Título: Cien años de soledad
Autor: Gabriel García Marquez
Saga: libro autoconclusivo
Editorial: deBolsillo (de mi edición)
Fecha de publicación: 1967
Publicada en 1967, Cien años de soledad relata el origen, la evolución y la ruina de Macondo, una aldea imaginaria que había hecho su aparición en las tres novelas cortas que su autor había publicado con anterioridad. Estructurada como una saga familiar, la historia de la estirpe de los Buendía se extiende por más de cien años, y cuenta con seis generaciones para hacerlo.La crónica de los Buendía, que acumula una gran cantidad de episodios fantásticos, divertidos y violentos, y la de Macondo, desde su fundación hasta su fin, representan el ciclo completo de una cultura y un mundo. El clima de violencia en el que se desarrollan sus personajes es el que marca la soledad que los caracteriza, provocada más por las condiciones de vida que por las angustias existenciales del individuo.
Este libro nos cuenta la historia de Macondo, un pequeño pueblo del Caribe, desde su fundación hasta su digamos “muerte”. Concretamente nos habla de la familia Buendía, la familia de los Jose Arcadio y los Aurelianos; una familia que durante años ha estado condenada a la soledad. ¿Estáis dispuestos a adentraros en las profundidades de la selva para escuchar la historia de este pueblo perdido?
Este fue el primer libro que escogí para el reto de [si en el fondo] Somos Clásicos que creé a finales de Julio. Y aquí os traigo su reseña. Gabriel García Márquez nos ha presentado en este libro una historia impresionante para la que todos los adjetivos son pocos. Sí, podría acabar tal que así la reseña.
Una de las particularidades de Cien años de soledad es que a partir de los dos primeros personajes que son Úrsula y Jose Arcadio Buendía nos van presentado a la familia completa: el conocidísimo coronel Aureliano Buendía (el protagonista de la novela por así decirlo), las mujeres de la familia, y una amplísima sucesión de Jose Arcadio y Aureliano que viven y mueren en la misma casa de Macondo. Todos los personajes me han dejado impresionada; todos tienen una evolución y un perfil psicológico que da miedo y todos tienen sus rarezas, aderezadas por la soledad. Me cuesta decidir un personaje favorito pero creo que sería Úrsula, la cabeza de familia y la que más aparece. Además de todo esto quisiera mencionar las relaciones interpersonales que ca-ram-ba: llega un momento en el que nadie sabe quién es hijo, hermano o sobrino de quién. Una maravilla, os digo.
Como ya os he dicho antes, cuenta la historia de la familia en una serie de capítulos extensos que pueden servir de medida para saber cuando dejar de leer (a no ser que te lo leas en tres viajes de autobús como me pasó a mi xD). Si tuviera que decir algo que no me gustó de la novela, sería sin duda el ritmo. No es que me costara leerlo, pero llegaba un momento, sobre todo hacia la mitad cuando se habla de la guerra, que simplemente la lectura se me hacía un poco densa y aburrida. A pesar de ello, eso solo fue en el medio, porque os puedo garantizar que el principio y el final son de las cosas más entretenidas del mundo. Otra cosa que quería mencionar y se me ha hecho sobre todo curiosa han sido los diálogos. Debe haber veinte (vamos a ver, quien dice veinte dice cincuenta) en todo el libro, y los que hay son cortos, de estos de solo tres-cuatro frases. Podría resultar malo para el ritmo, pero el autor lo hace de tal manera que simplemente no parece un libro que requiera diálogo. Con las (abundantes) descripciones basta y sobra.
En cuanto a la trama, os puedo decir que me ha dado pena, que me ha maravillado y que me ha dejado con ganas de probar algo más del autor. A pesar de contar la historia de una familia, Márquez introduce tantos elementos (sobre todo fantásticos) distintos a ella que todo se hace amena. Casi parece estar leyendo una novela de fantasía por algunas de las cosas que hacen los protagonistas. Por ejemplo: la correspondencia de Fernanda con los médicos “invisibles”, Remedios la bella y su final, el gitano Melquíades.... y muchos más que me podría poner a decir (pero jo, mejor leedlo). El final me sorprendió mucho, aunque ya hubiera sido advertida de ello; y sobre todo, yo lo catalogaría como un libro que hace pensar. Pues eso, que si algo tenéis que sacar después de esta crítica es un simple y llano: leedlo. Leedlo porque aunque os pueda costar un poco os vais a encontrar una maravilla de la literatura.
Sin duda he tardado en leerlo, porque es difícil. Pero la calidad de este libro no se me va a olvidar fácilmente: he quedado absolutamente satisfecha y estoy segura de que algún día volveré a leerlo. Una trama de impresión y unos personajes que son lo mejor del mundo forman este libro. A por él, tiburones.
Ahora que he acabado esta reseña, quería deciros dos cositas. Sabed que a partir de ahora, en las reseñas de los clásicos, no utilizaré puntuación, tan solo palabras, pero OJO, que solo en las de los clásicos (que yo juzgue que sean clásicos). Y lo siguiente será deciros el clásico que he escogido para leerme este mes de Septiembre. Bien, mi elección se trata de Frankenstein de Mary Shelley. ¿Lo habéis leído? ¿Qué tal está?