JUAN ANTONIO MONROY
Seguimos de centenarios. El mismo año que nacen dos grandes poetas españoles que hemos traído a Protestante Digital, Luis Rosales y Miguel Hernández, el 1910, muere Mark Twain, acaso el más universal de los narradores norteamericanos. Twain sobresalió por su delicioso humor y por su ingenio, por su sátira implacable y por inolvidables creaciones de figuras adolescentes, como Tom Sawyer, que es su propio retrato.
El verdadero nombre de Mark Twain era Samuel Langhorne Clemens. Nació el 30 de noviembre de 1835 en la ciudad de Florida, estado de Missouri, y murió en Redding, Connecticut, el 21 de abril de 1910.
La familia se trasladó a Hannibal, a orillas del río Mississippi, cuando Mark tenía 4 años. Allí creció y cursó las primeras letras, aunque no llegó muy lejos. Era uno de los que creían que a nada conducen los estudios si nunca sabemos nada.
Sus novelas contienen abundantes trozos autobiográficos, porque toda su vida fue una aventura.
Puede leer aquí el artículo completo de este escritor y periodista de fe protestante, titulado Cien años sin Mark Twain