (aunque a mí algunas me hacían perder el hilo de la trama). Hay ediciones de todos los precios, desde seis hasta veinte euros. Además, si buceáis un poco en internet lo encontraréis gratis.