Hace unos años ya que en el debate sobre el tema del "impacto" científico surgió un debate colateral sobre la importancia de las redes sociales y como era de esperar se crearon indicadores que tuvieran en cuenta ese impacto. Aunque quizás el más conocido sea Altimetric (que visualmente se identifica bien por su espiral de colores) lo cierto es que el índice que se ha aupado en relación a la crisis por #COVID19 es el "Kardashian".
Su paper original explica que correlaciona el número de seguidores en twitter con el número de citaciones de un perfil de google y que un indicador mayor de 5 te indentifica como un "científico Kardashian".
Mi Kardashian index el 14/4 Clic y calcula el tuyo
Pero ¿que ocurre con la ciencia en si misma? La infección por SARS-CoV-2 no sólo ha afectado a los humanos como especie sino que ha vuelto a poner contra las cuerdas al sistema de creación del conocimiento científico (al tiempo que al propio sistema sanitario y sociosanitario).
Es necesario decir, y a estas alturas está demostrado, que ningún pais o sistema sanitario está preparado para una epidemia que afecta al 70% de su población requiriendo la hospitalización de un 15% del total de los cuales hasta un tercio necesita apoyo ventilatorio específico. Si, se podría haber actuado de otra forma para frenar la pandemia y esperemos que la lección quede bien aprendida para próximas amenazas, pero una vez establecida esta no había planificación que tuviera recursos ante semejante avalancha.
Así las cosas estamos ante un enemigo nuevo cuya forma de infiltrase entre nosotros y atacarnos es aún hoy bastante más desconocida de lo que quisieramos pero que ha requerido que se actue de forma inmediata y ello nos ha llevado a mucha improvisación tanto en la operativización de las herramientas diagnósticas, en la disposición de recursos terapéuticos, en la provisión de toda clase de equipos técnicos y material fungible... y aún así se ha tratado de hacer todo ello basándonos en la ciencia (como debería ser).
Pero ¿se imporvisa la ciencia? No, lo que si ha tenido que mutar para adaptarse a la situación es la forma de divulgar la ciencia y en esta mutación gana más peso un elemento primordial en la mochila de todo profesional sanitario: La habilidad de lectura crítica. Muchos de los documentos en base a los cuales se ha tenido que tomar decisiones han sido pre-print de artículos, documentos técnicos, series de casos o conjuntos de datos, incluso pequeños ensayos propios (como el de la esterilización de batas).
Si las organizaciones sanitarias y sus profesionales hemos tenido que demostrar mucha flexibilidad; por ejemplo montando UCIs "B" en tiempos record o solucionando el suministro de materiales a elementos que no forman parte del sistema pero que son "blanco" estratégico de esta pandemia, la toma de decisiones basada en pruebas ha adquirido una nueva dimensión alterando sino la forma si el fondo de la "pirámide de la evidencia" para dar solución a problemas urgentes con la ayuda de otros campos tan diferentes como la ingeniería, las matemáticas o la impresión 3D.
Se han implementado soluciones y propuestas que carecen de los fundamentos tradicionales de la PBE y, para sonrojo de esta, se han popularizado y perfeccionado en distintos momentos y lugares en tiempo record. !!Quien lo iba a decir en un pais donde implantar una GPC o un bundle con evidencias 1A lleva años¡¡¡
Semanas después y con 18000 vidas perdidas la mejora de la cadena de suministros normal y la disminución de la presión asistencial favorecen que el Tsunami de "ciencia Kardashian" ceda pero la lección queda: Si hace falta se lee ciencia y se interpreta, solo queda aprender bien como.
bibliografía: Hall, N. The Kardashian index: a measure of discrepant social media profile for scientists.Genome Biol15,424 (2014). https://doi.org/10.1186/s13059-014-0424-0